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viernes, 19 de agosto de 2016

Quiénes amenazan las fronteras de Rusia

afganistánPor VLADÍMIR MIJÉIEV, PARA RBTH
A lo largo de la periferia de Rusia se encuentran una serie de países con una trayectoria de agitaciones internas y espasmos ocasionales de políticas exteriores agresivas. ¿Hasta qué punto suponen estos países una amenaza para la seguridad de Rusia?


Además de los países de la OTAN al oeste de Rusia, Moscú debe prestar la debida atención a las idas y venidas en otras naciones con las que comparte frontera, ya que algunas de ellas forman parte del propuesto “arco de inestabilidad” y otras siguen en un estado permanente de “transición” que provoca crisis, caos y estallidos de violencia.

Analizando la zona que rodea Rusia, vale la pena centrarse en Turquía, Irán, las agrupaciones islamistas de Asia Central, China y Ucrania. Dado que las relaciones entre Rusia y Turquía han sido una montaña rusa durante los últimos ocho meses, ¿existe algún riesgo de que un día pueda romperse este agitado diálogo y volvamos a la zona cero?

“Es posible”, responde a RBTH Vadim Koziulin, investigador sénior del centro PIR, un grupo de expertos independiente con sede en Moscú. “La ideología del panturquismo, encarnada en la idea del Gran Turán, que implica la unidad de todos los pueblos túrquico, siempre se ha correspondido con los intereses en política exterior de muchos gobiernos de Ankara. Esta ideología no solo no se ha desvanecido, sino que podría acabar entre las ideas prioritarias. Por ello, es recomendable considerar las relaciones con Turquía desde el punto de vista táctico. Turquía puede ser un gran amigo en ocasiones y un gran enemigo en otras”.

– ¿Qué sucede con el nuevo y ambicioso líder de la región, Irán, recién liberado de las sanciones? ¿Es una amenaza en potencia?
“En una ocasión bautizaron a la Unión Soviética como el “Pequeño Satán”, en contraste con el “Gran Satán” que era Estados Unidos. Nuestras relaciones a lo largo de los años no han sido precisamente amistosas, pero tampoco estamos marcados por reclamaciones históricas ni diferencias insolventables. Nuestros países no comparten fronteras. Posiblemente esto ayude. No veo ningún riesgo inmediato en la posible evolución del régimen en Teherán”.

Los yihadistas han venido para quedarse
La amenaza a la seguridad procedente de distintas agrupaciones como Al-Qaeda, el Frente al-Nusra, Ahrar al-Sham, los talibanes y, por encima de todas ellas, el Estado Islámico, no debe subestimarse, a pesar de que en la guerra que se desarrolla en Siria e Irak parecen estar retrocediendo y atacando a la desesperada.

Para Rusia, la proliferación de fundamentalistas religiosos agresivos es un serio desafío, porque podría desestabilizar a los países de Asia Central. Los líderes de estas repúblicas postsoviéticas conservan un alto nivel de interacción política y económica con Moscú, y cientos de miles de trabajadores migrantes han encontrado trabajos temporales o permanentes en Rusia.

Los intentos de las agrupaciones radicales de dividir estas repúblicas o de tomar el poder en algunas de ellas serían algo completamente inaceptable para Rusia y para otros vecinos, como China. Un posible escenario prevé una afluencia de islamistas desde Afganistán, donde algunos caudillos militares ya han jurado lealtad al Estado Islámico.

Sin embargo, Iván Konoválov, experto militar y director del Centro de Estudios Estratégicos de Moscú, rechaza la probabilidad de que se desarrolle un escenario parecido, ya que según el experto la amenaza no proviene del exterior sino del interior del país. “Por el momento no puede decirse que haya peligro de que Daesh o Al-Qaeda tomen el control en Afganistán y lo utilicen como una fortaleza desde la que lanzar una ofensiva contra las repúblicas de Asia Central. El campo en Afganistán está en manos de unos feudos tribales muy antiguos. Los extremistas están divididos. Difícilmente podía desempeñar Daesh el papel de fuerza unificadora.

“Dicho esto, cabe señalar que en muchos países de Asia Central existe un riesgo para la seguridad asociado a los extremistas locales religiosos y no religiosos. Durante los últimos años Kazajistán, por ejemplo, ha sido testigo de varios ataques menores. Si el líder de la nación pierde el control sobre la situación, las cosas podrían ponerse difíciles y los extremistas intentarían aprovecharse del momento oportuno. Una crisis en Kazajistán podría encender toda la región y, en ese caso, los islamistas de Afganistán también intervendrían”.

Respecto a la cuestión delicada de la “asociación estratégica” con Pekín, ¿es tan sólida como parece? Vadim Koziulin responde lo siguiente a RBTH: “Cabe destacar que Moscú nunca ha vendido sus armas más sofisticadas a China. Aparentemente, esto se debe al temor de que algún día puedan utilizarse contra nosotros. Las relaciones entre los dos países han cambiado radicalmente en cuestión de dos generaciones. Pero nada dura eternamente. Supongamos que China llega a lo más alto convirtiéndose en líder en el PIB mundial y que Estados Unidos se reconcilia con esta nueva realidad y la acepta. En ese caso, Rusia estaría de más y quedaría aislada”.

Analizando todas las posibles amenazas a la seguridad, también resulta necesario valorar la posibilidad de un posible golpe de Estados en Kiev en el que los ultranacionalistas lleguen al poder. Debido a su ideología rusófoba, estos podrían emprender alguna aventura militar.

Iván Konoválov declara que el gobierno de Rusia tiene en cuenta este preocupante escenario y cita las recientes declaraciones de Serguéi Shoigú, ministro de Defensa de Rusia, sobre la creación de nuevas unidades militares: “Estas unidades se desplegarán en las regiones del este y el sureste del país. Todo esto se presenta como una respuesta a la proliferación de la OTAN en sus fronteras orientales cercanas a Rusia. Mi opinión es que esto también responde a la necesidad de acumular potencial para contrarrestar un ataque en el caso de que los nacionalistas más agresivos lleguen al poder en Ucrania y emprendan acciones provocativas”.

martes, 2 de agosto de 2016

Peña reeditó un equipo de inteligencia dentro de la Rosada para la Jefatura

Por Edgardo Aguilera - Ambito.com
• ESTÁ AL SERVICIO DEL MINISTRO.
• PERTENECE A LA PLANTA DE PERSONAL CIVIL DEL EJÉRCITO.
No es la primera vez que sucede. De hecho, el radicalismo tuvo una oficina paralela de inteligencia después de 1983. Ahora forma parte del Ciclo de Inteligencia. Los agentes no provienen de la AFI y eso ya desató interna.


Inteligencia. Marcos Peña ya tiene su propio equipo de inteligencia en la Jefatura de Gabinete. Se formó con equipo civil de las FF.AA.

"No hay datos sensibles o confidenciales sobre la seguridad social", dijo el jefe de Gabinete de ministros a raíz de la polémica por la utilización de la base de datos de la ANSES. El debate se trasladó a la Justicia a través de una denuncia contra Marcos Peña. Otro eslabón se suma ahora a la sospecha: un grupo de Inteligencia trabaja en las oficinas de la Jefatura de Gabinete.

El ministaff de agentes tiene un mismo origen: pertenecen a la planta de Personal Civil de Inteligencia (PCI) de los organismos del Ejército y de la Fuerza Aérea Argentina y efectúan tareas de análisis. Esa actividad -los involucrados la llevan a cabo de manera abierta en la Casa Rosada- forma parte del denominado Ciclo de Inteligencia, pilar básico que se enseña en la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) y en el instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (IIFA). "Es la secuencia mediante la que se obtiene información, se transforma en inteligencia y se pone a disposición de los usuarios", dijo a ese diario un profesional docente del sector.

El ciclo consta de cuatro fases: Dirección, Obtención, Elaboración y Difusión. "El análisis forma parte de la etapa de Elaboración en la que se produce la transformación de la información en inteligencia al someterla a un proceso de valoración de la pertinencia, oportunidad, fiabilidad y exactitud de las noticias, hechos, informaciones o datos recibidos", agregó la fuente.

