lunes, 21 de abril de 2008

Importancia de la ganadería en el desarrollo

La Ganadería es la actividad agraria consistente en la cría de animales para la obtención de carne, leche o pieles. El ganado es fuente de alimento: carne, leche y subproductos.
Convierte en carne de valor económico elevado, plantas, hierbas cuyo valor económico directo es mucho menor, utiliza tierra no muy apta para la agricultura y por lo tanto hace que su valor económica se incremente, son pastizales y contribuye a mantener el equilibrio ecológico ya que devuelve al suelo, mediante excretas, gran parte de la fertilidad de las plantas que consume.

Uno de los mayores desafíos con los que se enfrenta el mundo es la manera de garantizar la seguridad alimentaria para una población urbana que se prevé que llegará a los 9 400 millones de habitantes para el año 2 050, manteniendo al mismo tiempo su base de recursos naturales formada por el suelo, el agua, el aire y la diversidad biológica. La ganadería es y seguirá siendo un componente importante de la agricultura mundial.

La contribución de la ganadería a la economía mundial no se limita a la producción directa de alimentos, pues comprende también pieles, fibras, estiércol (fertilizante o combustible), fuerza de tiro y acumulación de capital. Estos elementos están estrechamente asociados con la estructura social y el bienestar de muchas sociedades rurales y sirven como reserva estratégica que aumenta la estabilidad no sólo del hogar, sino también del sistema agropecuario general.

Las exportaciones y la sustitución de las importaciones generan divisas y permiten ahorrarlas. Tales contribuciones han estado en gran parte infravaloradas en el pasado y, aunque es evidente que va a disminuir la importancia relativa de estas funciones no alimentarias, si bien no de manera uniforme, es indudable que la ganadería seguirá satisfaciendo una amplia variedad de necesidades humanas.

Las intervenciones en el fomento de la ganadería pueden tener dos orientaciones distintas:
a) Una orientación hacia el desarrollo, que tiene por objeto aumentar la seguridad alimentaria (en su sentido más amplio) induciendo a los productores a incrementar el suministro de alimentos mediante una mejora de la eficacia de la producción y la utilización de los recursos, y que conduce a una mayor intensificación y especialización
b) Una orientación de mantenimiento, cuya finalidad es el desarrollo sostenible, atenuando las consecuencias perjudiciales de la producción pecuaria y estabilizando los sistemas agrícolas frágiles.

La orientación primordial, pero no exclusiva, de la FAO para sus programas de sistemas de producción será hacia la seguridad alimentaria sostenible, promoviendo las posibilidades que ofrece la ganadería para la generación de ingresos y la producción de alimentos, mediante la utilización sostenible de los recursos naturales. Dicha orientación se conseguirá mediante:
- un enfoque de "sistemas de producción" sostenibles, adoptando un planteamiento global de los sistemas de producción pecuaria, tanto en la unidad de explotación individual como en el sistema de explotación más amplio o en el marco agroecológico;
- un reconocimiento de la importancia de la integración en toda la cadena de producción, desde los recursos básicos hasta el productor y el consumidor, especialmente teniendo en cuenta el carácter perecedero de los productos animales;
- un enfoque interdisciplinario, en lugar de disciplinario;
- un reconocimiento de la contribución socioeconómica de la ganadería al desarrollo;

