Después de 58 años, la Armada estadounidense reactivará la Cuarta Flota, encargada de patrullar los mares latinoamericanos.
La flota había sido desactivada luego del final de la Segunda Guerra Mundial, pero a partir del 1 de julio de este año, las fuerzas navales estadounidenses tendrán un comando de alto nivel específicamente dedicado a supervisar las tareas de sus unidades en América Latina y el Caribe.
Un vocero militar estadounidense señaló a BBC Mundo que eso no implica en sí un aumento de la presencia militar estadounidense en la región. No obstante, analistas aseguran que la medida tiene un significado simbólico, que busca responder a la aparición de regímenes anti-estadounidenses en la región.
La flota estará basado en la ciudad de Mayport, en el estado de Florida, y responderá a su vez al Comando Sur de Estados Unidos, ubicado en la ciudad de Miami, y que dirige a todas las fuerzas militares de ese país en América Latina. Algunos ven en esta decisión una respuesta a la elección de varios gobiernos en la región que han expresado posiciones contrarias a las del gobierno de Washington.
Alejandro Sánchez, analista asociado al Consejo sobre Asuntos Hemisféricos, organismo de investigación estadounidense, interpreta la reactivación de la Cuarta Flota como una decisión política, más que militar. Por los últimos años, EE.UU. estuvo concentrado en Irak y Afganistán. Recién ahora está intentado regresar a América Latina. Sánchez agregó respecto a los supuestos retos militares estadounidenses en la región: "Seamos honestos. Aunque Venezuela adquiera submarinos rusos, o que Brasil quiera desarrollar un submarino nuclear, ninguno de estos países puede presentar una amenaza militar para Estados Unidos".
Para el analista, las recientes decisiones de la Armada estadounidense sirve, entre otras cosas, para demostrar que "por más que cualquier país latinoamericano esté en una carrera armamentista, no pueden compararse con el poderío militar estadounidense".
El almirante James Stavridis es el jefe del Comando Sur de la marina estadounidense.
El oficial encargado de relaciones externas para las fuerzas navales del Comando Sur es el teniente Myers Vásquez expreso: "En realidad, las fuerzas navales estadounidenses del Comando Sur han estado actuando como una flota, así que desde el punto de vista operativo en la región, nada cambia. Básicamente se trata de ajustar el nombre a la realidad", aseguró el oficial. Agregó que la medida busca ajustar mejor las unidades a la estrategia marítima estadounidense.
"Tendremos una sede trabajando en conjunto con otros componentes del Comando Sur”, señaló el vocero militar. Negó que esto necesariamente aumente la presencia militar estadounidense en la región y presentó la reactivación de la Cuarta Flota como una medida de corte más administrativo.
En realidad, las fuerzas navales estadounidenses del Comando Sur han estado actuando como una flota, así que desde el punto de vista operativo en la región, nada cambia. Básicamente se trata de ajustar el nombre a la realidad. "Continuaremos las operaciones que hemos venido llevando a cabo en los dos últimos años, principalmente en el área de lucha contra el narcotráfico y de misiones de cooperación en seguridad de teatro de operaciones", puntualizó.
Pero recalcó que el reestablecimiento de la Cuarta Flota señala también la importancia para Estados Unidos de América Latina y el Caribe. Según Vásquez, en América Latina operan en el momento cerca de 4 buques de guerra estadounidenses en misiones antinarcóticos, así como la fuerza de tarea del portaviones George Washington haciendo transito por la región, y el U.S.S. Boxer, empleado actualmente en una misión humanitaria en Guatemala, lo que completaría un total de ocho o nueve navíos.
Analistas señalan que uno de los retos operativos que enfrentan las fuerzas militares estadounidenses en la región, es la dificultad para conseguir el permiso de operar bases en América Latina. Sánchez recuerda que la Fuerza Aérea estadounidense ha venido utilizando la base ecuatoriana de Manta, pero que se espera que después de 2009, el gobierno ecuatoriano no renueve el permiso a Washington para sus operaciones ahí.
"Las naves participan en una serie de eventos de Cooperación de Seguridad de Teatro de Operaciones a medida que van circunnavegando a América del Sur, incluyendo cooperación de militares a militares, asistencia humanitaria, atención a desastres, entrenamiento combinado, ejercicios y operaciones y seguridad marítima", señaló en un comunicado el Comando Sur.
La Cuarta Flota se unirá a otras divisiones de la Armada estadounidense que también tienen asignado un ámbito geográfico específico. Por ejemplo, la Séptima Flota patrulla las aguas del Este de Asia, mientras que la Sexta Flota está ubicada en el Mediterráneo.
Hasta este año, la Segunda Flota tenía responsabilidades sobre América Latina.
Al frente de la Cuarta Flota estará el Contra Almirante Joseph Kernan, quien hasta el momento se venía desempeñando como Jefe del Comando de Operaciones Militares Especiales de la Armada.