El más conocido y cabeza del oráculo de analistas es Jerónimo Morales Rins, quien fue segundo de Lourdes Puente de López Llovet, extitular de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar dependiente del Ministerio de Defensa, en tiempos de Arturo Puricelli. En la nómina también figuran Cecilia Politi, Pablo Kornblun, Fernando Ohanessian y Leonardo Pazos, entre otros.

Llegaron allí por intermediación de Ángel Tello, secretario de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, así lo expresan en público los analistas. Tello es un funcionario del partido radical con experiencia en la gestión castrense, fue viceministro de Defensa cuando Ricardo López Murphy estaba al frente del ministerio. La asignación en tareas de análisis de inteligencia para la Presidencia alentó reclamos pendientes en la planta de los agentes de las FFAA: la equiparación del salario con el de sus homólogos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

No es la primea vez que la Casa Rosada crea oficinas de inteligencia paralela. Raúl Alfonsín tuvo la suya a metros de la Presidencia, se ubicó en la avenida Leandro N. Alem 218 y la locación le dio nombre a sus integrantes; grupo Alem. Cayó en desgracia tras el escándalo del secuestro y muerte del empresario Osvaldo Sivak que fue perpetrado entre otros por el exagente Raúl Guglialminetti, uno de los miembros del grupo Alem. La práctica parece repetirse a pesar de que el Gobierno mostró signos de transparencia con la reformulación de la AFI. Gustavo Arribas (director de la AFI, denominado señor 5) y Silvia Majdalani (subdirectora, señora 8) pasarán este miércoles por la Comisión de Acuerdos del Senado que tiene a consideración los pliegos para la aprobación definitiva de sus cargos.

Se sabe que la AFI no intervino en la designación del grupo de analistas de la jefatura de Peña, desconoce cuál es el propósito y la orientación de esos especialistas. El objetivo que declara la conducción de Arribas y Majdalani es el de "profesionalizar" y "revalorizar" a los 1.760 agentes que conforman la AFI.

Una fuente de la agencia dijo: la ley de inteligencia Nª 25.520 en su artículo 8 es clara, corresponde a las funciones de la Agencia Federal de Inteligencia: 1. La producción de inteligencia nacional mediante la obtención, reunión y análisis de la información referida a los hechos, riesgos y conflictos que afecten la defensa nacional y la seguridad interior, a través de los organismos que forman parte del sistema de inteligencia nacional. Esas actividades podrían ser objeto de sanciones porque violan la letra del artículo 11 de la misma ley; -"Queda prohibida la creación, conformación y funcionamiento de asociaciones, instituciones, redes y grupos de personas físicas o jurídicas que planifiquen y/o ejecuten funciones y actividades de inteligencia en cualquiera de sus etapas asignadas por la presente ley a los organismos integrantes del Sistema de Inteligencia Nacional", acotó la fuente.

miércoles, 6 de julio de 2016

La AFI lanzó un Programa de Formación de Agentes de Inteligencia

La Escuela Nacional de Inteligencia, ubicada en pleno Recoleta.(Perfil.com) - Se dio inicio al curso que busca profesionalizar el ingreso al organismo y dotar a la ENI de un rol predominante en la capacitación.

La Escuela Nacional de Inteligencia, ubicada en pleno Recoleta. | Foto: Cedoc.

La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) lanzó hoy un nuevo Programa de Formación de Agentes de Inteligencia con el objetivo de capacitar a las personas que deseen ingresar y desarrollar una carrera en el organismo.

La apertura del curso se realizó en la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) donde los alumnos cursarán las materias y atenderán conferencias especiales para formarse como agentes de inteligencia. Los estudiantes que forman parte de esta primera camada fueron seleccionados en un trabajo conjunto de la Agencia con las más importantes universidades del país, que fueron las encargadas de referir estudiantes o graduados con destacado desempeño académico.

El Director General de la AFI, Gustavo Arribas, acompañado por la Subdirectora General del organismo, Silvia Majdalani y el Director Ejecutivo de la ENI, Licenciado Alejandro Salomón, dieron la bienvenida a los alumnos y destacaron la trascendencia de esta convocatoria.

“En diciembre, cuando arrancamos la gestión y el Presidente confió en mí para estar en este cargo, una de las cosas sobre las que empezamos a conversar con la Subdirectora fue el papel preponderante que debía tener la Escuela Nacional de Inteligencia”, destacó Arribas.

“La Escuela tiene que proveer conocimientos. El sentido fundamental de la Agencia de Inteligencia es proveer conocimiento al Presidente de la Nación para que él pueda tomar las mejores decisiones y desarrollar su política gubernamental. Ese es nuestro primer objetivo. El segundo, a partir de la última reforma a la Ley de Inteligencia, es hacer inteligencia para luchar contra los delitos federales complejos. Para eso necesitamos reunir y analizar información para producir inteligencia. Ese trabajo, que hoy es nuestro, si Dios quiere, en un futuro va a ser de todos ustedes”, detalló.

Integrantes. Los aspirantes que hoy se incorporaron como estudiantes a la ENI recibirán formación académica intensiva en Legislación del Sistema Político Argentino, Doctrina de Inteligencia, Ciclo de Inteligencia, Recolección de Información, Análisis de Inteligencia, Calidad de la Información y Medidas de Seguridad. Además, adquirirán conocimientos relacionados con la investigación de delitos federales complejos como narcotráfico, trata de personas, terrorismo, ciberseguridad, tráfico de armas y lavado de dinero.

El Programa de Formación de Agentes de Inteligencia tiene como objetivo principal no sólo profesionalizar a los nuevos aspirantes, sino también profundizar de modo constante el conocimiento adquirido por los agentes que ya forman parte de la Agencia. Concluida esta primera etapa de formación, los aspirantes serán evaluados en sus aptitudes y conocimientos adquiridos para su posterior ingreso a la Agencia.

lunes, 27 de junio de 2016

Breve teoría de la estrategia

“Cuando has comprendido el Camino de la Estrategia, no existe una sola cosa que no seas capaz de comprender”. Miyamoto Musashi

1.- Evolución conceptual de la estrategia (De ciencia militar a ciencia universal): Este paso se sucede por el devenir del proceso histórico, la relación de la guerra con la política, el intercambio cultural entre pueblos distintos y la innovación científico-tecnológica de la actualidad. 

Rastreando la evolución de la estrategia, podemos tomar como referencia primaria al mundo helénico, que se caracterizó por las observaciones y escritos de Jenofontes y de Tucidides. Ellos marcan el inicio de la estrategia como ciencia militar; en Roma tenemos a Polibio, Plutarco y Tito Livio que además de aportar en el pensamiento político, también relataron sus experiencias estratégicas. Su máximo representante es Julio Cesar.

Con el Renacimiento aparece la figura de Nicolás Maquiavelo que escribe su libro “El Arte de la Guerra” en el cual basándose en las experiencias de las antiguas campañas establece recomendaciones sobre cómo hacer la guerra, la organización para los ejércitos, el empleo de las armas, así como explicar la influencia de la geografía y la política en la guerra. También Maquiavelo en su obra “El Príncipe” hace recomendaciones importantes sobre la composición de los ejércitos para poder asegurar la existencia del Estado.

Con la Revolución Francesa y todo el gran ciclo revolucionario burgués del siglo XIX surge uno de los modernos artífices de la estrategia, Karl Von Klausewitzen su obra ” De la Guerra o Von Kriege” sistematiza el conocimiento acumulado hasta entonces sobre la guerra y su técnica; el pensamiento de este autor tuvo influencia hasta poco después de las Guerras Mundiales, y aun hoy es leído con provecho.

