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miércoles, 20 de febrero de 2019

Cazabombarderos, misiles antibuques y otras armas de fabricación rusa que tiene Venezuela

(Perfil.com) - Desde 2005, el país compró todo tipo de armamento, equipamiento y transporte militar de primera generación a Rusia. Maduro presume ahora de su poderío militar. 
 El Su-35 es considerado el caza más letal del mundo. FOTO: RIA NOVOSTI
Un video publicado este miércoles por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) mostró un ejercicio conjunto con la Fuerza Aérea y el Ejército de Venezuela donde se prueban equipamiento y armas compradas a Rusia en los últimos años. En el video se ve cómo un cazabombarderos Sukhoi Su-30MK2V dispara un misil antibuque Kh-31, ambos comprados a Rusia. La prueba de armamento es parte de los ejercicios Bicentenario de Angostura 2019 que se realizaron entre el 10 y 15 de febrero y que tienen el objetivo de fortalecer la capacidad defensiva del territorio de Venezuela por parte de las Fuerzas Armadas. 
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Para ello, utilizaron un avión llegado al país en 2006 como parte de un acuerdo de venta de armas entre el gobierno chavista y Rusia. Según la web especializada en tecnología aeronáutica Airforce Technology, el Sukhoi Su-30MK2V es un avión de fabricación rusa armado con misiles antisuperficie de precisión y tiene un alcance de lanzamiento de 120 kilómetros. 

El Su-35 es considerado el caza más letal del mundo, afirma la agencia rusa Sputnik. Solo el F-22 Raptor es capaz de resistir a la nave rusa, dado que está construido especialmente para obtener superioridad aérea. En cuanto a su aspecto, el avión se parece mucho a su predecesor, el Su-27. No obstante, el nuevo tiene mayor peso -38.800 frente a los 33.000 kg, respectivamente-, lo que permite aumentar su vida y carga útil. 

 Los misiles de la "muerte supersónica" Los aviones ya llevan 12 años al servicio de la Aviación Militar de Venezuela desde que en 2005 Venezuela negoció con Rusia la compra de 24 aeronaves de ese modelo que llegaron al país en 2008. El precio del contrato se estima en US$ 1.500 millones. 
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Por su parte, los Kh-31 son misiles antibuques supersónicos capaces de alcanzar los 250 kilómetros de distancia. En sus versiones modernas son capaces de hundir un buque de 4.5000 toneladas y tienen una velocidad máxima de 1.000 metros por segundo. "Los proyectiles Kh-31 pueden resistir una sobrecarga de 10 g, mientras que su velocidad máxima supera cuatro veces la velocidad del sonido", explica Sputnik. "Estos misiles tácticos no solo son capaces de atacar buques de hasta ocho toneladas, sino también las estaciones de radar del enemigo. Gracias a su velocidad e invisibilidad, los Kh-31 fueron bautizados como 'la muerte supersónica'". 

Tras este primer negocio, el Rosoboronexport -la agencia del gobierno ruso para la exportación de productos, servicios y tecnologías militares- firmó un contrato con Hugo Chávez para el suministro de fusiles Kaláshnikov AK-103 (100.000 unidades) y se firmó un acuerdo para la construcción de una fábrica de Kaláshnikov en Venezuela, dedicada a la producción de rifles y munición. 
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Ese año también se firmó un contrato para el suministro de sistemas de misiles tierra-aire Tor-M1 (el precio del contrato fue de 290 millones de dólares). El suministro empezó en 2008. En junio de 2015 el ministro del Poder Popular para la Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, dijo al canal de televisión Rossíya: “Quizás hayamos empezado con una relación técnico-comercial y técnico-militar que principalmente consistía en que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana fue equipada con modernos sistemas fabricados en Rusia. Por eso hoy podemos hablar de la Fuerza Armada ‘antes de Hugo Chávez’ y la de ‘después de Hugo Chávez’, con la que Rusia tiene mucho que ver”. “Se trata de un equipamiento nuevo que nos ha permitido fortalecer el aparato militar de la Fuerza Armada”, explicó entonces Padrino López, hoy uno de los más fieles aliados del régimen de Nicolás Maduro. 

“Pero además, hay mayor nivel de cooperación en el ámbito estratégico y educacional… En este momento tenemos más de 65 oficiales preparándose en Rusia y tres cadetes en las academias militares rusas. Eso quiere decir que esta relación se va a ir incrementando no solamente en el campo militar sino también en el civil”, agregó. 
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T-72, AK-93 y helicópteros sofisticados.  Casi toda la tecnología del Ejército de Tierra de Venezuela es de fabricación rusa, según informa la agencia de noticias rusa RIA Novosti. El grueso de las tropas blindadas lo constituyen 92 tanques rusos T-72B1V, de los que Rusia produjo hasta la actualidad un total de 20.544 unidades. En América Latina es usado por Venezuela -que compró 92 en 2009- y Nicaragua. Las tripulaciones de los acorazados venezolanos recibieron en el año 2010, en Omsk, un curso de sistemas T-72 en marco de un programa de intercambio militar, dijo RIA Novosti. 

 En 2006 Venezuela recibió 100.000 rifles Kaláshnikov AK-103, según informó el sitio de noticias ruso Russia Beyond. Ese mismo año se firmó el acuerdo para la construcción de una fábrica de Kaláshnikov en Venezuela, que puede fabricar 25.000 rifles y 50 millones de cartuchos al año (el precio del contrato se estima en 475 millones de dólares), según la agencia TASS. Sin embargo, la construcción de la fábrica ha sufrido varios contratiempos debido a la crisis económica venezolana.
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La aviación venezolana cuenta también con una decena de los helicópteros Mi-35M2, 16 aparatos Mi-17V5, 3 helicópteros pesados de transporte Mi-26T2, todos de fabricación rusa. Según RIA Novosti, la parte más fuerte de las Fuerzas Armadas de Venezuela es el sistema de defensa antiaérea. 
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En este campo el país cuenta con sistemas de misiles antiaéreos de largo alcance S-300BM, 12 sistemas de misiles antiaéreos de alcance medio Buk-M2E, 24 sistemas modernizados S-125 Pechora-2M. 
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Además, Venezuela tiene en su arsenal 12 sistemas de misiles antiaéreos Iglá-S que hace dos años provocaron una fuerte polémica a nivel internacional. Las fuerzas armadas chavistas también cuentan con un stock de 123 vehículos de combate blindados BMP-3M, que cuentan con un blindado reforzado, un moderno sistema de control de fuego y el sistema de protección activa Arena-E. 
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Dispone desde 2009, además, de otros 114 blindados BTR-80A, un anfibio blindado de transporte de personas diseñado en la desaparecida URSS en 1986, para reemplazar a los BTR-70 y BTR-60. 
D.S. 
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Además, de todo lo nombrado falta el equipamiento chino. Pero toda esta inversión y equipamiento para que se empleara y contra quien. Si es una potencia nuclear, un solo submarino nuclear Trident -versión antigua- termina todo. Hay al parecer una ausencia de un pensamiento estrategico que genera un desperdicio económico. Sin duda, la capacidad de defensa es necesaria pero esta, primero requiere desarrollo económico, sin el es inviable. Lo lamento por Venezuela, un hermoso país y con buena gente...

martes, 19 de febrero de 2019

Tras la dura carta del héroe de Malvinas, Oscar Aguad confirmó que los militares seguirán en la conducción de la obra social de las FFAA

El ministro de Defensa Oscar Aguad (AP Photo/Pablo Stefanec)Por Fernando Morales - Infobae.com

El ministro de Defensa Oscar Aguad (AP Photo/Pablo Stefanec)

La posibilidad de un apartamiento de los militares que integran la gestión del IOSFA, la obra social del personal en actividad y retirado de las Fuerzas Armadas, generó un gran malestar dentro de la estructura castrense. Suscitó, por ejemplo, la dura carta que el coronel José Martiniano Duarte, héroe de Malvinas, envió al ministro de Defensa Oscar Aguad y que Infobae difundió ayer.

Tras la repercusión que tuvo la misiva, el propio Aguad ordenó al Jefe del Estado Mayor Conjunto y a los Jefes de Estado Mayor de cada una de las FFAA que emitan a todas las unidades un radiograma para confirmar que el IOSFA seguirá siendo conformado por personal militar en actividad en diferentes estamentos de su administración.

"El ministro de Defensa ha ratificado que personal militar continuará prestando servicios en el IOSFA, como históricamente lo ha hecho, y su designación será realizada a propuesta de cada fuerza, en coordinación con las autoridades de dicho instituto, de acuerdo a los perfiles establecidos y a la normativa vigente", reza el telegrama al que accedió este medio.

Un allegado de máxima confianza del ministro señaló a Infobae que si bien "la obra social militar marcha bien es necesario optimizarla". "700 militares alejados de su tarea específica es algo que no se puede sostener, habrá que hacer los ajustes necesarios para que la plantilla de personal militar se ajuste a las reales necesidades del Instituto", indicó la fuente.
José Martiniano Duarte (el cuarto de izquierda a derecha) en Malvinas junto a sus compañeros de la Compañía de Comando 601
José Martiniano Duarte (el cuarto de izquierda a derecha) en Malvinas junto a sus compañeros de la Compañía de Comando 601
Asimismo, respecto a la proliferación de pedidos de renuncia del presidente del IOSFA, Pedro Barrios, cerca del ministro aclararon: "El malestar que reflejaban las redes no se condice con las conversaciones mantenidas con las cúpulas militares, el ministerio y los Jefes de Estado Mayor trabajan en total sintonía".