La contribución social y económica de la ganadería representa un elemento fundamental del desarrollo agrícola sostenible y la seguridad alimentaria familiar. Y su importancia pueden resumirse como sigue:
* un efecto "amortiguador" y estabilizador, dispersando el riesgo entre combinaciones de distintos cultivos y especies animales, no sólo en la explotación, sino también a nivel nacional y regional;
* una utilización viable de las zonas marginales con usos alternativos escasos, si tienen alguno;
* bienes de corta duración fáciles de liquidar, en particular especies menores, como ovejas, cabras y aves de corral, para la compra de alimentos e insumos agrícolas y con destino a las obligaciones sociales;
* una reserva de capital y cobertura contra la inflación, particularmente las especies mayores;
* una fuente de ingresos regulares, aunque a menudo escasos, mediante la venta de leche, huevos, pequeños animales y servicios;
* una fuente de proteínas y, lo que es más importante, de micronutrientes, especialmente para las familias y los grupos de edad vulnerables;
* insumos para la producción agrícola, en particular energía de tracción animal (en los países en desarrollo más del 80 por ciento de la energía utilizada en la agricultura se deriva de los animales) y estiércol;
* servicios de transporte;
* estiércol como combustible (seco o convertido en biogás) y material de construcción; y
* oportunidades de empleo en la producción y elaboración de sistemas donde la mano de obra familiar puede tener unos costos de oportunidad escasos o nulos o donde hay superávit estacional.
- una perspectiva tecnológica, encaminada a superar los principales obstáculos para la producción, las enfermedades clínicas y subclínicas, la elaboración y la distribución, mediante una utilización más eficaz de los recursos; y
- el suministro a los Estados Miembros de una base regional para la planificación del fomento de la ganadería, mediante el acceso a una información y unas directrices mejores sobre las políticas y el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, el rápido crecimiento de la producción pecuaria lleva asociados aspectos negativos, agravados por las políticas inapropiadas y la mala ordenación de los recursos, con consecuencias ecológicas y sociales graves. Entre éstas cabe mencionar las siguientes:
- Degradación de la tierra: evidente en las zonas semiáridas de Africa y en el subcontinente de la India. Esto se debe a una interacción compleja entre la limitación de los movimientos del ganado, la tenencia de la tierra, el avance de los cultivos y la recogida de leña. Los cambios en las políticas de tenencia de la tierra, asentamiento e incentivos han socavado en muchos casos las prácticas tradicionales de utilización de la tierra. Sin embargo, actualmente se opina que en los informes del pasado sobre una desertización y degradación generalizadas se exageraba el alcance del problema, especialmente por lo que se refiere al mantenimiento de la productividad y los daños irreversibles. El hecho de que en la región sahariana haya aumentado tanto la producción por cabeza (carne/UPT) como por superficie (carne/ha) a lo largo de los 30 ûltimos años demuestra claramente que esos sistemas depastoreo son extraordinariamente resistentes. Asimismo, sería un error infravalorar los problemas; no hay ningûn motivo para estar satisfechos.
- La deforestación que acompaña a las grandes explotaciones comerciales surgidas tras la destrucción de grandes superficies de selva tropical, con su grave pérdida de biodiversidad, ha despertado la atención del pûblico. El problema se debió en gran medida a políticas erróneas que permitieron organizar grandes explotaciones de ganado vacuno, y se ha limitado en gran parte, aunque no de manera exclusiva, a América Central y del Sur.
- Involución (derrumbamiento) de los sistemas de explotación mixta en zonas donde la elevada presión demográfica ha provocado la fragmentación de las explotaciones hasta tal punto que ya no admiten un nûmero suficiente de los animales, especialmente grandes rumiantes, que proporcionan insumos fundamentales. Los sistemas agropecuarios han dejado de ser sostenibles y han comenzado a desintegrarse.
- Contaminación presente donde los productos residuales, especialmente estiércol y efluentes derivados de él, superan la capacidad de absorción de la tierra o la infraestructura disponible para su eliminación inocua. Muchos de estos problemas están asociados a los sistemas de producción industrial del mundo desarrollado. Sin embargo, también hay problemas análogos en los países en desarrollo, y se prevé un aumento y agravamiento, debido a la falta de reglamentación ecológica o de su aplicación.
- Los animales están relacionados con el problema del "calentamiento del planeta". El ganado doméstico (junto con muchos cultivos agrícolas, en particular el arroz) producen anhídrido carbónico (CO2) y metano (CH4), así como pequeñas cantidades de ozono (O3) y óxido nitroso (N2O), los denominados "gases del efecto de invernadero", tanto directamente, como consecuencia de la digestión de fibras de los rumiantes, como de manera indirecta, a partir del estiércol, la quema de hierba, etc. Existen tecnologías que pueden limitar las emisiones por unidad de producto, siempre que se disponga de incentivos apropiados para su utilización. La clave está en aumentar la productividad mediante una nutrición mejor que reduzca las emisiones por unidad de producto. En el sentido inverso, las zonas de pastoreo extensivo y agroforestales también absorben grandes cantidades de CO2 constituyen un importante "sumidero" en el ciclo del carbono.
- La pérdida de biodiversidad es un problema, habiendo alrededor de 600 razas de animales domésticos que corren peligro de extinción y con la ulterior erosión de muchas razas tradicionales y adaptadas localmente. La consecuencia es una dependencia creciente de una base de recursos genéticos cada vez más limitada, favorecida por biotecnologías como la inseminación artificial (IA), que permite transferir fácilmente material genético a través de las fronteras internacionales.

Fuente: fao.org