Los creadores y modernizadores de la estrategia llamada la estrategia total son Liddell Hart,  Mao Tse Tung , Fuller, Collins y sobre todo el Francés Beaufre que ejerce gran influencia en la actualidad, dentro de esta concepción estratégica han surgido hombres como el Brigadier General (Reserva) August Von der Heydte con su excelente obra “la guerra irregular moderna” que describe como se ha pasado ha una concepción totalizadora de la Estrategia, en la que el objetivo de esta es “básicamente, provocar cierta reacción psicológica de parte del adversario”.

2.- Definición de la Estrategia: Se puede definir a la estrategia como “ciencia y arte de concebir, utilizar y conducir medios (recursos naturales, espirituales y humanos) en un tiempo y en un espacio determinado para alcanzar y/o mantener los objetivos establecidos por la política”.

3.- Finalidad de la Estrategia: La finalidad de la estrategia es alcanzar y/o mantener los objetivos fijados por la política, utilizando lo mejor posible los medios que se disponen. Una estrategia es catalogada de buena si se consigue con ella alcanzar los objetivos previstos por la política y si en ella ha habido economía de esfuerzos. Los objetivos pueden ser ofensivos, defensivos o simplemente de mantener el status quo. El alcanzar o mantener los objetivos, implica doblegar la voluntad del adversario, esto es una decisión. La decisión es pues la consecución de los objetivos a costa de la voluntad del adversario y de los factores exógenos y endógenos que intervienen en dicha decisión.


4.- Medios de la Estrategia: Se entiende por medios, toda la gama de recursos materiales, espirituales y humanos, con que se cuenta para poner en ejecución una decisión. El poder de un sujeto estratégico está en función de los medios de los cuales dispone para conseguir sus objetivos.
La elección de los medios, en términos de cantidad, calidad y direccionalidad, está condicionada a la situación vivida y al objetivo que se espera alcanzar. Se tiene que considerar aquello que se denomina la esencia de la estrategia: la vulnerabilidad del adversario y nuestro poder; esto se expresa en las acciones propias dirigidas sobre las vulnerabilidades del adversario, empleando los medios adecuados a estas vulnerabilidades, de acuerdo a las posibilidades y limitaciones, previendo las reacciones adversas para preparar las acciones de réplica. Justamente la estrategia se convierte en arte, en el momento en que el individuo utilizando tan poderoso instrumento aplica con eficacia los medios disponibles para conseguir un objetivo.

5.- Los Modelos Estratégicos: Como se ha visto en las líneas anteriores medios, espacio, tiempo, objetivo, libertad de acción, vulnerabilidad del adversario son los ejes de la estrategia; pues bien, en base a estos elementos constitutivos, es que se han desarrollado cinco (5) modelos estratégicos como una síntesis de comprensión de las diferentes alternativas como guía que se pueden utilizar en una situación concreta.
5.1 Amenaza directa: cuando los medios son muy potentes, el objetivo es modesto y se goza de libertad de acción, la sola amenaza de esos medios puede llevar al adversario a aceptar las condiciones que se le quiere imponer, y a renunciar a sus pretensiones de modificar la situación existente.

5.2 Presión Indirecta: cuando los medios son escasos para constituir una amenaza decisiva, el objetivo es modesto y la libertad de acción es reducida, se buscará la decisión mediante acciones más o menos amenazantes de carácter político, económico o psicosocial.

5.3 Acciones sucesivas: cuando los medios son escasos, el objetivo importante y la libertad de acción reducida, se buscará la decisión mediante una serie de acciones sucesivas, combinando, si fuera preciso, la amenaza directa y la presión indirecta con acciones de fuerza limitada.

5.4 Lucha Total Prolongada: Si la libertad de acción es grande y escasos los medios disponibles, además de medios rústicos y la técnica de guerrilla utilizada, obligará al adversario a un esfuerzo mucho más considerable que no podrá sostener indefinidamente.

5.5 Lucha Frontal: Cuando los medios son potentes, el objetivo es importante y la libertad de acción reducida, se buscará la decisión mediante un conflicto violento y si es posible de corta duración.

6.- Principios de la Estratégia: Se entiende por principios la base, fundamento u razón fundamental sobre la cual se procede, siendo la estrategia una acción debe cimentarse en las constantes de acción humana que se resume en QUERER, PODER Y SABER. Querer es un acto de voluntad; poder es un acto de libertad; y saber un acto de capacidad. Por ello los principios estratégicos son tres:

6.1 Voluntad de vencer: Implica fe en el triunfo, tenacidad para alcanzar el objetivo, aún a costa de las adversidades que se puedan presentar. La voluntad de vencer implica responder a ¿qué quiero hacer? y su respuesta o solución está en el principio que el General Beaufre llama la elección del punto decisivo que se quiere alcanzar (función de las vulnerabilidades adversas).

6.2 Libertad de acción: Es la facultad de elegir libremente la maniobra estratégica, los medios que han de ejecutarse, la asignación de misiones y orientar la realización de acuerdo con la situación; es la libre facultad para decidir, preparar y realizar, pese a la voluntad y a la actuación del adversario. Responde a las preguntas ¿Cómo se puede hacer? ¿Quién puede hacerlo? Es lo que Beaufre llama la elección de la maniobra preparatoria para permitir alcanzar el punto decisivo, pero como ambos adversarios están abocados en la dialéctica u oposición de voluntades, el éxito irá hacia aquel de los dos oponentes que haya sabido impedir la maniobra adversa y dirigir la suya hacia su objetivo. Como bien dice Beaufre, este principio consiste en conservar la libertad de acción y privarla de ella al adversario.

6.3 Capacidad de Ejecución: Es la adecuación de los medios disponibles a las diversas misiones coordinándolas en el espacio y en el tiempo. El uso adecuado de los recursos en el tiempo y el espacio es lo que Beaufre denomina la economía de esfuerzos; de estos principios se deduce la regla general de la estrategia alcanzar el punto decisivo merced a la libertad de acción conseguida mediante una buena economía de esfuerzos.

7.- La Decisión Estratégica: Toda decisión estratégica admite siempre tres ejes coordenadas el tiempo, el espacio, la cantidad y calidad de las fuerzas materiales y morales que definen una situación, y el factor maniobra que suele ser esencialmente complejo y que vislumbra la situación presente y futura. Se notará que en la decisión estratégica lo esencial es mantener la libertad de acción, privar las adversaria y mantener la iniciativa factor esencial de la maniobra.

a) El Espacio: Es el área donde se desarrollará el proceso estratégico, es decir las acciones conducentes a dirimir cual de las voluntades opuestas prevalecerá. De allí la importancia de la libertad de acción. El espacio puede variar indistintamente, ampliándose o reduciéndose, llegando incluso a no poder identificar un espacio específico, en el desarrollo de una guerra irregular, ya que esta es una guerra sin frentes, sin T.O. (teatro de operaciones)

b) El Tiempo: Juega un papel decisivo, pues puede estar a favor o en contra de uno. Cuando se reafirma el principio de libertad de acción implica que la dualidad espacio y tiempo nos dan esa categoría de libertad de acción, sólo considerando al tiempo como factor del proceso de decisión, encontraremos que este factor implica eficacia y eficiencia en la aplicación de los recursos para conseguir el objetivo preciso.

c) Fuerzas materiales y morales que definen una situación: Teniendo en consideración el tiempo y el espacio, es necesario evaluar las fuerzas materiales y morales propias y adversas, a fin de decidir qué hacer con estas. En ese contexto se puede concentrar, dispersar, economizar, aumentar o reducir fuerzas. Son alternativas que en el desarrollo del proceso político-estratégico, se escogerán para alcanzar el objetivo previsto.

7.1 El factor maniobra: Son de dos tipos, las maniobras ofensivas y las maniobras defensivas; unas son acciones y otras reacciones a acciones del adversario. Las maniobras ofensivas son: atacar, amenazar, sorprender, fingir, engañar, forzar, cansar y perseguir. Las maniobras defensivas son: guardarse, parar, parar atacando, despejar, esquivar y romper.

7.2 Los modos estratégicos: Son actitudes que se adoptarán ante una situación para convertirlo en un comportamiento, así, como de la elección de uno de los modelos estratégicos, para decidir entre los dos modos estratégicos principales: la estrategia directa y la estrategia indirecta.