La polémica surgió luego de que Barrios elevara una nota al ministro en la que sostuvo que la gestión de la obra social "requiere de competencias específicas que en general no tienen relación con la actividad militar o de seguridad". En esa comunicación, había solicitado a su superior "que adopte las medidas necesarias para dejar de considerar al IOSFA como destino militar".

El pedido no fue bien recibido en el ámbito castrense. En la misiva que envió a Aguad, el veterano de guerra José Martiniano Duarte expresó: "Me pregunto por qué la conducción del Ministerio de Defensa provoca esto en este momento. Las causas podrían ser de distinto tenor: ¿incompetencia, ignorancia, política? No encuentro una respuesta". 

"Hace décadas que el Ministerio de Defensa ha dejado de ser un área trascendente de las políticas públicas para los diferentes gobiernos. Y pareciera ser todo válido a la hora de humillar a las Fuerzas Armadas", continuaba el texto.

El IOSFA cuenta con más de 650.000 afiliados, entre ellos los procedentes de la Prefectura Naval y Gendarmería Nacional, y su directorio está presidido por un funcionario político e integrado por personal militar y de seguridad en situación de retiro.

Por su magnitud, el IOSFA es la tercera obra social de la Argentina: maneja un presupuesto de cientos de millones de pesos en forma anual, tiene cobertura en todo el país y además interactúa con "fundaciones sanitarias" creadas por cada fuerza armada con el objetivo de celebrar convenios de usufructo de servicios por parte de entidades gremiales civiles.

El manejo de la caja no fue el único motivo de la disputa. Los miembros de las Fuerzas Armadas sostienen con vehemencia que, tal como sucede en cualquier obra social sindical, los afiliados deben manejar este tipo de estructuras. En las antípodas de este razonamiento, el Gobierno considera que a diferencia de los gremios, que son personas jurídicas privadas, los militares son empleados públicos a los que el Estado les paga el sueldo para ocuparse de la defensa y no del manejo de la salud. Sin embargo, el Ejecutivo decidió anular la controversia con las FFAA.

sábado, 16 de febrero de 2019

Qué medios tiene el ejército de Venezuela para enfrentar una intervención de EE.UU.

Pese a que Estados Unidos se ha cuidado hasta ahora de llevar sus advertencias más allá de las palabras, las miradas se centran en el ejército venezolano
(BBC News) - Pese a que Estados Unidos se ha cuidado hasta ahora de llevar sus advertencias más allá de las palabras, las miradas se centran en el ejército venezolano - Crédito: BBC Mundo



La amenaza de un conflicto armado pende sobre Venezuela. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha repetido en varias ocasiones que no descarta la opción militar para sacar a Nicolás Maduro del poder.

Maduro replica que, de producirse la intervención, los venezolanos combatirían.
"Tendríamos que ir con dolor a defender el derecho de nuestro país a existir", dijo en una reciente entrevista con la BBC.

Estados Unidos, como los principales países de la Unión Europea y la mayoría de los latinoamericanos, apoya a Juan Guaidó, el líder opositor que alega que Maduro es un gobernante ilegítimo e invocó la Constitución para juramentarse como "presidente encargado" del país. Maduro conserva el apoyo de Rusia, China, Bolivia y Cuba, entre otros estados.

Guaidó anunció que el próximo 23 de febrero comenzará a entrar al país la "ayuda humanitaria" con la que hacer frente a una crisis que el gobierno de Maduro niega y para la que Estados Unidos y sus aliados en este litigio han prometido donaciones.

Pero Maduro ha denunciado que lo que se propone Guaidó es "presentar una crisis humanitaria que no existe en Venezuela" para justificar una intervención extranjera y ha advertido de que las fuerzas armadas defenderán las fronteras.

La tensión va en aumento. Pese a que Estados Unidos se ha cuidado hasta ahora de llevar sus advertencias más allá de las palabras, las miradas se centran en el ejército venezolano.

¿Cómo reaccionará ante la presión? ¿Tiene capacidad para hacer frente a un eventual ataque estadounidense?

Quiénes forman el ejército venezolano

De acuerdo con los datos del Ministerio de Defensa, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana cuenta con entre 95.00 y 150.000 integrantes, cifra a la que habría que sumar los miembros de la Milicia Nacional, un cuerpo paralelo que ha sido descrito como paramilitar por los detractores del gobierno, y formado por voluntarios que asumen diversas funciones al servicio del Estado.

Los milicianos reciben adiestramiento en el manejo de armas y están equipados con viejos fusiles que en su día se utilizaron en el ejército. La Milicia Nacional se basa en la premisa de la "unión cívico-militar", acuñada en su día por el fallecido presidente Hugo Chávez, por la que toda la sociedad debe complementar el esfuerzo del ejército en "la defensa de la nación".

Maduro ha mantenido la apuesta por la Milicia pese a las denuncias de que su implantación supone una militarización de la vida civil y en enero anunció que para el mes de abril se habrá llegado a los dos millones de milicianos. De confirmarse, se trataría de una fuerza ciertamente numerosa, pero persisten las dudas tanto sobre la cifra como sobre la calidad de su armamento y adiestramiento.

También forman parte de las fuerzas armadas los miembros de la Guardia Nacional, un cuerpo militar con funciones de orden público y seguridad ciudadana muy familiar para los venezolanos, ya que la Guardia Nacional es quien con más frecuencia vigila las calles y carreteras del país. También ha sido muy activa en la dispersión de las manifestaciones de la oposición, especialmente violentas en 2017, y su proceder ha sido objeto de polémica. No hay cifras oficiales sobre el total de efectivos que sumarían el ejército, la Guardia Nacional y la Milicia Nacional.

Con qué medios cuenta

Tras la llegada de Chávez al poder, gracias al auge de los ingresos petroleros de la primera década del siglo XXI, Caracas emprendió una ambiciosa renovación de las Fuerzas Armadas que tuvo a Rusia y a China como principales proveedores. Rusia suministró durante años varios modelos de aviones y helicópteros, así como tanques y unidades de artillería. Su apoyo volvió a hacerse evidente el pasado diciembre, cuando desplazó a Venezuela dos modernos bombarderos con capacidad nuclear Tu-160 para ejercitarse conjuntamente con la aviación venezolana, lo que provocó las protestas del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Pero la gran aportación rusa a la capacidad disuasoria venezolana fue la venta de los cazas Su-30Mk2, según los expertos, un aparato capaz de competir con los más avanzados aviones de combate estadounidenses gracias a su potencia de fuego, maniobrabilidad y prestaciones. Los rusos proveyeron además de sistemas de misiles antiaéreos y China de radares que permitieron establecer lo que el portal especializado Infodefensa ha descrito como "el mejor sistema de defensa aeroespacial de la región latinoamericana".

En los años del chavismo también se renovó una flota que tiene su epicentro en la base naval de Puerto Cabello, en la costa septentrional del país, y que recientemente protagonizó un incidente con un buque de la petrolera estadounidense Exxon Mobil cuando operaba en una zona que Venezuela se disputa con la vecina Guyana.

Considerando todos sus medios humanos y técnicos, la página web Global Firepower colocó en 2018 a Venezuela en el puesto 46 de su ranking mundial de países con mayor fortaleza militar. La mala noticia para Maduro y los suyos es que Estados Unidos se mantiene inamovible en el número uno.

Cuál es su capacidad real

Desde que estalló la última crisis política, Maduro ha multiplicado los actos con militares y una y otra vez elogia la capacidad de las fuerzas armadas. Coincidiendo con la escalada diplomática con Estados Unidos, organizó unos ejercicios militares a gran escala que calificó como los "más importantes de la historia". Se trata de un esfuerzo por destacar la operatividad del ejército en un momento crítico.

Un experto militar extranjero en Caracas que pidió no ser identificado le dijo a BBC Mundo que "hay muchas dudas sobre la capacidad operativa real de los equipos por la falta de mantenimiento", otra consecuencia de la severa crisis económica que atraviesa el país. La escasez de repuestos se hace visible incluso en la conocida como base aérea de La Carlota, en pleno Caracas, donde los helicópteros allí estacionados sufren lo que en la jerga se conoce como "canibalización", es decir, el uso de piezas de aparatos en buen estado para la reparación de otros averiados. "En los últimos años han intentado que los rusos y los chinos se ocupen del mantenimiento, pero el problema que tienen es que ahora no pueden pagarle a nadie", señaló el experto.

"Los rusos apostaron mucho por Venezuela, pero se encontraron con que no cobraban". Entre los proyectos inconclusos con Rusia, está la fábrica de fusiles Kalashnikov que lleva años en construcción en la ciudad de Maracay. El gobierno planea que de allí salgan las armas para militares y milicianos, pero nada de eso se ha concretado hasta la fecha.

La falta de reparación y repuestos se convierte en un problema especialmente grave para el material más antiguo, como los helicópteros de transporte de fabricación francesa Super Puma o los cazas de fabricación estadounidense F-16, que fueron adquiridos antes incluso del triunfo de la Revolución Bolivariana en 1998 y de los que no consta que hayan sido sometidos a la actualización necesaria dado el tiempo transcurrido.

¿Lucharían por Maduro?

