miércoles, 26 de marzo de 2008

El Delta del Paraná

El delta del Paraná se origina por la deposición de sedimentos, ricos en materia orgánica, que provienen del noroeste, principalmente del Río Bermejo. También del Río Pilcomayo y otros afluentes como el Río Grande de la Quebrada de Humahuca.

La cantidad de sedimentos en suspensión que el Río Paraná arrastra y deposita en el Río de la Plata es de 200 millones de toneladas al año, lo que provoca un avance del delta de ente 70 a 90 metros por año. Cuando los primeros exploradores Europeos llegaron al Río de la Plata, por el año 1500, las islas más jóvenes estaban a la altura de lo que hoy es Campana y se calcula que para el año 2200 las islas más nuevas estarán a la altura de la Av. Gral. Paz.


El Delta se extiende a lo largo de 320 km. y cubre una superficie de 14.000 km2., la mayor parte en la provincia de Entre Ríos, donde ocupa parte de los departamentos de Diamante, Victoria, Gualeguay, y el Dpto. Islas de Ibicuy. En la provincia de Bs. As. ocupa parte de los partidos de San Pedro, Baradero, Zarate, Campana, Escobar, Tigre y San Fernando. Se divide en tres regiones, el Delta Superior, desde la Ciudad de Diamante, Entre Ríos, hasta Villa Constitución, Santa Fe; el Delta medio, desde Villa Constitución a Ibicuy; y el delta inferior desde Ibicuy al Río de la Plata.


El Delta del Paraná es el único delta en el mundo que no está en contacto con el mar, sino que sus aguas se vuelcan en otro río, el Río de la Plata, en el que desemboca, a través de sus afluentes, una masa de agua de 30.000 m3 por segundo. Su ubicación en la confluencia de varios ríos y la cercanía del océano hacen que el Delta posea un régimen fluviomaritimo, ya que sus crecidas se deben a mayores caudales de los ríos Paraná y Uruguay y al efecto de las mareas sobre el Río de la Plata.

Las crecidas del Paraná se hacen sentir desde el delta superior hasta la mitad del delta inferior, perdiendo su influencia en las cercanías del Río Paraná Miní, en cambio las crecientes causadas por las mareas en el Río de la Plata influyen hasta la 3ª sección del Delta Bonaerense. Los picos de las crecientes ocurren en febrero y marzo, con un repunte en junio. Estas periódicas inundaciones regulan la vida silvestre, trasladando semillas, plantas y animales. Las lluvias rondan los 900 a 1.000 mm. anuales y las grandes masas de agua producen un efecto moderador de la temperatura en el invierno,(el promedio invernal es de 12º, con mínimas absolutas de -5º). Esto facilita la instalación de especies de animales y vegetales de origen subtropical.

Las islas del delta inferior no son planas, sino que tienen forma de palangana, con un sector boscoso más elevado en sus márgenes, llamado albardón, seguido de pequeños albardones inferiores en su interior y luego zonas pantanosas en el centro ocupadas por los pajonales. En el Delta medio y superior las islas son más planas con lagunas y albardones paralelos a los cursos de agua.


Las principales bocas de salida de las aguas del delta son, de norte a sur, el Río Gutiérrez, el Río Paraná Bravo, el Río Paraná Guazú, el Río Barca Grande, el Río Paraná Miní, el Río Paraná de las Palmas y el Río Lujan.


Con un origen distinto al de las islas del delta, sobre el Río de la Plata, a la altura de la desembocadura del Río Barca Grande se encuentra la Isla Martín García. La isla es un conjunto rocoso perteneciente al macizo de Brasilia de edad precámbrica de unos 1.800 millones de años. Allí se encuentran las rocas más antiguas de la Argentina. Es la isla más alta del Delta con unos 27 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto. El clima de la isla es templado y húmedo con una precipitación anual de unos 1000 mm.



La provincia de Buenos Aires comparte con Entre Ríos el extenso delta del Río Paraná, el que configura un hábitat de extraordinaria belleza turística, considerable importancia económica y que debiera constituirse en un lazo de hermandad entre los pueblos de ambas Provincias.
Resulta oportuno que realicemos una apretada síntesis para ilustrar sobre las bondades de este territorio, las que aún no han sido suficientemente apreciadas ni se han tomado medidas suficientes para su preservación.