7.2.1 La Estrategia Directa: Corresponde a los modelos 1, 3 y 5, lo cual significa alcanzar la decisión para conseguir el objetivo por el empleo de las fuerza. La confrontación directa se hará de fuerte a fuerte y la decisión deberá producirse en el teatro principal (Clausewitz).
Dentro de la estrategia directa, existe una nueva concepción, desarrollada por B.H. Liddell Hart, que se denomina de aproximación indirecta (no confundir con la estrategia indirecta ) que corresponde al modelo 3. El modelo 3 tiene una dualidad en la interpretación, por lo que el mismo general Beaufre lo incluye en la estrategia directa e indirecta. Ello se debe que en el caso de la estrategia directa, se debe a que originalmente se intenta conseguir la decisión en se conseguirá en los teatros de operaciones secundarios (concepción de Hart); mientras que cuando se lo considera dentro de la Estrategia indirecta, se le interpreta de diferente manera, para expresar que se puede conseguir el objetivo político sin un enfrentamiento directo, sino con el desgaste constante del adversario .

7.2.2 La Estrategia Indirecta: Corresponde los modelos 2, 3 y 4. Inspira las formas de conflicto que no buscan directamente la decisión mediante el enfrentamiento de las fuerzas militares, sino a través de procedimientos menos directos que se encuentran en el orden político, económico y psicosocial. Es el arte de saber explotar lo mejor posible el estrecho margen de libertad de acción que escapa a la disuasión por las armas atómicas, obteniendo éxitos decisivos importantes pese a la limitación, a veces extrema, de los medios militares que pueden ser empleados.
Esta estrategia otorga preeminencia a los dominios no militares, especialmente el psicosocial que es de especial gravitación cuando se trata de confrontaciones ideológicas donde la población surge como el objetivo fundamental.

8.- Subdivisión de la Estrategia: Si bien la estrategia es una por su objeto y método, en la aplicación es útil subdividirla en estrategias especializadas válidas únicamente en un ámbito particular del conflicto. Así tenemos;

8.1 Estrategia General: Sería una corona circular iluminada por un círculo interior que sería la política. Sin política no hay estrategia y, por tanto, ésta se encuentra subordinada a aquella. El papel de la estrategia nacional es definir la misión propia y la combinación de las diversas estrategias específicas: política, económica, psicosociales y militar.

8.2 Estrategia particular o específica: Es cada una de estas estrategias particulares que la gran estrategia ha concebido, por lo que está directamente subordinada a la primera. Su función es repartir y combinar las tareas de las acciones realizadas en las diferentes ramas de actividad del ámbito considerado. Así para el desarrollo serán estrategias sectoriales, para el caso de la defensa serán estrategias de dominio.

8.3 Estrategia Operativa: A este nivel se sitúa el punto entre el concepto y la ejecución, es decir, lo que se quiere o se debe hacer y lo que hace posible las condiciones técnicas. La función de la estrategia operativa es, conciliar los objetivos elegidos por la estrategia particular con las posibilidades determinadas por las tácticas o por las técnicas de la rama considerada.

8.4 Estrategia logística: Es la encargada de producir, mantener y abastecer los medios materiales necesarios para poder contar con todo el poder necesario y enfrentar con éxito el conflicto por conseguir el objetivo deseado. La estrategia genética y operativa se subordinan mutuamente, ya que a este nivel, es que la estrategia total, verá alcanzado sus objetivos.

9.- Diferencia conceptual entre Política y Estrategia: Existen 3 corrientes respecto de la relación entre estrategia y política. 
- La primera considera que la estrategia subordina a la política; 
- La segunda considera que la política subordina a la estrategia y 
- La tercera corriente considera que ambas están en igual relación. 
Las discusión sobre este punto es bizantina, ya que se olvida que al desagregar el proceso de decisión (Objetivos Políticas Estrategias), lo que se hace es para fines analíticos descomponer un todo es sus partes. Así, la política y la estrategia son un continuo en la formulación de objetivos, por lo que la política debe indicarla a la estrategia qué objetivos está buscando alcanzar, cuáles son las líneas de acción a seguir y cómo se conseguirán alcanzar esos objetivos previstos por la política.
De allí, que sugerir una relación de jerarquía entre política y estrategia, no tiene razón de ser, por la secuencia lógica del proceso de decisión. Un concepto que integra todo el componente decisional es de praxeología, que indica un concepto integrador de la tríada básica que compone la decisión.

10.- Definición de Estrategia Nacional: Se define a la Estrategia nacional, como el concebir, aplicar y emplear el Poder Nacional, considerando los obstáculos existentes o potenciales internos y externos para alcanzar y mantener los objetivos establecidos por la Política Nacional.

11.- Finalidad: Hacer posible el logro de los objetivos nacionales, a fin de alcanzar el bienestar general y la seguridad integral como expresión del desarrollo nacional. Para ello el papel de la Estrategia Nacional es definir la misión propia para alcanzar los objetivos nacionales en la forma establecida por la política y coordinar las estrategias particulares en el caso de la defensa nacional: político, económico, psicosocial y militar; y en el caso del desarrollo a nivel de sectores.

12.- Proceso de la Estrategia Nacional: El proceso operativo de diseñar la Estrategia nacional, surge desde el momento en que evaluando la realidad nacional, desagregada en poder y potencial, se puede formular los objetivos nacionales que un Estado-nación buscan alcanzar para garantizar su existencia y el desarrollo de sus miembros.

El diseño de una Estrategia Nacional, debe estar enmarcado dentro de un Proyecto Nacional, que surja del consenso y consentimiento de los diversos grupos sociales, acerca de cómo solucionarán los conflictos, de los valores que definen a una nación y de los objetivos comunes que en un plazo generacional busca alcanzar, como tarea común de todos los que viven en un territorio. 
La aceptación y ejecución de un Proyecto Nacional, no implica que haya unanimidad, porque ello no es democrático; sí implica que haya consenso como primera condición y consentimiento como condición secundaria. Indesligablemente la política gira en un continuo conflicto-consenso, por lo cual el consenso implica acuerdo y el consentimiento en permitir que ese consenso sea hecho efectivo en la acción de gobierno que incluye a la oposición.
Como se expresó, en el contexto de un Proyecto Nacional, se formula la Estrategia Nacional. El proceso continua, cuando con los objetivos nacional se formula la Política Nacional; ésta son las líneas maestras de acción o cursos de acción que guían a los hombres a llevar adelante todos sus esfuerzos en la tarea de alcanzar los objetivos nacionales.

La Política Nacional señala las tareas por realizar, en tanto que la Estrategia Nacional nos señala cómo, quien y con qué medios se van ha realizar las tareas que la política señala y que son consecuencia de los objetivos nacionales.

En la formulación de la Estrategia Nacional por su visión integradora, se necesita mirar el bosque sin perder de vista el árbol, por lo que se necesita un instrumento de vital importancia para conseguir tal propósito. La Inteligencia estratégica, es el instrumento que sirve a la Gran Estrategia Nacional, para evaluar adecuadamente cada una de las variables, en los ámbitos externo e interno.
13.- Factores que Influencian en la Estrategia Nacional:
Los factores condicionantes de la Estrategia Nacional, están referidos primero a la política nacional; en ese contexto, la política nacional es condicionantes y condicionador de la estrategia nacional. Condicionante porque de ella se desprenden los objetivos y las líneas de acción política; y condicionador, porque por su misma dinamicidad, la política es agonal-consensual y esto implica, redireccionar la Estrategia Nacional de acuerdo a las características de este proceso. Así, La Estrategia Nacional si bien surge de la política nacional, ésta es cambiantes, por lo que los cambios que se operan en la política nacional, influyen en alguna medida en la Estrategia Nacional.

En un sistema político donde los valores democráticos son valores que mueven la acción política, el poder está disperso en una serie de actores que conforman el sistema político. De allí, se desprende que una Estrategia Nacional o genéricamente un Proyecto Nacional, para ser tal, debe conciliar tres ejes coordenadas: la representación electoral, el proceso público de decisión y la opinión pública.

