martes, 1 de abril de 2008

La viruela como arma mortal

Se ha hecho referencia al peligro que significa el acopio de cantidades desconocidas del virus productor de viruela, con fines militares, por parte de algunos países.
Es sabido que la Viruela como enfermedad, ha sido erradicada del planeta desde 1980 y el último caso salvaje se reportó en 1977.

Esa erradicación se produjo por las masivas y sostenidas campañas de vacunación a nivel mundial. Ahora, pasados más de 20 años sin vacunar, una gran parte de la población mundial es susceptible a la enfermedad y se discute si los inmunizados en aquella época, son hoy inmunes.

También es sabido que existen depósitos de este virus en Atlanta (Centers for Disease Control and Prevention: CDC - EE.UU.) y Siberia (Russian State Center for Research on Virology and Biotechnology - Koltsovo, Rusia), con fines de "investigación". Algunos países en desarrollo, teniendo en cuenta que podrían ser usadas como arma bacteriológica, habían solicitado a la OMS la destrucción de tales reservas de virus Viruela (smallpox en inglés).

Este importante tema fue especialmente tratado en la habitual Reunión Anual de la OMS, en el año 2000, en dónde se escuchó la opinión de científicos, funcionarios de salud, militares y asesores de dicha organización. La decisión final, fue mantener los stocks conocidos de virus Viruela hasta el año 2002, en que deberían haber sido destruidos. Pero, existía también otra realidad: las sospechas de que importantes cantidades no declaradas de este "erradicado" virus, pueden obrar en poder de otros países y que pudieran ser usadas como estrategia bélica. Se estima que países como Irán, Irak, Siria, Libia, Corea del Norte y otros, también poseen reservas de este letal virus.

A partir de los hechos del 11 de septiembre de 2001 y el posterior ataque con ántrax en Estados Unidos. A partir de estos eventos, la balanza se inclinó decididamente por la conservación de las reservas de virus para el desarrollo de vacunas; en primera instancia para el personal militar y de emergencias, ya que las reservas actuales de vacuna antivariólica, no serían suficientes de producirse una epidemia o un ataque militar o terrorista; y luego para proteger a la población de ataques biológicos masivos.

La única cura conocida para esta enfermedad, que tiene un 30% de mortalidad, son la cuarentena y la vacunación masiva. La FDA de los Estados Unidos ha aprobado una nueva vacuna contra la viruela, con el objetivo de estar preparados y proteger a la población ante la posibilidad de que el virus causante de esta enfermedad pueda ser utilizado como arma biológica. Las dosis podrían ser producidas rápidamente mediante tecnología moderna para el cultivo de células, lo que permite su fabricación masiva en caso de ser necesario. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención las Enfermedades (CDC) ya cuentan con 192,5 millones de dosis (9/07)

Agregado: Viruela

La viruela es causada por el virus variola. El período de incubación es de alrededor de 12 días (oscila entre 7 y 17 días). Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, fatiga y dolor de cabeza y espalda. Luego de dos a tres días aparece una erupción característica, más visible en el rostro, brazos y piernas: comienza como lesiones planas de color rojizo que evolucionan al mismo ritmo. Estas lesiones se llenan de pus y comienzan a cubrirse con costras a principios de la segunda semana. Más tarde las costras van curando y luego se desprenden al cabo de tres a cuatro semanas. El 30% de los afectados, fallece.

La viruela se propaga de una persona a otra a través de gotas diminutas de saliva (gotitas de Pflügge), por lo tanto cualquier persona que tenga contacto con un enfermo puede contraerla. Los enfermos de viruela son más contagiosos durante la primera semana, cuando existe la mayor cantidad de virus en la saliva. Sin embargo, existe un leve riesgo de transmisión hasta que todas las costras se han desprendido.


La vacunación rutinaria contra la viruela fue suspendida en 1972 y el último caso notificado por virus salvaje, se dio en Somalía en 1977. En 1980 fue oficialmente erradicada por la Organización Mundial de la Salud. No se conoce con precisión el nivel de inmunidad de las personas vacunadas antes de ese año; por lo tanto, se supone que estas personas también son susceptibles de enfermarse.


Actualmente no hay vacuna disponible en el ámbito global. En los Estados Unidos se cuenta en la actualidad con suficientes suministros de vacuna contra la viruela para casos de emergencia y distintos laboratorios han comenzado a producirla nuevamente, además de iniciar nuevas investigaciones para mejorarla. Probablemente otros países también la tengan en pequeñas cantidades.


No existe tratamiento comprobado contra la viruela aunque en la actualidad se están evaluando nuevos agentes antivirales. Los enfermos de viruela pueden beneficiarse de una terapia de apoyo (líquidos intravenosos, antifebriles, etc.) y antibióticos para combatir cualquier infección bacteriana secundaria que pudiera presentarse.
En el caso de las personas expuestas a la viruela, la vacuna puede disminuir la severidad de la enfermedad e incluso prevenirla si se administra dentro de los cuatro días siguientes a la exposición. La vacuna contra la viruela no contiene el virus mismo, sino que es otro, también vivo, denominado vaccinia. Contra ciertas creencias, esta vacuna no puede provocar la enfermedad.


Las contraindicaciones para la vacunación son: embarazo, inmunodepresión, ciertos tipos de enfermedades de la piel y personas que conviven con niños menores de un año de edad. Las reacciones en general son locales, aunque puede haber otro tipo de reacciones que impliquen control médico. En la actualidad, ciertos grupos de riesgo en Estados Unidos han sido inmunizados y en los casos en que se lo hace en forma obligatoria, ha comenzado a generar polémicas y hasta ciertos reparos desde algunos sectores médicos.


Fuente: Guía de vacunación (Webpage)