El delta del Paraná configura un ecosistema de gran belleza natural y destacable importancia económica y turística, integrado por aproximadamente cinco mil islas y un laberinto de ríos, riachos y canales. Su territorio es obra de un secular proceso de acumulación de materiales sedimentarios que el curso del Paraná transporta, con un volumen calculado de quinientas mil toneladas por año. El tramo final del río presenta una configuración de muchos cursos, los que finalmente se reúnen en varios brazos, siendo los principales ya nombrados Paraná Bravo, el Paraná Guazú, el Paraná Miní y el Paraná de las Palmas.

El Delta es una franja que presenta una curvatura desde el Noroeste al Sudeste, con una superficie estimada en veintiún mil kilómetros cuadrados, de los que la mayor parte corresponde a Entre Ríos, una parte menor a la Provincia de Buenos Aires y un sector a Santa Fe.

Dos tipos de barrancas enmarcan la región: la santafesino-bonaerense, denominada “barranca viva”, que sufre la erosión continua del río, a cuya vera se sitúan numerosas ciudades y la barranca entrerriana, denominada “barranca muerta”, que sólo aloja a las ciudades de Diamante, Victoria y Gualeguay. Este gran espacio constituye un parque ecológico, en el cual la flora y la fauna reune ejemplares de características únicas, que aportan al enriquecimiento del patrimonio natural.

Entre los ejemplares de fauna silvestre se encuentran lobitos de río, ya en escaso número por la depredación de la especie, zorrinos, comadrejas overas y coloradas, nutrias, carpinchos, ciervos de los pantanos, aves zancudas, gavilanes, palmípedas con gran variedad de patos y gaviotas, además de pájaros hermosos y coloridos plumajes, reptiles, y batracios de diversas variedades.




La riqueza ictícola es de importancia comercial y turística, destacándose entre otras especies el pejerrey, surubí, dorado, armado, pacú, boga, bagre, sardina de río, sábalo, bagre amarillo y otras especies menores.

La pesca se realiza también con fines industriales y se basa en forma casi exclusiva en la captura del sábalo, especie muy rica en grasas, de la que se obtiene aceite, guano, harina de pescado, mezclas para alimentos de ganado, aves y animales domésticos.


El decaimiento económico de la región produjo una gran emigración, principalmente de jóvenes. En 1985 se estimaba que la población estable del Delta alcanzaba las veintiséis mil personas, aproximadamente dieciséis mil en el sector entrerriano y diez mil en el bonaerense; en el sector santafesino es exigua la población estable, pues la actividad económica principal es la caza y la pesca.

Actualmente el Delta padece la falta de infraestructura para atender los reclamos de la población en lo referido a educación, salud, comunicaciones y electrificación. El servicio educativo recibe muchos alumnos, concurrentes a las escuelas por medio de lanchas y botes.

Las islas van aumentando progresivamente su superficie, constituyendo comunidades ecológicas de gran interés que han motivado la creación de la Reserva Natural Parque Ecológico de la Primera Sección de Islas del Paraná.

La actividad turística se registra, en la actualidad, en el sector del Delta más próximo al Gran Buenos Aires, visitados por miles de amantes de los deportes náuticos, durante los fines de semana, mientras que importantes emprendimientos inmobiliarios han comenzado a transformar este paraíso natural.

Por la amplitud territorial, la baja densidad poblacional y la carencia de infraestructura moderna que favorezca la integración, nos encontramos ante la necesidad de una posible redefinición regional de las relaciones institucionales entre ambas Provincias, de manera que conformando una región de intereses compartidos, podamos avanzar en una administración racional de la misma.

Hace no mucho tiempo se detectó la acción predadora de una empresa de pesca comercial, que mediante la utilización de métodos no autorizados efectuaba un verdadero colado de las aguas interiores de los riachos de la zona de Islas Lechiguanas, territorio cuya jurisdicción corresponde a la Provincia de Entre Ríos.

Afortunadamente, los avisos de pobladores posibilitaron la convocatoria de las autoridades de Fauna de aquella provincia, que con apoyo de Prefectura Naval, procedieron en legal forma. En aquella oportunidad se decomisaron varias toneladas de pescado, peces que no hubieran sido depredados de haber existido una relación mancomunada y solidaria de ambas provincias.


La belleza con que la naturaleza ha dotado al Delta del Paraná permite una posibilidad cierta de creación de emprendimientos turísticos de nivel nacional e internacional. Consideramos que la protección adecuada de este bioma y el desarrollo de las potencialidades regionales podría facilitarse mediante la celebración de un Tratado Interprovincial, capaz de compatibilizar las disposiciones legales de ambas provincias y desarrollar en conjunto acciones conducentes a la efectiva preservación de la naturaleza y su racional aprovechamiento comercial, productivo y principalmente turístico.


Fuente: Cámara de diputados de la Provincia de Buenos Aires