La característica principal de un sistema electoral es convertir votos en escaños, y sobre todo, convertir los votos en decisión. Los votos se convierten en decisión indirectamente, ya que el elector al escoger a un candidato, no escoge como la doctrina tradicional jurídica argumenta a un representante de éste; sino que escoge a una persona que tomará decisiones por el elector. La categoría empírica de la elección, implica pues decidir quien va decidir por uno, y no quien me va representar.

Si tenemos claro este contexto, entonces, Una Estrategia Nacional, debe responder a una decisión política por excelencia, que se diferencia de cualquier otro tipo de decisión, por ser respaldada por la legitimación que en el caso de la democracia lo otorga la opinión pública . Pero esta decisión política, implica insertarla en la estructura administrativa del Estado, e implica insertarla en el proceso público de decisión y en las dos estructuras de la misma. 

La primera estructura formal de decisión ya la mencionamos muy someramente al precisar el carácter del gobierno en el continuo mayoría-oposición; y al señala la propiedad inherente la decisión política con legitimación.
La segunda estructura, concatenado al anterior se refiere a la estructura informal de decisión; aquí es donde se integra al gobierno con las demandas sociales surgidas de los diversos grupos de presión y de poder que en una sociedad pugnan por mantener o incrementar sus privilegios. Allí, está la tarea del gobernante, conciliar y equilibrar lo mejor posible, tantas demandas sociales y darles respuesta en un sentido satisfacción plena, satisfacción media o nula.
La tríada se cierra, con la opinión pública, este es un concepto eminentemente político, ya que se refiere a la actitud expresada en función de la res publica, es decir, a los acontecimientos en torno a la política. Allí, está en principio y el fin del círculo, ya que en un proceso de retroalimentación sólo una decisión política será efectiva si la opinión pública (que no significa unanimidad) tiene una actitud-opinión favorable o por lo menos neutra.

De ello surge pues, la extensión, alcance y las cuestiones de decisión gubernamental y representación electoral. Es decir una Estrategia Nacional, insertada dentro de un Proyecto Nacional, será tal, no sólo porque exprese la consecución de objetivos nacionales (consenso), sino porque se articulen operativamente, decisión, opinión y consentimiento.

viernes, 17 de junio de 2016

Alerta roja: la amenaza creciente a los portaaviones de EEUU

(Star and Stripes) “El portaaviones siempre ha sido para Estados Unidos un elemento casi intocable de disuasión, gracias la capacidad de proyectar fuerzas donde quiera que se despliegue. Sin embargo, aunque muchos países no puedan esperar nunca equiparar su potencial con la flota de portaaviones de la US Navy, en cuanto a tamaño y fuerza, otros como China, Irán y Rusia, han pasado los últimos años acomodando sus fuerzas y poniendolas en servicio para hacer frente a esas fortalezas.
Portaviones George Washington (CVN-73)
Un informe publicado el día 22 de febrero por el Center for a New American Security, un think tank basado en Washington D.C., que se centra en la seguridad nacional, afirma que las operaciones de los portaaviones de la Navy se encuentran en un punto de inflexión. Frente a las crecientes amenazas en el extranjero, Estados Unidos puede ya “operar sus portaaviones a distancias cada vez mayores… o asumir altos niveles de riesgo, en sangre y en dinero.”

El informe, titulado “Red Alert: The Growing Threat to U.S. Aircraft Carriers“, gira en torno a la presencia militar creciente de China en el Pacífico, en un término que está empezando a aparecer cada vez más en los círculos de defensa: anti-acceso / negación de zona (anti-access/area denial), o A2 / AD.
El término A2 / AD se enfoca en torno a un concepto que ha existido por mucho tiempo en la guerra: negar al enemigo la capacidad de moverse por el campo de batalla.

Actualmente la A2 / AD es similar a lo que fueron los fosos cuando se cavaron alrededor de los castillos, excepto que los fosos actuales son un sistema integrado de misiles tierra-aire, anti-misiles de crucero lanzados desde buques, submarinos, buques de superficie y aeronaves, todos diseñados para echar a las fuerzas enemigas tan lejos como sea posible de las áreas de importancia estratégica.
El informe se centra en las capacidades chinas, debido a su “énfasis en dotarse de misiles anti-buque de largo alcance.” Esto, unido a su creciente base tecnológica, califica a China como la amenaza para las Fuerzas de EE.UU.

China, sin embargo, no es el único arquitecto de una estrategia A2 / AD diseñada para disuadir a las operaciones de Estados Unidos. En el Báltico, la base naval rusa en Kaliningrado es conocida por albergar una sofisticada red de defensa aérea y misiles anti-buque.

Los comandantes de la OTAN también han advertido de la construcción por Rusia de la estrategia A2 / AD en torno a Siria, ya que han movido misiles avanzados tierra-aire a su base aérea en el país, así como una flotilla de barcos con capacidades anti-aéreas robustas.

A medida que otros países se centran en la creación de sofisticados burbujas A2 / AD, mediante el uso de nuevas tecnologías como aviones no tripulados, misiles avanzados y aviones más nuevos, Estados Unidos, sigue operando como siempre lo ha hecho, se está poniendo en riesgo.
Según el informe, esto es particularmente relevante en cuanto a los Grupos Navales en torno a portaviones que han reducido su capacidad de ataque a largo alcance en lugar reducir más misiones a distancias más cortas.

“Operar los portaviones cuando existen municiones cada vez más letales y precisas, expone a estos buques de costes multimillonarios a altos niveles de riesgo en caso de un conflicto”, dice el informe. “Un adversario con capacidades A2 / AD probablemente lanzará un ataque de saturación contra el portaviones desde una variedad de plataformas y direcciones. Sería difícil, si no imposible, defenderse de tales ataques.
La semana pasada, la estrategia A2 / AD fue noticia internacional de China, después de que imágenes de satélite mostraran el despliegue del HQ-9 (una generación nueva de misiles tierra-aire de medio a largo alcance, guiada por radar activo) en la Woody Island, un pequeño del Mar del Sur de China, reclamado por Taiwán y Vietnam. El informe CNAS clasifica el HQ-9 como amenaza A2/AD de corto alcance, pero indica que el movimiento de estos sistemas al territorio en disputa en el Mar del Sur de China, si se refuerza, será un problema potencial a largo plazo para las operaciones navales de Estados Unidos.

Las amenazas a medio y largo alcance discutidas en el informe incluyen bombarderos chinos con base en tierra y misiles balísticos anti-buque como el DF-21D y DF-26. Ambos misiles “representan una amenaza significativa para los portaviones”, con un alcance estimado de 810 y 1.620mn. Respectivamente. Según el informe, si el DF-26 es tan operativo y preciso como los chinos dicen, el misil sería capaz de alcanzar el territorio de Guam de EE.UU.

Si bien en el informe se analizan las posibles contramedidas para una red A2 / AD sofisticada, incluyendo el proyecto futuro de la Navy de cañón electromagnético, Estados Unidos, probablemente emplearía una variedad de sistemas y estrategias, incluido el hacking, para hacer frente a la amenaza enemiga.

Sin embargo, las estrategias sugeridas a largo plazo en el informe incluyen emplear por parte EE.UU. Sistemas tales como submarinos y drones de largo alcance basados en portaaviones. Los submarinos podrían evadir el A2 / AD al permanecer sin ser detectados, mientras que los UAVs basados en portaviones, con su creciente alcance, proporcionarían la capacidad de enfrentamiento fuera de alcance de las posibles amenazas A2 / AD.

Estados Unidos debe “reexaminar la relevancia de los portaviones y su componente aérea y explorar opciones innovadoras para futuras operaciones y estructura de la fuerza”, concluye el informe. “Si Estados Unidos quiere mantener su superioridad militar en el futuro, no puede permitirse el lujo de hacer otra cosa.”