Desde que Guaidó desafió a Maduro y comenzó todo este lío, la oposición venezolana ha hecho intensos llamamientos a los uniformados para que retiren su apoyo al gobernante socialista y "se pongan del lado de la Constitución". Pero aunque la tropa sufre la escasez y la hiperinflación como el resto de los venezolanos, las defecciones en cascada que algunos pronosticaron no se han producido.

Pese a las denuncias sin confirmar de supuestas detenciones masivas de militares descontentos con la gestión de Maduro, los pronunciamientos de lealtad al "presidente constitucional" se repiten en las cuentas de Twitter del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada y el Ministerio de Defensa. Si, como muchos aventuran, también en Estados Unidos, el apoyo del alto mando a Maduro se está resquebrajando, las grietas son por ahora poco perceptibles.

Las razones del apego militar al gobierno son diversas. No faltan los observadores que señalan que el chavismo es desde su nacimiento un sistema político esencial y originalmente militar. No en vano, su fundador, Hugo Chávez, era un comandante del ejército.

Tal y como lo expresó la escritora Cristina Marcano en un reciente artículo en el diario El País, "el ejército no solo apoya al régimen, es un factor fundamental del régimen". Marcano recordó que al llegar Chávez a la presidencia, los uniformados empezaron a ocupar los más altos puestos en la Administración y en las empresas públicas.

El almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, afirmó ante un comité del Senado de su país que Venezuela tiene en torno a 2.000 generales, más que todos los países de la OTAN juntos. Para Faller, "la mayoría están a sueldo de Maduro" y están implicados negocios ilícitos, entre los que se incluirían el tráfico de drogas y el contrabando de gasolina, con los que el líder bolivariano, dijo Faller, "compra su lealtad".

Lo cierto es que, como sucede en otros países en los que la política tiene un fuerte componente militar, como Cuba o Egipto, la institución castrense controla gran parte de la economía venezolana.

Cuando llegó a la presidencia, Maduro creó lo que llamó la Zona Económica Militar Socialista, un plan de desarrollo empresarial exclusivamente militar con el que parecía imitar el modelo del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa) a través del cual las fuerzas armadas cubanas se reservan la gestión de gran parte de los ingresos del Estado que el turismo y otras actividades dejan en la isla.
Maduro también puso al frente de la petrolera estatal, PDVSA, que, según todas las estimaciones canaliza la mayor parte de las exportaciones del país, a un general.

Sean sentimentales, ideológicos o económicos, los lazos del alto mando militar con el presidente han sido por ahora más poderosos que las llamadas a cambiar de bando de sus rivales.
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Entonces, ¿podría resistir?

Ted Galen Carpenter, experto en Defensa y Política Exterior del centro de análisis Cato Institute, le dijo a BBC Mundo que "aunque hay informaciones que apuntan a la división interna, al menos algunas unidades combatirían una intervención estadounidense". Aunque no pudo ser muy concreto sobre cuán firme podría ser esa resistencia: "Eso es lo que la inteligencia estadounidense seguramente está tratando de descubrir, pero averiguarlo no es tan fácil".

Carpenter ha alertado en su país de que, pese a su abrumadora superioridad sobre el papel, el recurso a la fuerza para decantar la crisis venezolana podría acabar costando mucho dinero y muchas vidas estadounidenses. "Nadie puede hacer frente a Estados Unidos en una confrontación abierta pero Maduro conserva aún un núcleo duro de seguidores y lo que podrían hacer los venezolanos es oponer una guerra de guerrillas".

"Eso también puede ser muy efectivo", advirtió. Palabras como las de este analista remueven en la conciencia colectiva estadounidenses el recuerdo de la guerra de Irak o la de Vietnam, en las que el ejército de las barras y estrellas sufrió numerosas bajas en su intento por imponer un cambio político en países lejanos.

El mismo Maduro ha agitado el fantasma de Vietnam en su intento de disuadir a la Casa Blanca de recurrir a las armas: "Venezuela se convertiría en un Vietnam si un día Donald Trump manda al Ejército de Estados Unidos a agredirnos", pronosticó.

Hasta la fecha, el cerco de Washington a Maduro se ha ceñido a lo estrictamente diplomático y Trump, pese a sus declaraciones, sigue reticente a comprometer tropas estadounidenses en misiones en el exterior. Si para muchos Vietnam fue la guerra de nunca acabar de Estados Unidos, Venezuela es por ahora la que nunca empezó.

Aguad: “FAdeA va a ser un gran taller de mantenimiento de aviones comerciales”

Por Francisco Reyes - Infobae.com
En diálogo con DEF durante su visita a la Agrupación de Ingenieros 601, unidad del Ejército Argentino, el ministro de Defensa dio detalles sobre el futuro de la fábrica de aviones y del astillero Tandanor. 
El ministro Aguad visitó las instalaciones de la Agrupación de Ingenieros 601 del Ejército Argentino. Foto: Gentileza Ejército Argentino/Pablo Senarega.
El ministro Aguad visitó las instalaciones de la Agrupación de Ingenieros 601 del Ejército Argentino. Foto: Gentileza Ejército Argentino/Pablo Senarega.

La empresa de aviones FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones), con base en Córdoba, es uno de los emblemas de la gestión de Aguad en Defensa. Tiene proyectado vender 8 aviones Pampa en el mercado internacional y le dará mantenimiento a cerca de 50 aeronaves comerciales. A su vez, esta compañía que cuenta con 870 empleados disminuyó un 80 % el déficit, pasando de un rojo de $1.500 millones en 2015 a $350 millones este año; y bajó los gastos fijos de 338 millones de pesos en el 2015 a 189 millones de pesos el año pasado.

El astillero Tandanor (Talleres Navales Dársena Norte) es otro de los bastiones de la gestión de Oscar Aguad al frente del Ministerio de Defensa. Entre sus grandes proyectos se destaca la reconstrucción y modernización del Rompehielos Almirante Irizar, del Buque Oceanográfico Dr. B. Houssay, y los trabajos de media vida del submarino ARA San Juan y ARA Santa Cruz.

Aguad destacó en diálogo con DEF que, al haber sido convertidas en sociedades anónimas, ambas empresas ahora pueden trabajar bajo estándares del sector privado y "tener índices de productividad como tienen las empresas privadas".
El ministro Aguad recorrió las instalaciones del Ejército en Campo de Mayo y observó el material adquirido para operaciones de asistencia en emergencias. Foto: Gentileza Ejército Argentino/Pablo Senarega.
El ministro Aguad recorrió las instalaciones del Ejército en Campo de Mayo y observó el material adquirido para operaciones de asistencia en emergencias. Foto: Gentileza Ejército Argentino/Pablo Senarega. 

Fue durante una visita a las instalaciones de la Agrupación de Ingenieros 601 del Ejército Argentino en Campo de Mayo en la que Aguad felicitó a los efectivos que asistieron a la comunidad en las recientes inundaciones del Litoral y el Norte del país. Durante su visita, Aguad hizo además una recorrida junto al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Bari del Valle Sosa, el jefe del Ejército, teniente general Claudio Pasqualini, autoridades militares y del Ministerio de Defensa, para conocer de primera mano el material recientemente adquirido para tareas de asistencia en emergencias.

En la Agrupación de Ingenieros 601 se encuentra una de las 13 Unidades Militares de Respuesta a la Emergencia (UMRE), que se conforman sobre la estructura de Ingenieros del Ejército. A lo largo y ancho del territorio argentino se encuentran emplazadas las UMRE, que son las que responden y asisten a la comunidad en inclemencias climáticas o emergencias; 11 pertenecen al Ejército y 2 responden a la Armada Argentina.

-Se ha convertido a Fabricaciones Militares en una Sociedad del Estado. ¿Con qué fin?
-Es otro paso adelante. Nosotros hemos estado trabajando con la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), que es una Sociedad Anónima, con Tandanor, astillero argentino, que es una Sociedad Anónima. Ambas le llevan una enorme ventaja a Fabricaciones Militares, que no era una Sociedad Anónima, porque en ellas se pueden realizar tareas como si fueran una empresa, por lo que se le pueden exigir estándares como los de una empresa, e incluso pueden tener índices de productividad como los de las empresas privadas.
En 2018, FAdeA produjo 3 aviones de combate y en 2019 producirá tres mas. Foto: Archivo DEF.
En 2018, FAdeA produjo 3 aviones de combate y en 2019 producirá tres mas. Foto: Archivo DEF.

-¿Cuál es la situación actual de FAdeA y de Tandanor?
-FAdeA ya está en marcha, produjo tres aviones de combate el año pasado, este año producirá tres más, estamos tratando de vender aviones afuera, y FAdeA va a convertirse en un gran taller de mantenimiento de aviones comerciales; y eso demuestra lo que significa trabajar con una infraestructura acorde a las necesidades de una fábrica como FAdeA. Lo mismo pasa con Tandanor, que ha equilibrado su presupuesto, y este año va a dar utilidades. Lo mismo tiene que pasar con Fabricaciones Militares. Nosotros hemos ido adecuando presupuestariamente a una empresa que le costaba cerca de tres mil millones de pesos de déficit al país, hemos ido bajado consecutivamente los déficits y ahora hemos abierto esta posibilidad de que sean una empresa, que empiecen a producir en serio, que en dos años esa empresa no dé más pérdidas al Estado.

