Por
Luisa Corradini
| LA NACION
PARÍS.-
No importa quién haya sido el autor, el acto de derribar un avión de
pasajeros con casi 300 personas a bordo provocará una seria escalada en
el ya dramático conflicto ucraniano.
Si, como dejan entrever los
primeros indicios, ese vuelo de línea que transportaba ciudadanos de
múltiples nacionalidades fue víctima de un misil, la crisis desbordará
los límites regionales para convertirse en un enfrentamiento
internacional, donde deudos y diversos gobiernos exigirán explicaciones y
reparación.
Ello se sumará a la agudización de las tensiones entre Rusia y Estados Unidos.
Como
sucede invariablemente en situaciones de conflicto, todos los actores
se culpan unos a otros. Según Kiev, el Boeing 777 de Malaysia Airlines
habría sido derribado por un misil tierra-aire Buk de fabricación rusa.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, denunció "un acto
terrorista".
"Es el tercer caso trágico de estos últimos días,
después de los aviones AN-26 y SU-25 de nuestras fuerzas armadas,
abatidos desde territorio ruso. Las fuerzas ucranianas no han realizado
disparos susceptibles de alcanzar blancos a esa altitud", declaró
Poroshenko, inmediatamente después de conocida la tragedia.
Un
libro de referencia publicado por Rosoboronnexport, el monopolio ruso
estatal de armas de exportación, describe el Buk como un "sistema de
misiles antiaéreos diseñado para atacar aviones que vuelan tanto a baja
como a gran altitud, con un alcance máximo de 18.000 metros".
Kiev
ya había acusado a Moscú de haber utilizado misiles para abatir el
lunes uno de sus aviones de transporte militar Antonov AN-26, que cayó
cerca de la frontera rusa, y el miércoles otro aparato, un SU-25.
"Cuatro miembros de la tripulación fueron socorridos, dos tomados
prisioneros y otros dos murieron", afirmó el Consejo de Seguridad
Nacional y de Defensa ucraniano.
Según ese organismo, la situación
en esa región "sigue siendo muy difícil". El vocero del Consejo, Andrij
Lissenko, señaló la utilización de misiles desde las baterías de
lanzamiento rusas Grad, artillería pesada y morteros, agregando que "los
tiros contra los puestos fronterizos y las fuerzas gubernamentales
provienen de Rusia".
Esa versión fue confirmada por la respetada
publicación estadounidense Foreign Policy. La revista estimó tener en su
poder elementos que corroboran la tesis de "una participación directa
de Moscú" en los enfrentamientos ucranianos. Después de haber examinado
videos en línea descargados por amateurs, afirma que camiones
lanzamisiles BM-21 Grad, con el camuflaje característico de los
vehículos militares rusos, disparan desde la ciudad de Gukovo, a tres
kilómetros de la frontera, en dirección de Ucrania.
Los
separatistas prorrusos del este ucraniano dicen que carecen de misiles
capaces de alcanzar a un avión que vuela a 10.000 metros de altitud y
acusan a Ucrania. "Los separatistas tienen sólo misiles de tipo
Stinger, que se transportan y se disparan a hombro y son incapaces de
volar a más de 4000 metros", confirma el experto militar francés Pierre
Servan. A su juicio, "sólo Rusia y Ucrania tienen el material necesario
como para realizar un acto de esa naturaleza".
Servan no
descarta, tampoco, que el proyectil que derribó al avión de Malaysia
Airlines se haya equivocado de blanco. "Existe la posibilidad de que el
verdadero objetivo fuera algún avión militar que volaba en la zona y,
como esos misiles son guiados por una fuente de calor, haya desviado
fatalmente su trayectoria", explica.
La verdad será muy difícil de
conocer, teniendo en cuenta dónde sucedió el accidente: "Los autores
tratarán de hacer desaparecer rápidamente las pruebas", dice Servan.
Aunque
también es probable que los satélites espías de las grandes potencias
hayan registrado lo que sucedió. Ya anoche los servicios de inteligencia
de Estados Unidos confirmaron que el Boeing 777 fue derribado por un
misil, sin pronunciarse sobre el origen.
Pocas horas después del
trágico episodio, los presidentes Vladimir Putin y Barack Obama evocaron
ayer el trágico episodio durante una conversación telefónica. Los
detalles del intercambio no trascendieron, aunque debe haber estado muy
lejos de ser cordial.
Anteayer, la Casa Blanca anunció nuevas
sanciones contra Moscú, que sigue brindando ayuda a los separatistas
ucranianos. Lo mismo hicieron los dirigentes y el Parlamento europeos,
que congelaron programas de inversión y desarrollo en curso y
prolongaron el embargo sobre venta de armas a Rusia.
Los gobiernos
europeos también decidieron ayer prohibir a sus líneas comerciales el
sobrevuelo del este de Ucrania, "hasta que se conozcan las verdaderas
causas de la tragedia", declaró el ministro de Relaciones Exteriores
francés, Laurent Fabius.
Una decisión marcada por el sentido común, que podría haber sido tomada mucho tiempo antes.
Una crisis que no deja de crecer
El choque entre los rebeldes prorrusos del este ucraniano y el gobierno central se va agravando desde el año pasado
- 30% Ruso, lengua materna:Algo
menos de la tercera parte de la población ucraniana, según el censo de
2001, tiene el ruso como lengua materna, especialmente en la zona
oriental del país.
- El origen: Las protestas que se
iniciaron en Ucrania el año pasado por el rechazo a un acuerdo de
asociación con la Unión Europea concluyeron en febrero con la caída del
presidente prorruso Viktor Yanukovich.
-Rebelión prorrusa: Tras
la anexión de Crimea, la repúblicas de Donetsk y Lugansk proclaman
también su independencia y su aspiración a integrarse a Rusia. Los
separatistas prorrusos enfrentan desde entonces a las tropas enviadas
por el gobierno central de Kiev.
- Petro Poroshenko (Presidente de Ucrania):Tras
ser elegido por una abrumadora mayoría, a poco de asumir en junio
pasado Poroshenko firmó el acuerdo con la Unión Europea y aprobó un
operativo militar para recuperar Donetsk y Lugansk.
- Vladimir Putin (Presidente de Rusia):El
mandatario ruso es el principal protagonista detrás de la crisis; tras
la caída de Yanukovich, impulsó y luego aprobó en marzo la anexión de la
península de Crimea.