Ordenadores adiestrados para localizar lanzadores de misiles

TEL de un misil SS-1 Scoud(Spunik) - Un nuevo proyecto de inteligencia, con un coste de 10 millones de dólares, tiene por objeto usar las aplicaciones de búsqueda de imágenes para identificar a los lanzadores móviles de misiles incluidos en los datos obtenidos por satélites y alertar a los analistas humanos.


En el núcleo del proyecto está la idea de usar a las máquinas para identificar objetos en forma de lanzadores, que están fundidos con la asombrosa cantidad de imágenes digitales recogidas por satélites espías y aviones tripulados y no tripulados.

Un alto funcionario del Departamento de Defensa explicó que la enorme cantidad de datos que se obtienen hace que la investigación manual sea ineficiente.

El objetivo final es el adiestramiento de los ordenadores, para localizar a los transportadores-erectores-lanzadores (TEL) del tipo de los que Corea del Norte usó durante las pruebas llevadas a cabo en los últimos meses. Lo que antes consistía en un proceso manual que realizaban los analistas de inteligencia se transformará en uno automatizado.

De acuerdo con un funcionario del Departamento de  Defensa, el Pentágono no recibió con tiempo la alerta del lanzamiento, cuando el 18 de marzo Pyongyang disparó dos misiles Nodong en el Mar de Japón. El uso de inteligencia artificial para realizar el seguimiento de los lugares de estacionamiento a nivel mundial, identificaría la situación y movimiento de los TELs , alertaría a los analistas de la amenaza y ayudaría al Pentágono a tener conocimiento previo del lanzamiento de misiles.

Los TELs son difíciles de identificar en el terreno, sobre todo cuando están camuflados  como camiones articulados  o contenedores de transporte.

Bill Gattle, presidente de Harris Corp.’s Space and Intelligence Solutions, dice que la clave es adiestrar a las máquinas para distinguir entre los protocolos normales y anormales y sobre los  procedimientos de vigilancia de objetivos.

De acuerdo con Robert Work , Deputy Defense Secretary, este tipo de automatización sería muy beneficioso para la National Geospatial Intelligence Agency, que toma fotografías con satélites espías, procesa las imágenes y entrega los datos a la comunidad militar y de inteligencia.

Red mundial para compartir datos sobre objetivos de superficie

(USNI News) - La US Navy está creando una red ofensiva anti-superficie, que integrará los datos obtenidos por satélites, aeronaves, barcos, submarinos y las mismas armas para formar una “Web kill” letal, diseñada para hacer frente al ritmo de la letalidad en expansión de los potenciales adversarios.
Haciendo uso de este esquema, se utilizará información que va desde la procedente de sensores en el espacio hasta submarinos, para compartir la información en una, así llamada, “nube táctica” que permitirá a los aviones y barcos acceder a una amplia gama de información de objetivos en tierra, según contó el Contralmirante Marcos Darrah, del Naval Air Systems Command (NAVAIR), en una presentación en la Navy League’s Sea-Air-Space Exposition 2016.

La “All Domain Offensive Surface Warfare Capability”, como se llama la red, supone “la capacidad de hacer fuegos integrados, lanzados desde plataformas aéreas, superficie, y submarinas, enlazadas como un todo”, dijo. “Lo llamamos la “nube táctica” porque vamos a poner los datos en la nube para uso de forma colaborativa como solución de adquisición de datos de objetivos”.

El concepto es una respuesta directa al aumento de la sofisticación de los sistemas de sensores en red enemigos. “Se trata de su capacidad para reducir el espacio del que nosotros disponemos, para operar uniendo sus distintas capacidades y forzándonos a operar desde una distancia más lejos de la amenaza.” Nuestro esquema permitirá a la Navy a aumentar las distancias efectivas de sus propias armas contra objetivos en tierra.

El trabajo lo está haciendo la oficina de Darrah y el PEO Integrated Warfare Systems, en unión de la Oficina del Chief of Naval Operations y está programado su despliegue a finales de este año, según el Contralmirante. Jon Hill, PEO IWS. “¿Cómo se pueden obtener los datos del sensor, cómo se conectan con el arma? ¿Cómo se controlan para asegurar de que se ataca con precisión?”, se preguntó Hill. Y añadió “esto ya se ha comprobado y estará listo para desplegar a finales de este año”.

Darrah del NAVAIR, se movió en un escenario anti-superficie con la información compartida a través de la nube táctica, en la que los recursos espaciales militares, conocidos como los National Technical Means, compartieron datos con aviones como los F/A-18s, E-2 Hawkeye y el UAV MQ-4C Triton. En el escenario, los datos se combinaron con información de un buque de superficie de la clase Littoral Combat Ship y un submarino de ataque que también obtuvieron datos de la nube táctica.
“El punto clave es que los nodos sean capaces de moverse dentro y fuera de esta “kill web”, durante el tiempo que estamos persiguiendo a una amenaza”, dijo. “Lo que tenemos es un camino recorrido a través de una multitud de sensores. Las piezas importantes de ellos son los nodos de los dominios. Se puede reemplazar un cazabombardero F-18 por un misil Harpón, con un JSF F-35 o con otra arma [en el futuro].  Eso es lo importante, basarse en roles, sin que importe con que plataforma se ataca pues lo importante es el sensor que genera la información”.

El esquema anti-superficie es similar al concepto del Naval Integrated Fire Control-Counter Air (NIFC-CA) de un portaaviones, en el que aviones y barcos del Grupo de Combate comparten su información acerca de objetivos y misiles de crucero, a través de enlaces de datos de alta capacidad con otros buques y aeronaves que pudieran estar fuera del radio del sensor, pero no del alcance de las armas de un objetivo.

Por ejemplo, un E-2D podría proporcionar datos sobre un caza enemigo a un destructor de misiles guiados Arleigh Burke, que sea incapaz de ver la amenaza con su propio radar. “El uso de enlaces de datos tácticos (datalinks) es absolutamente positivo con  esta arquitectura que hemos empleado para salir y hundir buques de superficie en otra versión del NIFC-CA”, aseveró Hill.

Si bien el concepto es prometedor, según Darrah, hay retos a largo plazo para determinar qué datos son relevantes para las unidades que usan la nube táctica. “Vamos a poner los datos en la nube y los usuarios van usarlos, como contribuyentes a una solución de adquisición de objetivos pero ¿cuál es el pedigrí de los datos? “¿Quién los generó? ¿Cuánto tiempo ha pasado sin que se hayan refrescado? ¿Es realmente una realidad significativa para mi arma?”.

Parte de la solución al problema será la construcción de herramientas que permitan a los usuarios de la nube moverse a través de los datos.

Fuente: http://www.homsec.es/red-mundial-compartir-datos-objetivos-superficie/

viernes, 15 de abril de 2016

La intervención militar de Rusia en Siria: Oportunidades y riesgos

Por Javier Jordán Enamorado Profesor Titular Ciencia Política UGR-Investigador visitante en el IEEE

Resumen:
Este documento describe en detalle los principales elementos de la intervención militar rusa en Siria.
Analiza los objetivos políticos que pretende alcanzar Moscú: proteger los intereses rusos en el país,
incrementar la influencia rusa en Oriente Medio, cuestionar el liderazgo regional y global de Estados
Unidos, y contener la expansión del Daesh. El documento presta también atención a los riesgos que
supone para Moscú el despliegue militar, y finaliza analizando dos posibles escenarios derivados de la intervención rusa en Siria.

La intervención militar rusa en Siria, iniciada el 30 de septiembre de 2015, ha añadido un elemento de complejidad al poliédrico conflicto sirio y –desde una perspectiva más amplia– a la guerra regional por delegación (proxy war) en Oriente Medio.