-¿Se va a continuar con la reparación de media vida del ARA Santa Cruz?
-Sí, se va a continuar. Es una decisión que ya está tomada. Frente a los costos que significan los submarinos nuevos y ante la posibilidad que tiene el país de hacer inversiones de esa magnitud, vamos a poner en valor un arreglo de media vida del ARA Santa Cruz e, incluso, mejorando la tecnología que se tenía pensado implementar. Yo calculo que en dos años el ARA Santa Cruz tiene que estar navegando en el Océano Atlántico.

-¿Qué balance podría hacer con respecto a estos meses que lleva implementado el Operativo Integración Norte?
-El balance es positivo con los objetivos que nos hemos puesto. Vamos de a poco. La integración no es solamente un problema que tiene que ver con la frontera. Es integrar fuerzas de distintas características, como las Fuerzas de Seguridad con las Fuerzas Armadas para tener un objetivo. Nosotros apoyamos a las Fuerzas de Seguridad. Yo creo que los resultados de esta idea, que es proteger las fronteras con las Fuerzas Armadas, en pocos meses más, se van a notar palmariamente. Tenemos que evitar que la droga ingrese al país de la forma que lo venía haciendo hasta hace unos años. Yo creo que es positivo lo que estamos haciendo.

-¿Qué reflexión nos puede brindar sobre la asistencia de las FF. AA. en casos de emergencia en el marco de esta visita?
– La visita a esta unidad militar de respuesta a la emergencia tiene el valor de agradecer a esta gran unidad de apoyo de combate lo que hacemos en tiempos de paz. Colaborar con la gente que está en dificultades extremas sin medir incluso los riesgos personales. Estamos asistiendo a las poblaciones del norte del país en tiempos complejos que nos ha traído el cambio climático, como las inundaciones, las evacuaciones, los problemas sanitarios, y esta gran unidad da respuestas en todo el país. 
Es un orgullo para la Argentina haya soldados que se preparen  y tengan capacidades para una misión, y que en tiempos de paz puedan colaborar con la población civil, y que lo hagan con la voluntad que lo hacen, y con la dedicación que le ponen en cada emprendimiento. He venido a agradecer en nombre de esta unidad a todas las Fuerzas Armadas, porque todos tienen compromiso en las distintas tareas que hacemos. 
Ya lo dije para el G20, lo digo ahora y lo digo en el apoyo que estamos brindando a las Fuerzas de Seguridad en el norte para la lucha contra el narcotráfico, las Fuerzas Armadas en general tienen una acabada respuesta de lo que necesita el país, hay que estar orgullosos de las Fuerzas Armadas que tenemos.

Argentina quedó atrapada en medio de una disputa militar por el espacio entre los Estados Unidos y China

Por Ignacio Montes de Oca y Julieta Monge Molina - Infobae.com
En 2018 China lanzó al espacio al menos una docena de satélites de uso militar con la idea de convertirse para el 2030 en la potencia militar más allá de la atmósfera terrestre. Dentro de ese plan, la Argentina juega una parte crucial por ser sede de la base que mide la telemetría de los artefactos desde el cono sur. Y con ello se ha convertido en parte de un juego militar impensado para una nación que carece por completo de fuerzas armadas
(Télam)
La base china instalada en Neuquén en el foco de discusión (Foto: Télam)
El 10 de enero de 2019, el sistema militar chino realizó el primer lanzamiento de un cohete del año. Durante 2018, el país asiático hizo al menos 12 lanzamientos similares con carga de uso militar. Esto constituye un ritmo desenfrenado, considerando que sólo Estados Unidos y Rusia hicieron una cantidad similar, pero conjuntamente. Sucede que China tiene un plan concreto denominado "Larga Marcha", mediante el cual planea convertirse en la principal potencia del espacio extraterrestre para el año 2030.

Para lograrlo, necesita colocar en órbita una serie de artefactos de diferentes naturaleza. Entre ellos se encuentran satélites de comunicación cifrada de uso civil y militar, artefactos de vigilancia y espionaje capaces de detectar los movimientos económicos y militares de sus adversarios, y lo que será su apuesta más ambiciosa: su propia red de guía GPS.

Rusia ya cuenta con su sistema GPS denominado "Glonass" y la Unión Europea con su "Galileo". China, siempre interesada en cortar todo lazo de dependencia en asuntos estratégicos, ya puso en marcha su propia red de satélites, bautizada"Beidou".

Las razones obedecen a una premisa militar prioritaria. Cuando a diario recurrimos al sistema de posicionamiento global – creado por el Departamento de Defensa de EEUU –  para viajar o identificar un sitio preciso en la superficie terrestre, utilizamos una red de decenas de satélites estadounidenses, cuyo manejo le da una ventaja militar importante.

Esto es así debido a que ese mismo sistema de guía puede ser usado para colocar una bomba en un blanco con una precisión milimétrica, o para guiar una aeronave o misil por miles de kilómetros con una exactitud tal que, un artefacto que despega desde el océano Índico, es capaz de identificar un domicilio en un suburbio de una ciudad en el norte de África con mayor eficacia que un delivery de pizza.

El problema para otros países sin una red GPS propia es que EEUU tiene la llave para manejar la precisión con que se usa el sistema de posicionamiento global y, con ello, desactivar métodos de guía similares en zonas en donde no está interesado  en que sea usado con fines que afecten a sus planes estratégicos.

Manejar la precisión del GPS significa que una bomba sea arrojada a una decena de metros de su objetivo, o que un aparato que use esa guía se desvíe unos cientos de metros – o kilómetros – según sea el caso. Ese margen de error en una operación militar puede ser la diferencia entre el éxito o el desastre.

China tomó nota de esa debilidad hace años y actuó en consecuencia, preparando un plan para contar con su propia red de satélites de posicionamiento y espionaje y ponerlos en órbita en una secuencia que finaliza en el año 2030. Para ese año, podrá reclamar el título de "potencia espacial". Y allí es donde entra en juego la Argentina.

Poniéndose de acuerdo en secreto

En 2012, mientras se agitaban los estandartes nacionalistas por el embargo de la Fragata Libertad en un puerto de Ghana, el gobierno de Cristina Kirchner le hacía a la Argentina un cuento chino.

En los días en que se llevaba adelante una épica batalla contra los tenedores de bonos que pretendían confiscar los bienes argentinos en el exterior, se hacían los arreglos finales para un acuerdo secreto con China. Se trataba, nada menos, que de la instalación de la primera base extranjera con propósitos bélicos que opera plenamente en territorio argentino desde que el país existe como tal.

Ni siquiera cuando el país era la alacena de Gran Bretaña a inicios del siglo XX, ni luego en tiempos de las guerras mundiales, cuando la presión aliada llegó al extremo de la amenaza de invasión, la Argentina permitió que otros países instalaran bases con propósitos militares.

Incluso en plena Guerra Fría, cuando se ofrecían beneficios y se repartían amenazas para el que no se sumara a uno de los bandos, la Argentina maniobró hábilmente para permanecer imparcial vendiendo sus productos a cambio de esa neutralidad.

Pero todo cambió en enero de 2011, cuando comenzó a gestarse la instalación de una base china en la provincia de Neuquén, en un paraje hasta ese entonces desconocido y remoto llamado Bajada del Agrio.

Los primeros acercamientos habían comenzado el año anterior, cuando el gobierno chino informó por canales discretos que estaba interesado en instalar una base de exploración y seguimiento de satélites en Argentina o Chile, con el propósito de apoyar su idea de hacer pie en la Luna y en Marte en un futuro todavía indefinido. La oficina china a cargo del proyecto era la China Launch and Tracking Control General, una repartición que funciona dentro del programa espacial chino y que es a su vez dependiente del sistema de defensa de ese país.

Los documentos reservados indican que una de las primeras reuniones fue organizada el 29 de abril del 2010 entre la delegación china, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y el ingeniero Juan Masciotra, de la Comisión Nacional de Comunicaciones.

El CNC realizó el primer estudio a pedido de las autoridades chinas para analizar el espectro radioeléctrico de cinco sitios seleccionados por Pekín y, con ellos, identificar aquel que no sufriera de interferencias. Esta reunión fue revelada en un documento interno de la CONAE fechado el 29 de abril del 2010.

El 31 de enero del 2012, la CNC emitió un dictamen que catalogó como "nota CNCGI 04/2012″ en la que, en base a las interferencias detectadas en cada sitio analizado, recomendaba la instalación de la base en un área comprendida entre las coordenadas 38°05'00" a 38° 13'00" Sur (S) y 70°05'00" a 70°20'00" Oeste (W)".

Tiempo antes, una delegación china había comenzado a recorrer el país para hallar el sitio más favorable para construir su base. Luego de unos meses, se concentraron en las provincias de Río Negro y Neuquén, que ofrecían un entorno climático, geológico y de aislamiento ideales para la tarea.

Para ese momento, a ninguno de los funcionarios locales involucrados en esas giras se le escapaba que los científicos extranjeros estaban bajo la órbita de una entidad manejada por el Ministerio de Defensa chino, aunque se insistiera que se buscaba una locación para una instalación de comunicaciones sin ninguna aspiración bélica.

En su momento se eligió un sitio cercano a la ciudad de Zapala, pero tal como se revela en la Nota N° 29/11 del 16 de mayo del 2011, debieron enfrentar "una fuerte reacción por parte de los pobladores cercanos al mismo, perteneciente a la Comunidad Gramajo de pueblos originarios". En la nota firmada por el ingeniero Adolfo Luis Italiano, Director de Planificación y Desarrollo de Tecnologías de la Información de la provincia de Neuquén, el autor le escribe a un funcionario chino llamado "Sr. Ma Zhiqiang" explicándole que si bien el sitio era apto para la instalación de la antena, debía ser descartado por "la manifiesta oposición de los pobladores vecinos" que los obligó  "a suspender las evaluaciones del sitio y terminar con los estudios pertinentes de manera anticipada".