Fuente: BBC Mundo
La flota había sido desactivada luego del final de la Segunda Guerra Mundial, pero a partir del 1 de julio de este año, las fuerzas navales estadounidenses tendrán un comando de alto nivel específicamente dedicado a supervisar las tareas de sus unidades en América Latina y el Caribe.
Un vocero militar estadounidense señaló a BBC Mundo que eso no implica en sí un aumento de la presencia militar estadounidense en la región. No obstante, analistas aseguran que la medida tiene un significado simbólico, que busca responder a la aparición de regímenes anti-estadounidenses en la región.
La flota estará basado en la ciudad de Mayport, en el estado de Florida, y responderá a su vez al Comando Sur de Estados Unidos, ubicado en la ciudad de Miami, y que dirige a todas las fuerzas militares de ese país en América Latina. Algunos ven en esta decisión una respuesta a la elección de varios gobiernos en la región que han expresado posiciones contrarias a las del gobierno de Washington.
Alejandro Sánchez, analista asociado al Consejo sobre Asuntos Hemisféricos, organismo de investigación estadounidense, interpreta la reactivación de la Cuarta Flota como una decisión política, más que militar. Por los últimos años, EE.UU. estuvo concentrado en Irak y Afganistán. Recién ahora está intentado regresar a América Latina. Sánchez agregó respecto a los supuestos retos militares estadounidenses en la región: "Seamos honestos. Aunque Venezuela adquiera submarinos rusos, o que Brasil quiera desarrollar un submarino nuclear, ninguno de estos países puede presentar una amenaza militar para Estados Unidos".
Para el analista, las recientes decisiones de la Armada estadounidense sirve, entre otras cosas, para demostrar que "por más que cualquier país latinoamericano esté en una carrera armamentista, no pueden compararse con el poderío militar estadounidense".
El almirante James Stavridis es el jefe del Comando Sur de la marina estadounidense.
El oficial encargado de relaciones externas para las fuerzas navales del Comando Sur es el teniente Myers Vásquez expreso: "En realidad, las fuerzas navales estadounidenses del Comando Sur han estado actuando como una flota, así que desde el punto de vista operativo en la región, nada cambia. Básicamente se trata de ajustar el nombre a la realidad", aseguró el oficial. Agregó que la medida busca ajustar mejor las unidades a la estrategia marítima estadounidense.
"Tendremos una sede trabajando en conjunto con otros componentes del Comando Sur”, señaló el vocero militar. Negó que esto necesariamente aumente la presencia militar estadounidense en la región y presentó la reactivación de la Cuarta Flota como una medida de corte más administrativo.
En realidad, las fuerzas navales estadounidenses del Comando Sur han estado actuando como una flota, así que desde el punto de vista operativo en la región, nada cambia. Básicamente se trata de ajustar el nombre a la realidad. "Continuaremos las operaciones que hemos venido llevando a cabo en los dos últimos años, principalmente en el área de lucha contra el narcotráfico y de misiones de cooperación en seguridad de teatro de operaciones", puntualizó.
Pero recalcó que el reestablecimiento de la Cuarta Flota señala también la importancia para Estados Unidos de América Latina y el Caribe. Según Vásquez, en América Latina operan en el momento cerca de 4 buques de guerra estadounidenses en misiones antinarcóticos, así como la fuerza de tarea del portaviones George Washington haciendo transito por la región, y el U.S.S. Boxer, empleado actualmente en una misión humanitaria en Guatemala, lo que completaría un total de ocho o nueve navíos.
Analistas señalan que uno de los retos operativos que enfrentan las fuerzas militares estadounidenses en la región, es la dificultad para conseguir el permiso de operar bases en América Latina. Sánchez recuerda que la Fuerza Aérea estadounidense ha venido utilizando la base ecuatoriana de Manta, pero que se espera que después de 2009, el gobierno ecuatoriano no renueve el permiso a Washington para sus operaciones ahí.
"Las naves participan en una serie de eventos de Cooperación de Seguridad de Teatro de Operaciones a medida que van circunnavegando a América del Sur, incluyendo cooperación de militares a militares, asistencia humanitaria, atención a desastres, entrenamiento combinado, ejercicios y operaciones y seguridad marítima", señaló en un comunicado el Comando Sur.
La Cuarta Flota se unirá a otras divisiones de la Armada estadounidense que también tienen asignado un ámbito geográfico específico. Por ejemplo, la Séptima Flota patrulla las aguas del Este de Asia, mientras que la Sexta Flota está ubicada en el Mediterráneo.
Hasta este año, la Segunda Flota tenía responsabilidades sobre América Latina.
Al frente de la Cuarta Flota estará el Contra Almirante Joseph Kernan, quien hasta el momento se venía desempeñando como Jefe del Comando de Operaciones Militares Especiales de la Armada.
Fuente: BBC Mundo