Este análisis tiene por objeto ofrecer una valoración temprana sobre las oportunidades y riesgos que plantea a Moscú la decisión de implicarse directamente en las hostilidades. Para ello se examinan en primer lugar las acciones militares llevadas a cabo por las fuerzas rusas. A continuación se analizan los motivos que han impulsado la actuación rusa, se ponderan los riesgos, y –finalmente– se valora el impacto que la intervención rusa puede tener sobre el desarrollo del conflicto.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA CAMPAÑA MILITAR RUSA EN SIRIA


Rusia ha desplegado aproximadamente dos mil efectivos en Siria. Cifra que incluye los pilotos de las aeronaves, el personal de mantenimiento, el contingente de artillería de campaña, y una fuerza de protección de las instalaciones con algunos carros de combate T-90 y vehículos de combate de infantería BTR-80, más varios vehículos con el sistema antiaéreo Pantsir-S1.

En total la fuerza expedicionaria rusa cuenta con 34 aviones de combate en la base aérea Bassel Al Assad en Latakia. Los aviones son de cuatro modelos:
-6 SU-30 Flanker (en denominación OTAN, este modelo y los siguientes). Es un avión de combate mutilrol y avanzado que algunos comparan al F-15E norteamericano. Entró en servicio a mediados de la década de 1990.
-4 SU-34 Fullback. Es un avión todavía más avanzado, especializado en el ataque al suelo. Entró en servicio en la fuerza aérea rusa en 2006 y su despliegue en Siria constituye una oportunidad para probarlo en combate. Tanto el SU-30 como el SU-34 tienen capacidad de ataque nocturno.
-12 SU-24 Fencer. Se trata de un avión más veterano, propio de la Guerra Fría. Su desarrollo se inspiró en el F-111, pero con una carga bélica menor, y como consecuencia incorporó parecidas limitaciones para el combate aire-aire. Su función principal es ataque al suelo.
-12 SU-25. Es también un avión de ataque al suelo que cuenta con varias décadas de servicio.

A ellos se añade una veintena aproximada de helicópteros. Entre ellos los de ataque Mi-24P, que además de patrullar el perímetro de la base rusa están prestando apoyo aéreo cercano, con la considerable potencia de fuego que caracteriza a estos aparatos.

Por otra parte, el despliegue militar ruso cuenta con el apoyo desde el mar de una escuadra de aproximadamente diez buques en sistema de rotación. La mayoría son buques de desembarco, de apoyo logístico y de inteligencia, escoltados por cuatro de combate. Uno de ellos es el crucero Moskva, de la clase Slava, que refuerza el dispositivo antiaéreo en Siria. Dispone de un sistema S-300F, una versión menos avanzada que el S-300FM de los cruceros clase Kirov y que la poderosa versión terrestre S-300VM. Pero con su alcance de 90 km crea un respetable paraguas antiaéreo dentro incluso del territorio sirio, cubriendo las instalaciones de Latakia y Tartus.

El despliegue expedicionario ha dejado al descubierto ciertas carencias en la capacidad de proyección de fuerza de la marina rusa. Aunque el contingente no es excesivamente numeroso, Para sostener el tren logístico Moscú ha tenido que comprar de manera apresurada varios buques de transporte civil a Turquía –al tiempo que ha desviado buques de otras agencias oficiales rusas empleados en el Ártico.

Este aspecto es reseñable pues supondría un problema en caso de que más adelante Rusia quiera enviar una fuerza terrestre para combatir directamente a los rebeldes o al Daesh.

En cuanto a instalaciones en tierra, las fuerzas rusas operan ahora mismo desde dos bases. La pequeña instalación naval rusa de Tartus, que recibe los suministros por mar, y la base aérea de Latakia, unos noventa kilómetros al norte y cerca también de la costa. Una fuente militar rusa ha planteado la posibilidad de construir una base mayor que unifique los componentes aéreo, terrestre y naval. De confirmarse, indicaría probablemente un incremento del contingente expedicionario y sería también señal de la perdurabilidad de la intervención militar rusa en Siria.

Por último, el ejército ruso también ha desplegado sistemas de guerra electrónica avanzados como el terrestre y transportado en camión Krasukha-4, y aéreos como el avión de inteligencia electrónica IL-20 (que guarda cierta semejanza con el P-3 Orion occidental).

Estos sistemas ayudan a localizar blancos a los aviones de combate. Con sus contramedidas pueden interferir las comunicaciones de los rebeldes y, llegado el caso, interferir los radares y las comunicaciones de los drones y aviones de combate norteamericanos y turcos. Las fuerzas rusas también emplean drones (RPAS en su denominación técnica) para localizar objetivos. Uno de ellos penetró el espacio aéreo turco el pasado 16 de octubre y fue derribado.

La campaña aérea rusa tuvo un comienzo moderado en términos cuantitativos, con una media aproximada de veinte salidas diarias. Por debajo del ritmo de operaciones de la campaña aérea contra el Daesh liderada por Estados Unidos, con una media superior a las cien salidas diarias (contando todo tipo de aviones, también los de inteligencia y reabastecimiento en vuelo). Pero el volumen de operaciones se ha incrementado sustancialmente conforme se ha intensificado la ofensiva terrestre de las fuerzas siria pro Al Assad-Hizbollah-Irán. Por ejemplo, el 13 de octubre los aviones rusos atacaron 86 objetivos terrestres y en la tercera semana de bombardeos el ritmo ha sido cercano a las 60 salidas
diarias.

Este número creciente de operaciones exige un esfuerzo extra de mantenimiento y aumenta el riesgo de que algún aparato se pierda por averías en vuelo. Menos constreñido desde un punto de vista cualitativo está siendo el tipo de municiones empleadas en los ataques aéreos. En general se ha hecho un uso reducido de armas guiadas –por GPS GLONASS como las KAB-500S y misiles aire-tierra Kh25ML y Kh-29ML– lanzadas en su mayoría por los SU-30 y SU-34.

Se calcula que apenas representan un 15-20%. El resto incluye tanto bombas comunes de caída libre, tipo FAB 500, las de alta fragmentación OFAB 250-270, las anti-búnker y edificaciones BETAB-M o municiones de racimo anticarro como las RBK-500 SPBE-D. Están siendo lanzadas desde media altura para evitar el fuego de los cañones antiaéreos y de algunos MANPADS rebeldes.

Por tanto, parece que los rusos están economizando su arsenal, haciendo un uso muy limitado de las escasas y caras municiones guiadas, que no tiene intención de gastar contra Toyotas armados de cañones antiaéreos (habituales en el bando opositor).

Para Rusia sería un problema quedarse sin ese tipo de municiones –como casi les sucedió a los aliados europeos en la intervención en Libia en 2011–, y por ello está empleando modelos de bombas más antiguos y económicos. El empleo de municiones ‘lisas’ (no guiadas) aumenta el riesgo de causar víctimas civiles. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las tres primeras semanas de bombardeos rusos han provocado la muerte de 370 personas, de las cuales 127 eran civiles, y 36 de ellos menores de edad.

Los bombardeos se han concentrado en grupos rebeldes. Al norte de Idlib y en las cercanías de Aleppo. También en bolsas de resistencia al norte de Homs y en las montañas al norte de la provincia de Latakia. En un primer momento tuvieron como objetivo los puestos de mando, depósitos de municiones, y carros de combate y vehículos blindados capturados al ejército sirio. Dañaban así el sistema de las fuerzas rebeldes preparando el terreno a la ofensiva progubernamental. El asalto terrestre se inició la segunda semana de octubre, protagonizado por las fuerzas armadas y milicias chíes pro Assad, junto a elementos de Hizbollah y varios centenares de combatientes de la Guardia Revolucionaria iraní.

El Ejército Árabe Sirio (nombre oficial de su ejército convencional) ha pasado de contar con cerca de 200.00 efectivos en 2011 a entre 80.000 y 100.000 en la actualidad. Hizbollah tiene desplegados aproximadamente 5.000 milicianos en Siria y ha movilizado a otros 3.000 en el sur del Líbano para su posible envío al país vecino.

Por su parte, Irán ha enviado un número desconocido de miembros de los Cuerpos de la Guardia de la Revolución Islámica (algunas fuentes hablan de varios cientos y otras de unos pocos miles). Aunque oficialmente esos efectivos sólo actúan como consejeros, lo cierto es que están participando activamente en los combates y que desde el pasado 8 de octubre han perdido a tres oficiales de alto rango, incluido el general Hossein Hamedani.