En el Dictamen 11 – 2013 de la Cancillería argentina firmado por la funcionaria Susana Ruiz Cerruti, titular de la Dirección de Consejería Legal del Ministerio de Relaciones Exteriores (DICOL),  ya se analiza la instalación de una base china en "la fracción de tierra de lote E1, en un predio del Paraje Quintuco Pilmathue, nomenclatura catastral 05-RR-011-5424-0000, del Departamento Loncupué". Para la contraparte china, ese terreno era conocido como "site 16", y era parte de un trabajo de investigación en todo el territorio en el que se analizaron 20 posibles sitios para asentar una instalación científica.

El primer acuerdo registrado entre la CONAE y la CLTC data del 28 de julio de 2012. En el mismo se sientan las bases de la cooperación bilateral para la construcción de la base.

Lo curioso de esta etapa de la negociación es que la provincia de Neuquén, la verdadera dueña del sitio, había sido dejada de lado y recién se la participó del acuerdo cuando los gobiernos de Argentina y China ya habían avanzado en la cesión del territorio de 200 hectáreas elegido para construir las instalaciones. Esto se desprende al menos de los documentos de la CONAE, los cuales verifican que hasta diciembre de 2011 no se había informado al gobernador neuquino Jorge Sapag de los avances de las negociaciones, y que a partir de esa fecha se decide que era adecuado incorporarlo.

Para ese momento ya se había establecido como condición para que se asentara la base que el terreno debería ser cedido por Neuquén a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, y que luego la CONAE se la entregaría en comodato al CLTC por un término de 50 años.

Es decir, Pekín negoció en todo momento con el gobierno nacional y dejó de lado a la provincia de Neuquén. En su momento, una negociación de regalías petroleras adeudadas por Buenos Aires a esa provincia fue suficiente para que el gobernador cediera el terreno reclamado por los chinos y que todo esto se hiciera con una discreción asombrosa, aunque aun existen dudas sobre la legitimidad del procedimiento que siguió el Ejecutivo neuquino para enajenar esas tierras.

Recién el 28 de junio de 2012 el ministro de Desarrollo Territorial de Neuquén, Elso Leandro Bedoya, firmó la resolución 391/2012 relacionada con el expediente N° 4340-001302/12, en donde se le otorga a "la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), y por un período de 50 años, una fracción del Lote E1, con una superficie estimada de 200 hectáreas, nomenclatura catastral 05-RR-011-5424, Plano de Mensura E2756-3907/00, del Paraje Quintuco Pilmathue, Departamento Loncupué, provincia de Neuquén, destinada a la instalación de un Centro de comandos y adquisición de datos que incluye una Estación Satelital del Programa de Exploración de Luna y Marte, llevado a cabo por la Administración Nacional Espacial China (CNSA) de la República Popular China".

Con una eficiencia oriental, el 20 de julio del 2012, el Director Ejecutivo de la CONAE, Conrado Varotto, firmó el trato definitivo con la CLTC denominado "Acuerdo de Cooperación en el Marco del Programa Chino de Exploración de la Luna entre el China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de la República Argentina para establecer instalaciones de seguimiento terrestre, comando y adquisición de datos, incluida una antena para investigación del espacio lejano, en la provincia de Neuquén, Argentina".

El 28 de abril de 2014, una vez hechos los arreglos, los gobiernos de China y Argentina formalizaron un acuerdo que legalizaba todo lo que se había negociado en abril del año anterior, y que le daba vigencia a los protocolos referidos a la instalación y construcción de la base. En marzo comenzaron a construirse los cuatro edificios centrales, así como la antena parabólica de 35 metros de diámetro que le da entidad a su actividad satelital.

La aprobación del acuerdo por parte del Congreso, condición sine qua non para que tuviera vigencia, se hizo en febrero de 2015, cuando la estación ya estaba construida, operativa y sellada. Estaba todo listo para que China siguiera con el relato que hacía que los argentinos miraran a la Luna y Marte, mientras calibraban sus equipos para seguir el rastro de su flamante flota de satélites militares.

Dar todo por casi nada

Seis años atrás, el autor de esta nota publicó en una investigación junto a José Stella sobre los detalles más escandalosos de estos acuerdos que hoy redescubren los grandes diarios locales. Hace más de un lustro, anticipó la primicia de hoy al informar que la base china iba a recibir una inmunidad similar a la de una sede diplomática extranjera. Pero, además, que iba a ser objeto de beneficios de infraestructura sin recibir otra contraprestación que la presencia china en la Patagonia.

La reciente declaración del jefe del Comando Sur de EEUU, Craig Faller, respecto al uso militar de esta base, reavivó el tema y puso sobre el tapete nuevamente tanto el propósito de esa instalación como la conveniencia para la Argentina de ser anfitriona de un sitio que podría colocarla en el centro de una disputa entre dos superpotencias.

Vale entonces revisar la serie de favores que recibieron las autoridades chinas para instalarse en Neuquén por parte del gobierno nacional y provincial, para así entender cuál es el escenario que se plantea frente a su presencia, y las posibilidades de cambiar el actual statu quo.

Tal era el interés del gobierno argentino por ver instalada la base china, que en los documentos de la Cancillería se lee la recomendación del funcionario Alberto Dojas para que se ceda en comodato el terreno por 50 años y que se garantice el "acceso y/o disponibilidad de carreteras, suministro de agua, provisión de energía eléctrica, líneas de comunicación". Vale aclarar que, hasta ese momento, el paraje no contaba con rutas accesibles ni líneas de alta tensión, que el Ministerio de Planificación, a cargo de Julio de Vido y bajo cuya esfera operaba la CONAE, se encargó de que se construyesen rutas y líneas eléctricas en tiempo récord mientras todavía se levantaban las instalaciones de la base.

Todas estas previsiones están contempladas en el Dictamen 11/2013, N° 1507/12 firmado el 11 de enero del 2013 del Ministerio de Relaciones Exteriores contenido en el expediente 0066504/2011.

Aquella preferencia era parte de una serie de beneficios y prioridades que resultaban inexplicables, habida cuenta que la Argentina no estaba recibiendo ningún favor directo en divisas ni tampoco un estipendio por el uso del lugar. Por el contrario, destinó una considerable cantidad de recursos sin retorno y los destinó con una prioridad inexplicable aún.

Lo mismo hizo la provincia de Neuquén, que firmó un nuevo acuerdo tripartito con la CONAE y el CLTC el 28 de diciembre de 2012, el cual lo obligaba a realizar las obras necesarias para que la base estuviese provista de manera permanente con 1500 kw de energía, así como instalar una línea de fibra óptica de 40Mbps. En el mismo articulado, se obliga a mantener en buenas condiciones la ruta provincial N° 31 por la cual se accede a la base. Estas obras están respaldadas por convenios entre la provincia y el gobierno central para financiar su puesta en marcha.

En el dictamen de 2011 se preveía que "se otorgará a los empleados de CLTC exención judicial por expresiones escritas y orales en su trabajo para la estación de espacio lejano", que en criollo significa que nada de lo que produjeran iba a ser alcanzado por la legislación local.

Además, que se iba a garantizar que las autoridades migratorias no interfirieran en la circulación del personal de las instalaciones chinas y que las oficinas impositivas  los eximieran de toda presión tributaria, usualmente fuerte con otros habitantes de territorio argentino. La autoridad fiscal fue informada de estos privilegios mediante un memorándum reservado enviado en mayo de 2013.

Dentro de esas exenciones, se le otorga una habilitación extraordinaria para importar los elementos destinados a construir la base, así como un permiso adicional para que ese beneficio incluya a cualquier tipo de insumo que se necesite para mantenerla operativa, ya sea que se trate de instrumentos científicos, comida o ropa para los que trabajan en ella. En el inciso 4 del acuerdo se establece que "la Argentina permitirá la importación libre de impuestos para artículos de subsistencia de empleados de CLTC al territorio argentino de conformidad con la legislación argentina".

En su momento, la Cancillería destacó que "la CONAE ha hecho notar que la magnitud del proyecto y el grado de colaboración que se requiere para asegurar la exitosa instalación y operación de este instrumental de última generación representa una oportunidad única para la Argentina para demostrar su capacidad en el campo de las tecnologías de avanzada". Sin embargo, en ningún documento se establece el aporte de tecnología argentina ni el traspaso de avances científicos chinos a sus pares locales. Todo se hace a título gratuito y por cuestiones vinculadas al fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

Por eso, y para salvar las formas, el acuerdo estableció que los científicos de la CONAE podrían hacer uso de las instalaciones durante el 10% del tiempo del funcionamiento. Sin embargo, para ello deberían pedir un permiso a las autoridades chinas, mientra que su aprobación dependerá de que el uso no obstaculice los de la base. Además, serán los científicos chinos los que definirán si ello sucede.

En el artículo 4° del documento donde se acuerda esa cooperación, se lee: "La utilización efectiva por parte de CONAE del uso del 10% del tiempo de la antena de espacio lejano, por año, no acumulable a través de los años. A tal fin, CONAE podrá instalar, mantener y operar equipamiento para procesamiento de datos a su propio cargo, sobre una base de no interferencia con las actividades de apoyo a las misiones de CLTC. CONAE coordinará dicha actividad con CLTC mediante solicitud escrita remitida, al menos, con tres meses de antelación".

