lunes, 21 de julio de 2008

El "Albatros", avión de amplias prestaciones

Rusia siempre ha liderado en el ámbito de construcciones aeronáuticas. Valga como ejemplo el avión anfibio A-40, bautizado como "Albatros" y creado en tiempos de la hoy desaparecida la Unión Soviética en la planta de en la ciudad de Taganrog (TANTK) que lleva el nombre de Gueorgui Beriev.
Es el único turborreactor en el mundo capaz de aterrizar sobre el agua y despegar desde el espacio acuático, cumpliendo un sinnúmero de misiones que van desde la lucha antisubmarina contra LSBM y hasta el auxilio a los buques en emergencia y tareas de extinción de incendios.
Guennadi Panatov, uno de los creadores del hidroavión describió al autor de estas líneas sus características. El aparato, de 86 toneladas de peso, también está en condiciones de aterrizar en los aeródromos provistos de pistas de hormigón armado.

El A-40 pasó las pruebas de homologación en 1990, pero no le cupo en suerte convertirse en un avión en serie. Al propio tiempo importa destacar que estableció 126 récords mundiales (alcanzó la altitud de 3.000 metros con carga de 10 toneladas en tres minutos; velocidad de crucero con 10 toneladas de carga: 745 km/hora; altitud de vuelo horizontal con la misma carga: 13.000 metros). Por sus performances es un avión único en su género, con cola de 11 metros y alas en T de 42 metros.

El público tuvo la oportunidad de presenciar al "Albatros" en las muestras celebradas en París, Singapur, Santiago, Yakarta, Australia y Nueva Zelanda. El profesor norteamericano Daniel Savitski, experto de renombre mundial en hidrodinámica, quien hace poco visitó la otrora absolutamente secreta planta de Taganrog, calificó de perfecto el diseño hidrodinámico del A-40.
El aparato también destaca por sus capacidades operacionales: en su tiempo formaba parte de la defensa antisubmarina del país, pudiéndose volar el mar adentro de hasta 5.000 kilómetros, patrullar las regiones con supuesta presencia de los submarinos de otros países (de hasta 12 horas con repostaje en vuelo) y aterrizar sobre aguas como una si fuera una ave, cumpliendo misiones de lucha antisubmarina.

El "Albatros" esta provisto de todo lo necesario para hundir a un sumergible enemigo: equipos hidroacústicos, ayudas electrónicas, sistema de contramedidas por radar, misiles "tierra-aire", torpedos, minas y bombas de gran profundad lo que le permite cumplir las misiones de vigilancia y muchas otras, actuando de manera independiente y con apoyo de los aviones de alarma temprana clase AWAX, también creados en la planta de Taganrog y capaces de proteger de cazas al "Albatros".

Entre las ventajas que reúne "Albatros" con comparación con la aviación embarcada o con base en tierra Guennadi Panatov mencionó la capacidad del aparato de utilizar como base el espacio acuático no susceptible a la destrucción durante las hostilidades. Además, en caso de amenaza de un ataque por parte del enemigo potencial, el A-40 simplemente levantaría el vuelo por no necesitar para ello una infraestructura costera. El avión anfibio también puede aterrizar en las costas arenosas, lo que facilita su mantenimiento y reduce la acción corrosiva de las aguas del mar.
En su tiempo el aparato despertó vivo interés entre los especialistas de la OTAN. La Fuerza Aérea Real del Reino Unido incluso negoció con la TANTK la venta de varios aviones "Albatros" en sustitución de los aviones espía "Himrod", también capaces de cumplir misiones de lucha antisubmarina. Los británicos incluso visitaron la planta instalada en Taganrog. También se interesaron por el A-40 los estadounidenses.

A finales de los años cincuenta del pasado siglo EE UU puso en marcha el proyecto de desarrollo del hidroavión "Seamaster", pero lo abandonó al sufrir el aparato dos averías consecutivas, tratando se superar la barrera hidrodinámica.

Guennadi Panatov hizo un viaje a Bruselas para exhibir a los expertos de la Alianza Atlántica un vídeo con imágenes de "Albatros" en acción y les enteró de las performances del aparato. Pero países occidentales no osaron comprar el aparato de fabricación rusa por miedo de apoyar a la industria de guerra nacional. La Armada rusa también se negó a adquirirlo a principios de los años noventa por carecer de recursos financieros. Además, en aquella época se consideraba "indecoroso" perseguir a los submarinos del ex enemigo potencial.

Rusia produjo sólo un avión A-40, pero no sepultó el proyecto y lo resucitó de cenizas como
BE-42, capaz de cumplir tanto las misiones de lucha antisubmarina como tareas de auxilio a buques en emergencia, facilitándoles balsas salvavidas de caucho inflable y lanchas y convirtiéndose en horas contadas en hospital volante, con todos los equipos médicos necesarios para atender a pacientes, también a los que se encuentran en estado grave.
El A-40 puede utilizarse en misiones de vigilancia para proteger zonas económicas rusas y aguas costeras, llevando en este caso el nombre de BE-44. Es capaz de llevar a bordo un centenar de pasajeros y hasta 10.000 toneladas de carga. Reúne las siguientes características: peso propio: 86 toneladas; 2 motores turborreactores con empuje de 15.000 kilogramos; recorrido de despegue sobre agua: de 1000 a 1.200 metros; en tierra firme, de 700 a 900 metros; tripulación: de 3 a 5 hombres.

El BE-200, avión de nueva generación, de 36 toneladas, al que sirvió de prototipo el A-40, está diseñado para participar en las tareas de extinción de los incendios naturales, incluido los forestales. Repuesta sus tanques con agua en el recinto acuático más próximo al área afectada por el fuego.

El BE-200 supera el doble al aparato canadiense CL-215 por su productividad de transportación de agua hacia la zona de incendio, dice Guennadi Panatov. El BE-200 ya cumplió misiones de bombero en Rusia, Córcega, España, América del Sur y en otros continentes.

¿Qué cantidad de estos aviones hay que producir y quién les va a comprar?
El Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia encargó al grupo aeronáutico Irkut, sito en Irkutsk, que formó una empresa conjunta con TANTK, construir seis aviones BE-200.

El "Albatros", en su versión contra incendios, está provisto del motor a chorro D-436 que le permite volar a velocidad de 600 kilómetros/hora. Su alcance con 6 toneladas de carga a bordo es de 1.500 kilómetros. El precio del aparato se estima en 22 millones de dólares. No es demasiado caro en atención a los daños que ocasionan los incendios a la economía nacional. Así que las plantas de Irkutsk y de Taganrog seguirán lanzando estos aparatos.

Dentro de poco muchas personas podrán apreciar las capacidades insólitas del "Albatros". A primeros de septiembre se inaugurará en Gelendzhik la exposición tradicional de hidroaviones en la que el A-40 y el BE-200 siempre se han considerado como perlas. No cabe duda de que la televisión no se olvidará de esta muestra.

Fuente: por Victor Litovkin de Ria Novosti