sábado, 1 de marzo de 2008

¿Por qué está amenazada la capa de ozono?

Al ser liberados en el aire, algunos productos químicos muy estables fabricados por el hombre, que contienen cloro y bromo, se infiltran gradualmente en todas las zonas de la atmósfera, comprendida la estratosfera. Aunque son estables en la atmósfera baja, los productos químicos se descomponen en la estratosfera debido a los altos niveles de radiaciones UV solares, liberando átomos de cloro y bromo sumamente reactivos. Estos participan en una compleja serie de reacciones que conducen al agotamiento del ozono.
A continuación se presenta una versión simplificada de las principales etapas del proceso de destrucción del ozono.Los átomos libres de cloro o bromo reaccionan con el ozono para constituir monóxido de cloro o de bromo, tomando un átomo de oxígeno y convirtiendo la molécula de ozono en oxígeno. Las moléculas de monóxido de cloro o bromo reaccionan con los átomos libres de oxígeno, abandonando su átomo de oxígeno "robado" para constituir más oxígeno molecular y átomos libres de cloro o bromo. Los átomos de cloro o bromo así liberados inician nuevamente el proceso atacando otra molécula de ozono. De este modo, cada uno de esos átomos puede destruir miles de moléculas de ozono, razón por la cual cantidades muy reducidas de cloro y bromo (en 1985 la concentración del cloro en la estratósfera era de 2.5 partes por mil millones) pueden descomponer suficiente ozono como para disminuir de manera significativa la amplia capa de ozono.

¿Cuál es la relación entre el agotamiento del ozono y el clima?
El agotamiento del ozono atmosférico y los cambios climáticos son efectos de las actividades humanas sobre la atmósfera mundial. Constituyen problemas ambientales distintos pero están relacionados de varias maneras.
Algunas de las principales interacciones posibles son las siguientes: Los productos químicos que destruyen la capa de ozono contribuyen al calentamiento de la atmósfera. Los productos químicos que agotan el ozono pueden tener repercusiones sobre el balance térmico de la Tierra así como sobre la capa de ozono pues muchos de ellos son gases con efecto de invernadero. Por ejemplo, los CFC 11 y 12 (los dos principales compuestos de clorofluorocarbonos que destruyen el ozono) son gases respectivamente 4000 y 8500 veces más poderosos que el dióxido de carbono (a lo largo de un periodo de 100 años). Los fluorocarbonos desarrollados como sustitutos de los CFC también son potentes gases con efecto de invernadero.

El agotamiento del ozono puede afectar al clima
El ozono es también un gas con efecto de invernadero, y la capa de ozono influye en el mantenimiento del balance térmico global del planeta. Actualmente se considera que el agotamiento de la capa de ozono reduce el efecto de invernadero. Por otra parte, una mayor exposición de la superficie de la Tierra a las radiaciones UV-B debido al agotamiento del ozono podría alterar el ciclo de los gases con efecto de invernadero, como el dióxido de carbono, de un modo que podría acentuar el calentamiento mundial. En particular, el incremento de las UV-B podría suprimir la producción primaria de las plantas terrestres y el fitoplancton marino, reduciendo así la cantidad de dióxido de carbono que absorben de la atmósfera.

¿Cómo afectan los rayos UV a la piel humana?
Uno de los efectos más evidentes de la radiación UV-B es la quemadura del sol, conocida bajo la denominación técnica de eritema. Las personas de piel oscura están protegidas de la mayoría de estos efectos por el pigmento de sus células cutáneas. Los rayos UV-B también pueden dañar el material genético de dichas células y causar cáncer.Para las personas de piel clara, la exposición a lo largo de la vida a elevados niveles de UV-B aumenta el peligro de cáncer cutáneo sin melanoma. Los investigadores han sugerido que este tipo de cáncer podría aumentar en 2% cada vez que disminuye en 1 por ciento el ozono estratosférico. Existen indicaciones de que una mayor exposición a las UV-B, en especial durante la infancia, puede agravar el riesgo de desarrollar cánceres cutáneos con melanoma, más peligrosos.

¿Cómo afectan las radiaciones UV a las defensas del cuerpo contra la enfermedad?
La exposición a los rayos UV-B puede suprimir las respuestas inmunitarias de los seres humanos y los animales. Por consiguiente, un aumento de las radiaciones UV-B reduciría la resistencia humana a una serie de enfermedades, entre ellas los cánceres, las alergias y algunas enfermedades infecciosas. En las zonas del mundo en que las enfermedades infecciosas constituyen un grave problema, el estrés adicional derivado de una mayor radiación UV-B podría tener repercusiones significativas. Esto se aplica especialmente a enfermedades como la leshmaniasis, la malaria y el herpes, contra las cuales la principal defensa del cuerpo se halla en la piel.
La exposición a los UV-B también puede afectar a la capacidad del cuerpo para responder a las vacunaciones contra enfermedades. Los efectos de las UV-B sobre el sistema inmunitario no dependen del color de la piel. Las personas de piel oscura corren el mismo peligro que las de piel clara.¿Qué efectos tienen los rayos UV sobre las plantas?Muchas especies y variedades de plantas son sensibles a las UV-B, aun en sus niveles actuales. Una mayor exposición podría tener efectos directos e indirectos complejos, tanto sobre los cultivos como sobre los ecosistemas naturales. Los experimentos han demostrado que cuando cultivos como el arroz y la soja están más expuestos a los rayos UV-B las plantas son más pequeñas y el rendimiento más bajo. El aumento de la radiación UV-B podría alterar químicamente las plantas agrícolas, reduciendo su valor nutritivo o aumentando su toxicidad. Si no se detiene el agotamiento del ozono, tendremos que buscar variedades de cultivos que toleren las UV-B, o producir otros nuevos. Las consecuencias para los ecosistemas naturales son difíciles de predecir pero podrían ser considerables.
Las radiaciones UV-B tienen una serie de efectos indirectos sobre las plantas, como una alteración de su forma, la distribución de la biomasa en las distintas partes de la planta y la producción de sustancias químicas que impiden el ataque de los insectos. El aumento de la radiación UV-B podría por ende provocar efectos a nivel del ecosistema, como cambios en el equilibrio competitivo entre plantas, los animales que las comen y los agentes patógenos y las plagas de las plantas.

Fuente: PNUMA (Webpage)