Más allá de las susceptibilidades nacionalistas, estas facilidades implican en los hechos que la Argentina renunció a toda herramienta de control y presión en caso de que la base china se apartara de lo acordado, como por ejemplo que se tuvieran indicios sólidos que está siendo utilizada con propósitos bélicos.

Ello se vuelve más evidente al no existir mecanismo de verificación unilateral por parte de las autoridades locales, que dependen en todo momento de la buena voluntad de quienes están dentro de la base para ser invitados a entrar, analizar y verificar las actividades que se hacen dentro de ella.

Tampoco puede monitorear sus actividades o permitir que terceros lo hagan, ya que uno de los anexos compromete a la Argentina a blindar el espacio radioeléctrico en cien kilómetros a la redonda en las bandas entre 10 y 50 GHZ, además de comprometerse a brindarle garantías contra toda intrusión remota.

Es decir que si los científicos chinos que están bajo el comando de los militares de Pekín ya están realizando actividades relacionadas con su sistema militar, no existe modo de comprobarlo ni instrumentos para presionar para que dejen de hacerlo.

Los acuerdos que permitieron la instalación de la base y garantizan su funcionamiento están protegidos por la aprobación retroactiva por parte del Parlamento y el secreto de los protocolos reservados que lo acompañan. Pero incluso lo que fue legalizado no salva a la Argentina de las consecuencias de esa presencia en momentos en que EEUU y China tensionan su disputa por el título de principal potencia económica y militar del planeta.

Problemas

La declaración del almirante Craig Faller no fue ni inocente ni apresurada. En agosto del 2018, el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, visitó al presidente Mauricio Macri en Buenos Aires y, de acuerdo a fuentes confiables, introdujo la cuestión de la base china en la Patagonia. La cuestión central es que además de los propósitos declarados, le indicó que aquella estación estaría siendo usada como parte de la red espacial que tendió Pekín para vigilar objetivos estadounidenses en todo el planeta. La declaración del jefe del Comando Sur que asumió histórica y unilateralmente la defensa de los intereses de ese país en el sur de sus fronteras, sonó a la vez como un recordatorio y como advertencia.

Tal es la preocupación del presidente Donald Trump por no perder la carrera espacial, que en agosto del año pasado creo la "fuerza espacial", el capítulo militar que reunirá las capacidades bélicas de ese país más allá de la atmósfera. Y en línea con esa preocupación, el secretario de Defensa Mattis ofreció al presidente Macri convertir a la Argentina en un aliado militar, una oferta que no podía estar disociada con la presencia china en el sur del país.

De todos modos, si EEUU decidiera neutralizar esa base en su flanco sur la Argentina podría enfrentar escenarios complejos. Bien podría presionar para que Buenos Aires de por terminado los acuerdos que permiten la presencia de esa base, pero con ello le obligaría a renunciar al principal socio comercial y principal comprador de soja, la gran entrada de dólares de la cual depende la débil economía local. Y aunque presionara, Argentina no tiene modo de trasladar esa presión a los habitantes de la base por el modo en que fueron conformados los acuerdos.

Otra clase de opciones que impliquen irrumpir en la soberanía argentina para sacar la base, pareciera ser una fantasía reservada para escenografías de guerra abierta que por ahora no son siquiera una probabilidad.

La única cláusula que podría salvar la situación es la que estipula que la Argentina puede dar de baja el acuerdo con un aviso previo de cinco años, fundando su motivo en causas razonables y con las obvias reservas legales en caso de tratarse de una denuncia basada en motivos no aceptados por la contraparte. Pero en la cláusula 3° del acuerdo marco se prevé que en caso de controversia originada por parte de la Argentina, se llamará a un arbitraje con una tercera parte elegida de común acuerdo y que el procedimiento será llevado adelante en… Pekín.

Todo indica que en caso de ser presionada para que retire la base, Argentina no tiene nada que hacer salvo esperar que pase el tiempo, mientras negocia para que las tensiones no la dejen atrapada en la maraña legal y política sobre la que se construyó la base china en la Patagonia.

Incluso, si el gobierno argentino decidiera echarse atrás con lo acordado, sufriría de las limitaciones del artículo 5, inciso 3 en donde se estipula que "sin la aprobación de China, las entidades e instituciones o individuos de la Argentina no podrán expropiar o embargar bajo ninguna circunstancia el equipamiento y las instalaciones o bienes y documentación de la estación de espacio lejano. El equipamiento y las instalaciones, bienes y documentación de la estación de espacio lejano no estarán sujetos a restricciones administrativas o judiciales de ningún tipo".

No podría hacer nada más debido a que no tiene ni instrumentos militares ni peso geopolítico para hacer otra cosa que un berrinche diplomático.

Ni a China ni a EEUU les interesa demasiado si el acuerdo para la instalación de la base fue firmado por una ex presidente que deberá desfilar por Tribunales acusada de corrupción o si Mauricio Macri tiene planes para controlar la inflación. En las grandes ligas estratégicas se considera que el acuerdo fue firmado por un Estado más allá del inquilino ocasional que ocupe la Casa Rosada. Y no respetar los pactos –o respetarlos, según sea la óptica– tiene consecuencias concretas.

China avanza en la militarización del espacio y está dispuesta a convertirse en el adversario de EEUU en todos los escenarios. La base que instaló en la Patagonia argentina es una parte esencial de su sistema de rastreo y recopilación de datos, la cual sin duda tiene un capítulo bélico, dada la naturaleza dual de la tecnología que despliega Pekín en cada lanzamiento que realiza hacia el cosmos.

Argentina tiene entonces en su lomo patagónico una protuberancia que hace ruido a Occidente y sirve al Oriente para confrontarlo. Atrapada en las decisiones de un electorado que en su momento no entendió las consecuencias del discurso anti norteamericano, dejó que otro de los actores del gran juego pisara fuerte dentro del territorio y con ello que la Argentina fuera involucrada en un conflicto que excede sus músculos políticos.

Hace años que la política exterior argentina fluctúa entre los bandos en disputa en el tablero mundial. Y esa falta de rumbo precisa de un GPS, que por ahora no se sabe si funcionará bajo la tecnología de EEUU o la de China. Sin importar donde llegue, las coordenadas indican que se dirige directo hacia un conflicto.

jueves, 14 de febrero de 2019

Las Fuerzas Armadas y las de seguridad deberían complementarse

Por Sebastián Vigliero - La Nación
Frente al cambio en el tipo de amenazas a la seguridad, las fuerzas tienen que aggiornarse y actuar coordinadamente.

Fuente: LA NACION

Si bien la necesidad de redefinir la defensa nacional y reestructurar el instrumento militar ha estado presente en la agenda política, subsiste todavía una notoria desatención a un tema crucial que nos enfrenta a nuevos desafíos ineludibles: su rol frente a la delimitación jurisdiccional.

Hace 30 años y con la activa participación de todo el arco político, el Congreso Nacional aprobó casi en forma unánime la ley 23.554 de defensa nacional, actualizando el marco normativo de la defensa y delimitando el ámbito de acción de las Fuerzas Armadas -prohibición de participar en asuntos y conflictos internos y de realizar inteligencia interior-. Posteriormente, la ley 24.059 de seguridad interior acotaría los límites de desempeño del accionar castrense en dicha cuestión. Más tarde y, audiencias públicas mediante, el Congreso sancionó la ley 24.948 de reestructuración de las Fuerzas Armadas, dando así el marco jurídico para financiar sostenidamente la defensa. Junto con el Libro Blanco de la Defensa -versión 1999 y 2008- como también la Defensa Nacional en la Agenda Democrática -2003- y los distintos lineamientos que el Poder Ejecutivo dictó en lo sucesivo, se fue conformando una política de Estado para el área de la defensa.

El recientemente derogado decreto 727/2006, que reglamentaba la ley de defensa, territorializaba los ámbitos de acción tanto de defensa como de la seguridad, concibiendo un sistema de defensa para enfrentar la agresión externa perpetrada por Fuerzas Armadas de otro Estado, y tenía vedado actuar frente a otras fuentes de riesgo de cara al siglo XXI. Es más, el decreto 1691/2006 -también derogado- contribuía holgadamente con el citado proceso, diferenciando cuestiones relacionadas a la defensa y a la seguridad.

Desde hace tiempo la defensa nacional se enmarca en un concepto más amplio que sin perjuicio de su rol tradicional busca abandonar visiones perimidas. Los tiempos políticos pretéritos fueron dejando de lado el tratamiento legislativo de toda esta problemática. Por caso, el Congreso nacional evitó abordar aquellas cuestiones vinculadas con los intereses marítimos; una temática que de por sí resulta compleja para una sociedad que se desarrolló de espaldas al mar y que no termina de comprender el carácter marítimo del suelo que habita y los riesgos implícitos que tal desatención conlleva.

Acostumbrados a entenderlas como "compartimentos estancos", las tareas desarrolladas por las fuerzas de seguridad -Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria- y por las Fuerzas Armadas parecieran hoy asistir a una "superposición" de roles. Aggiornarse a las nuevas realidades es un imperativo de ambas, siendo la delimitación de las funciones tradicionales y específicas de cada una el punto de partida, y la "complementación" de sus esfuerzos la norma. "Juntos, no revueltos", esa es la cuestión.

El instrumento militar es la primera línea de defensa cuando las amenazas provienen del exterior y buscan alterar la seguridad nacional. Enmarcado en la estrategia nacional, en nuestro país aquel opera en tres planos: compromisos con la seguridad internacional, a través de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y las Misiones de Paz; marco regional, sea en aquello relacionado con los organismos multilaterales de defensa hemisféricos -Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y Mercosur, entre otros-. Y por último, en la protección de los espacios soberanos -territorial, marítimo y aéreo-, donde además de las fronteras el instrumento militar protege las líneas de comunicaciones por donde circula el comercio exterior, el transporte y las comunicaciones electrónicas globales del Estado y los recursos. Estos tres ámbitos conviven con una multiplicidad de amenazas de carácter transnacional que buscan afectar la seguridad nacional: la ciberguerra, el terrorismo, la piratería, la preservación de los recursos y el narcotráfico, el control del mar, la contaminación, etc.

Frente a esto, el Ministerio de Defensa encara una protección de cuatro dimensiones: la vigilancia del espacio terrestre; el sistema nacional de vigilancia y control aeroespacial; el sistema de vigilancia y control de los espacios marítimos, y vigilancia y control del ciberespacio.

En la práctica, Frontera Norte es una misión subsidiaria en tanto que el Ejército como la Fuerza Aérea complementan a las fuerzas de seguridad con "vigilancia estratégica" en la frontera, siendo que sus radares y patrullaje vigilan e informan a la autoridad competente sobre diversas amenazas que se presentan provenientes del "exterior". En la vigilancia de las aguas de jurisdicción e interés nacional se ha obviado el carácter "internacional" que envuelve a las mismas más allá del mar territorial. Lo "internacional" comprende exclusiva y excluyentemente los espacios marítimos y los distingue plenamente del espacio terrestre, donde el Estado ejerce soberanía. Fuera del límite exterior del mar territorial, rige la libertad de navegación y el principio de jurisdicción del Estado de pabellón ante lo cual se desvanece la función administrativa policial del Estado nacional. Es allí donde el instrumento militar, sea a través del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y, en particular, de la Armada, debiera coordinar la alerta estratégica ante la ocurrencia de circunstancias que afecten los intereses vitales y estratégicos de la nación; la protección de los recursos naturales y de la vida humana en el mar, la búsqueda y el salvamento, así como la vigilancia marítima.

De modo que, hacer frente a la discusión por competencias jurisdiccionales no es sinónimo de desnaturalización del rol de las fuerzas armadas ni tampoco de las de seguridad, sino sencillamente cumplir con lo legislado y aprovechar las sinergias que ambos ámbitos potencian conjuntamente, evitando duplicidad y superposición de esfuerzos. La puesta en vigencia de la nueva Directiva Política de Defensa Nacional, plasmada en el decreto 703/2018 -como consecuencia del dictado del decreto 683/2018-, iría camino a reafirmar lo acordado 30 años atrás.

Aun así, quedan pendientes cuestiones por resolver. Hoy, las Fuerzas Armadas deberían mantener una "actitud de vigilia" sobre la base de un sistema con capacidad de adaptarse frente a amenazas diversas, flexible y en condiciones de enfrentar una gama de amenazas, latentes y factibles de aparecer en cualquier momento. Para ello, tienen la ardua tarea de profesionalizarse y modernizar doctrinas de empleo de la fuerza, pertrecharse con nuevas capacidades y medios frente a un concepto más amplio de defensa.

Es que, desde la perspectiva de la defensa, la aplicabilidad de un sistema "integral" de vigilancia de los espacios de jurisdicción e interés nacional fortalecerá la seguridad estratégica de la nación a expensas de un esfuerzo de coordinación de todos los órganos del Estado, evitando la transgresión de roles y jurisdicciones naturales de los campos de seguridad y la defensa. Vale como experiencia recordar que las Fuerzas Armadas desempeñaron un rol clave en la custodia de la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar del Plata y, recientemente, en la del G2-0, en Buenos Aires, ello sin perjuicio del rol del sistema de seguridad.

Miembro del Instituto de Seguridad y Asuntos Estratégicos del Consejo Argentino para las Relaciones Interncionales (Isiae-CARI). Profesor de la Carrera de Ciencia Política de la UBA y en la Universidad Argentina de la Empresa.

lunes, 28 de enero de 2019

Salen a la venta 8 hectáreas top, recuperadas en un caso de corrupción

Oscar Aguad y Ramón Lanús recorren los terrenos de Tandanor.LPO - Se trata de los terrenos de Tandanor que el Estado recuperó días atrás. 

Oscar Aguad y Ramón Lanús recorren los terrenos de Tandanor.

 El gobierno nacional anunció la recuperación de un enorme predio de más de 80 mil metros cuadrados que será  subastado en los próximos meses para construir un polo de oficinas en una de las zonas más cotizadas de la Ciudad.

A pesar de que fue anunciado como el primer bien del estado recuperado de la corrupción, la suerte del predio de Tandanor ubicado frente al Río de la Plata se había resuelto el año pasado, mucho antes de que saliera el controvertido decreto firmado por Mauricio Macri sobre extinción de dominio.

La ubicación del terreno de 82 mil metros cuadrados es inmejorable: está a pocos metros de las autopistas 25 de Mayo y Buenos Aires-La Plata. Limita con el cotizado Puerto Madero y se ubica frente al polo de Catalinas Sur que adelantó LPO. Además queda a metros del Paseo del Bajo que la Ciudad inaugurará en tres meses.

Después de anuncio el ministro de Defensa Oscar Aguad y el titular de la Administración de Bienes del Estado, Ramón Lanús, recorrieron la zona. Este sitio pudo saber que en el transcurso del año podrían publicarse los pliegos para subastar el terreno. Claro que antes hay varios temas por resolverse. La legislatura porteña deberá votar la rezonificación del terreno, que según El Cronista podría valer entre 300 y 500 millones de dólares.

En el año último se votaron varios cambios de zonificación en el parlamento capitalino pero al tratarse de un año electoral son varias las trabas que podrían aparecer y no le resultará fácil a Horacio Rodríguez Larreta juntar los votos para convalidar el fabuloso negocio inmobiliario que podría gestarse en la zona.

Pero además alrededor del terreno hay varios intereses y cuestiones judiciales que podrían complicar la venta. El predio había pasado a manos privadas en los '90 pero Indarsa, la compradora, nunca pagó lo pactado con el Estado. Además investigaciones judiciales determinaron que la venta se había producido a un precio vil y varios ex funcionarios fueron condenados.

Más allá de que la Corte Suprema validó el decreto de Néstor Kirchner que anulaba la privatización de Tandanor, la empresa IRSA había adquirido la mitad de la empresa Puerto Retiro entre 1996 y 1999. La compañía tenía como único bien el predio de Tandanor recuperado por el estado y podría continuar el pleito en la justicia. Como mínimo podría retrasar la venta.

viernes, 25 de enero de 2019

Avanza el plan del Gobierno para replantear las unidades militares

Pasqualini, en el homenaje a los caídos de La Tablada; detrás, AguadPor Nicolás Tosi  - La Nación
Pasqualini, en el homenaje a los caídos de La Tablada; detrás, Aguad Fuente: LA NACION

Aguad afirmó que la reforma comprende una readecuación de los cuarteles y de los integrantes de las FF.AA.

En su visita al Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 3 del Ejército, en Pigüé, el ministro de Defensa, Oscar Aguad , insistió en la necesidad de avanzar en la reforma militar, orientada a modernizar a las Fuerzas Armadas y reforzar, con un papel más activo, su participación en el combate contra el narcotráfico. Se trata de una reconversión que incluirá, por primera vez en el país, la creación de unidades conjuntas integradas por militares del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y el posible cierre de algunos cuarteles.

"No es fácil diagnosticar si se van a cerrar o no regimientos. Pero la idea es comenzar esta reconversión e ir avanzando de a poco, hasta que el país consolide un nuevo sistema de defensa", expreso el ministro, en diálogo con LA NACION, luego de encabezar el acto central por los 30 años del ataque al cuartel de La Tablada.

Acompañado por el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Claudio Pasqualini, Aguad afirmó que la "reconversión de las Fuerzas Armadas se está llevando adelante e implica una puesta en valor con las nuevas amenazas que tiene el país". Explicó que comprende "una readecuación de las instalaciones y un reacomodamiento de los miembros de las fuerzas militares".

El plan de modernización de las Fuerzas Armadas fue puesto en marcha el año pasado por el presidente Mauricio Macri y en su ejecución interviene el Estado Mayor Conjunto, que conduce el teniente general Bari del Valle Sosa.

Nuevo modelo militar

La reforma militar surgió a partir del decreto 683/2018, a través del cual el Gobierno reglamentó un replanteo en el despliegue de unidades y el envío de más militares a la frontera norte para combatir el narcotráfico.

Esa reformulación del despliegue militar responde al concepto del nuevo rol que enfrentan hoy las Fuerzas Armadas, a partir de las amenazas que presenta el siglo XXI, lo que configura una realidad muy distinta de las hipótesis de conflictos de décadas anteriores. "Ya sea de nuestro espacio terrestre, aéreo, marítimo y del ciberespacio", precisó Aguad.

La disposición modificó el decreto 727/2006, del entonces presidente Néstor Kirchner, que prohibía a los militares participar de operaciones de seguridad interior. El cambio dispuesto por Macri generó críticas de la oposición y de organizaciones de derechos humanos, que sostienen que se trata de experiencias que han fracasado en otros países, como México, Brasil y Colombia.

Si bien el ministro no especificó cuáles serán las bases militares que cerrarían o que se reubicarían, las unidades se agruparían en función de dos criterios: proximidad geográfica y especialidad.

Actualmente, el Ejército cuenta con 51.309 militares en sus filas y un total de tres divisiones, 11 brigadas y una fuerza de despliegue rápido. La Armada tiene su base principal en Puerto Belgrano y otros cinco comandos con un total de 18.368 marinos. Y la Fuerza Aérea reúne ocho brigadas, tres bases aéreas y la presencia en la Antártida con un total de 13.837 hombres y mujeres.

El decreto, cuyo objetivo es contar con nuevas herramientas para proteger la soberanía y la integridad territorial, dispone que "las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la República Argentina; la vida y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión externa que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas".

Proclama, además, que "el cumplimiento de esta misión primaria no afecta lo dispuesto en la ley de seguridad interior y en la ley de reestructuración de las Fuerzas Armadas, en lo concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del instrumento militar y a las disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en operaciones de apoyo a la seguridad interior".

Aguad aseguró que el plan de modernización está en plena etapa de desarrollo, aunque anticipó que "es un proceso que va a llevar muchísimo tiempo".

jueves, 24 de enero de 2019

Oscar Aguad encabezará hoy la recuperación de un importante predio en Retiro

Por Fernando Morales - Infobae.com
Se trata de una de las plantas de Tandanor, el astillero propiedad de la cartera, que Carlos Menem había vendido en la década de los 90
 
Con la recorrida que el Ministro de Defensa Oscar Aguar efectuará hoy al predio en el que tenía su asiento la denominada "Planta I" de lo que se conoce como Complejo Industrial CINAR, se dará por concluido oficialmente el proceso de recuperación de un bien del estado nacional valuado en varios cientos de millones de dólares.

A poco de iniciar su gestión, el ex presidente Carlos Saúl Menem, inició el desguace de la Marina Mercante y la Industria Naval Argentina. En ese contexto se procedió al cierre de la naviera estatal ELMA, a la venta de la flota de buques de YPF e YCF (Yacimientos Carboníferos Fiscales) y a un fallido intento de cierre del mayor centro de reparación de buques comerciales y militares de gran porte conocido como Tandanor (Talleres Navales Dársena Norte)

Tandanor estaba integrado por dos plantas industriales, la más antigua ubicada en el sector norte del puerto metropolitano ( lindando con la Escuela Nacional de Náutica) y una más moderna ubicada en la Isla Demarchi junto a la fábrica de submarinos Domecq García (hoy astillero Almirante Storni). Precisamente la denominada planta I, fue sometida a un controvertido proceso de desmantelamiento y venta, por el cual una naviera de origen nacional se quedó con la propiedad a un costo irrisorio respecto al valor de mercado de los terrenos involucrados.

La planta II dado su escaso valor comercial en aquel momento, fue sometida a diversos procesos de managment, incluyendo un programa de propiedad participada por parte de sus operarios, hasta que finalmente durante la gestión de Néstor Kirchner, el Ministerio que hoy conduce Aguad, retomó el control pleno de las operaciones.

Oscar Aguad, visitará hoy a las 12.30 los terrenos ubicados en la zona porteña de Puerto Madero, que fueron recientemente recuperados por el Estado Nacional, tras un fallo dictado por el Tribunal Oral Criminal Federal 5.

Durante la década del 90 el predio fue vendido en menos de 10 millones de dólares, siendo que el consorcio adquirente había proyectado un desarrollo inmobiliario valuado en las 500 millones de la moneda estadounidense.

El fallo judicial que dispuso la devolución de las tierras pertenecientes a la Planta I de Tandanor fue dictado al cabo de un juicio oral en el que fueron condenados a tres años de prisión de cumplimiento condicional un ex funcionario del gobierno del ex presidente Carlos Saúl Menem y dos empresarios navieros argentinos.
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Tandanor, hoy

El complejo industrial que hoy conforman Tandanor y el Astillero Almirante Storni, tuvo en los últimos años un protagonismo relevante que incluyó la reparación del siniestrado Rompehielos "Almirante Irízar" y la reparación de media vida del submarino ARA "San Juan".

En el primero de los casos, fueron muchos los expertos navales que recomendaron a la entonces Ministra Nilda Garré, que resultaba más económico adquirir un buque nuevo que reparar el casi totalmente destruido "Irízar", pero la decisión política pasó por dar impulso a la industria naval local y si bien la tarea demandó 10 años y costó el equivalente a dos rompehielos, hoy el navío se presenta como el más moderno de la región y se encuentra cumpliendo exitosamente su misión en la Antártida.

La reparación del San Juan, está sometida a revisión a raíz del naufragio que sufrió la unidad naval en noviembre de 2017. Si bien las primeras observaciones de los restos de la nave han permitido concluir a los expertos en la materia, que al menos las soldaduras realizadas por técnicos y operarios del complejo industrial estatal, soportaron con creces las exigencias de diseño.

Al margen de estos emprendimientos de corte netamente militar, el complejo industrial recibe a diario a buques mercantes, pesqueros, remolcadores, policiales y hasta deportivos, a los que se realizan las tareas de mantenimiento y reparación que la normativa internacional en materia de seguridad de la navegación exige.

Tandanor, al igual que la Fábrica de Aviones FAdeA son dos de las unidades productivas de la cartera de Defensa, que han sido instruidas por el propio Aguad, para que sean autosustentables generando unidades de negocios que no se limiten a contar con el Estado Nacional como cliente único. Para el caso de Tandanor, bajo la actual conducción del Capitán de Navío (RE) Jorge Arosa la meta está siendo cumplida, según aseguran desde la cartera ministerial.

Si bien resulta impensado que el predio recientemente recuperado, vuelva a ser utilizado como planta fabril naval, fuentes consultadas aseguran que de producirse su enajenación la misma se haría a valores de mercado y en un todo de acuerdo con la actual política de desafectación de bienes no productivos del área de defensa, para aplicar los recursos obtenidos a la modernización de los medios operativos de las fuerzas.

jueves, 17 de enero de 2019

Estados Unidos reconoce los avances militares de China: “En ciertas áreas ya es líder mundial”

(Clarin.com) - Tiene “algunos de los sistemas de armas más avanzados”.
El poder militar chino desplegado en el océano Pacífico, en abril último. (Reuters)

China está a punto de desplegar algunos de los sistemas de armas más avanzados del mundo y en ciertos casos ya ha superado a sus rivales, según concluye el Pentágono norteamericano.

Un informe no confidencial de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (la principal organización militar de espionaje de los EE.UU.) dice que en años recientes Beijing ha dado pasos largos, en parte gracias a sus leyes domésticas que obligan a socios extranjeros a divulgar secretos técnicos si quieren acceder al vasto mercado chino.

Como resultado de "obtener como sea la tecnología disponible", China está a la vanguardia por ejemplo en diseños navales, en misiles de alcance medio e intermedio y en armas hipersónicas (cuyos misiles superan varias veces la velocidad del sonido y eluden sistemas antimisiles). "Esta acción multifacética deriva en un Ejército Popular de Liberación a punto de desplegar algunos de los sistemas de armas más avanzados del mundo", sostiene el reporte, que se titula "El poder militar chino".

"En ciertas áreas ya es líder mundial." Agrega que su creciente poder militar implica que tiene capacidad avanzada en el aire, el mar, el espacio y el ciberespacio y le permitirá a China "imponer su voluntad en la región".

Uno de los focos principales para Beijing ha sido la perspectiva de un eventual conflicto con Taiwán, isla a la que China ve como parte de su territorio. Beijing ya avisó que no va a dudar al recurrir a la fuerza si Taipei declara formalmente su independencia o en caso de que haya una intervención extranjera, incluyendo a EE.UU., el aliado extraoficial más poderoso de la isla.

Un alto oficial de inteligencia compartió con periodistas que cubren el Pentágono su preocupación porque los generales del Ejército chino pueden sentirse seguros al invadir Taiwán gracias a sus avances militares. "La inquietud más grande ─dijo la fuente, que pidió anonimato─ es que mucha de esa tecnología madura... China llegará a un punto en el que va a decidir que es más inminente el uso de la fuerza militar en un conflicto regional."

Aunque Taiwán tiene gobierno autónomo y bandera y moneda propias, no es reconocida por Naciones Unidas como un estado independiente. De todas formas, señaló el agente, China lleva 40 años sin involucrarse en una guerra y a sus militares les falta experiencia en conflictos del mundo real. "Le llevará un tiempo [al Ejército Popular de Liberación] estar en condiciones de operar todos los servicios militares juntos y lidiar con una operación grande y compleja", dijo.

El informe de inteligencia especifica que China está desarrollando bombarderos invisibles de medio y largo alcance, capaces de atacar objetivos regionales y globales. De acuerdo con el reporte, esos aviones probablemente estarán en condiciones operativas para 2025.

El oficial del Ministerio de Defensa norteamericano añadió que China conserva en secreto muchos de sus avances militares: produce sus investigaciones en complejos subterráneos, lejos de los ojos entrometidos de los satélites.
Fuente: AFP. Traducción: Abel Escudero Zadrayec.
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