Los iraníes han reorganizado los comités populares y las milicias a favor de Al Assad –entre ellas la shabiha– en una fuerza de entre 100.000 y 150.000 efectivos, denominadas Fuerza de Defensa Nacional, modelada a imagen de la milicia iraní Basij. Al frente de ella hay oficiales de la Guardia de la Revolución Islámica iraní, y en cierto modo ha eclipsado al propio ejército convencional del régimen.13 Una muestra más del aumento de la influencia iraní en Siria desde el inicio de la guerra: cuestión que lógicamente inquieta entre otros a los israelíes, a los turcos y a los saudíes.

En las acciones de apoyo también están participando unidades de artillería rusas desplegadas en el contingente, que incluyen obuses y sistemas de lanzamiento de cohetes múltiples (MLRS). Las fuentes consultadas no ofrecen cifras exactas del número de piezas pero indican que se trata de un número importante.

La contribución artillera rusa permite prestar apoyo de fuego a una distancia segura. Entre otras razones porque el alcance de los apoyos de fuego de rebeldes es muy inferior. Por tanto, a diferencia de los carros T-90 y de los vehículos blindados cuya misión es la protección de la fuerza, la artillería rusa sí está combatiendo como unidad terrestre.

Hasta ahora la ofensiva terrestre apoyada por los rusos se ha focalizado en cinco frentes:
-El saliente controlado por los rebeldes en torno a Kafr Zita en la provincia de Hama.
-La llanura de Al Ghab al oeste. Aunque se trata de un avance arriesgado, si las fuerzas pro Assad logran capturar Jisr-al Shugour restablecerían las líneas de comunicación perdidas a manos de los rebeldes y permitirían proteger Latakia y Hama de nuevas ofensivas.
-Un enclave rebelde entre las ciudades de Homs y Hama. La erradicación de esta bolsa de resistencia haría desaparecer la amenaza contra ambas ciudades y permitiría liberar un volumen importante de fuerzas para empeñarlas en otros frentes.
-Las montañas en el noreste de la provincia de Latakia
-La provincia y la ciudad de Aleppo, que es la más poblada del país. Esta ofensiva se ha convertido en el frente principal. Tiene por objeto cercar a las fuerzas rebeldes dentro de la ciudad y liberar a las fuerzas sitiadas desde hace meses en varias bolsas de resistencia. Entre ellas la base aérea de Kuweries, que alberga a centenares de soldados del régimen y que se encuentra aislada desde 2012, habiendo estado a punto de caer en manos del Daesh en tres ocasiones. La captura de Aleppo y la liberación de las zonas sitiadas elevaría la moral y fortalecería la posición del régimen en unas eventuales negociaciones de paz.
En los mapas de Stratfor se observa por un lado la concentración de los bombardeos aéreos rusos en apoyo de la ofensiva terrestre y, por otro (en el de los bombardeos norteamericanos contra el Daesh), la localización de la bolsa de resistencia rebelde entre Homs y Hama, así como el saliente de Kfar Zita al noroeste de la ciudad de Hama. Ambos mapas reflejan de manera gráfica que Rusia y Estados Unidos están librando dos guerras paralelas en Siria.

El tercer mapa ilustra con más detalle la ofensiva pro Al Assad en torno a la ciudad de Aleppo, y el intento de rescatar a las fuerzas progubernamentales cercadas en la base aérea de Kuweries. El mapa también muestra cómo el Daesh ha aprovechado la ofensiva para obtener ganancias a costa de los rebeldes, ocupando seis pequeñas poblaciones al norte de Aleppo y amenazando una importante vía de comunicaciones con Turquía.
Por otro lado, una fuente oficialista rusa –el estilo de sus escritos deja pocas dudas sobre su posicionamiento político– habla de una hipotética carrera hacia Raqqa, la actual capital de Califato en Siria. En ella concurrirían las fuerzas rebeldes apoyadas por Estados Unidos y las pro Al Assad respaldadas por Rusia. El propósito de Washington sería la creación de una entidad política sunní transfronteriza entre Siria e Irak, contigua territorialmente a Arabia Saudí, y atravesada y enriquecida por el planeado gasoducto Qatar-Turquía.

La nueva entidad política se alinearía en el bando norteamericano y compensaría la derrota que pudiera suponer la continuidad del régimen de Al Assad. Por su parte, las fuerzas pro Al Assad apoyadas por Rusia, también tendrían la intención de adentrarse en el territorio del Daesh y ocupar Raqqa, una vez aseguradas Hama y Aleppo, abortando así el plan norteamericano. La fiabilidad de esta fuente pro Kremlin ha de tomarse con cautela (por no decir con abierta desconfianza). De momento, no existe tal carrera hacia Raqqa por parte de las fuerzas progubernamentales sirias. No obstante, conviene tener presente su análisis como una weak signal de cara a futuras ofensivas terrestres del bando pro Al Assad. Aunque siendo realistas no parece que esas fuerzas se encuentren sobradas de recursos como para llevar a cabo una operación a gran escala contra el Daesh.

Lo que sí es cierto es la preparación de una ofensiva terrestre contra Raqqa por los kurdos del YPG (Unidades de Protección del Pueblo kurdo), con una fuerza aproximada de 20.000 efectivos y de algunas unidades de árabes sirios rebeldes que contabilizarían unos 5.000 efectivos adicionales. Todos ellos apoyados por la aviación norteamericana.

El respaldo de Washington a los kurdos sigue generando recelos en Ankara. No obstante, los turcos también apoyan esta nueva ofensiva contra el Daesh, que permitirá expulsar al Estado Islámico de las áreas que ahora mismo controla junto a la frontera con Turquía. El pasado mes de junio las fuerzas kurdas del YPG arrebataron al Daesh Tel Abyad, uno de los principales puestos fronterizos entre Siria y Turquía, y desde allí comprometen la seguridad de Raqqa. Para el Daesh sería una derrota importante perder uno de sus principales núcleos urbanos, donde además ha llevado a la práctica su modelo de gobernanza.

Volviendo a la actividad aérea rusa, los grupos rebeldes objetivo de los bombardeos rusos son de distinta naturaleza –algo propio de la enorme fragmentación de la insurgencia siria. Van desde los rebeldes apoyados por el programa de entrenamiento de la CIA a las milicias de Jabhat Al Nusra, el grupo yihadista vinculado a Al Qaeda. Además de infundir moral a las fuerzas terrestres y de darles apoyo de fuegos, los bombardeos rusos han acabado con algunos líderes del Ejército Libre de Siria, como el jefe de estado mayor de la 1ª División Costera. En paralelo, los norteamericanos han continuado realizando ataques contra líderes de Jabhat Al Nusra, integrados en el grupo proveniente de Al Qaeda en Pakistán (Al Khorasan). El pasado 18 de octubre el Pentágono anunció la muerte del saudí Sanafi al-Nasr. El ataque se realizó con un drone armado y constituye un recordatorio de que a pesar del protagonismo del Daesh, Estados Unidos sigue preocupado por la evolución de Al Qaeda y sus planes terroristas de alcance global.

Las fuerzas rusas han llevado a cabo algunos ataques aéreos contra el Daesh, pero en una proporción menor. Esto es así por dos razones. Los rebeldes son la amenaza principal porque están apoyados por Estados Unidos y por otras potencias de Oriente Medio. Serían una alternativa aceptada internacionalmente al gobierno de Al Assad. No así el Daesh, cuya existencia hace preferible en parte la continuidad del régimen sirio. Por otro lado, de atacar al Daesh ya se ocupan Estados Unidos y sus aliados ¿Para qué dirigir contra el Estados Islámico los escasos aviones rusos si la USAF ya asume esa tarea? Por tanto, los bombardeos rusos contra el Daesh responden a necesidades tácticas derivadas de la ofensiva terrestre (por ejemplo en Aleppo), y a imperativos de marketing político con el fin de justificar internacionalmente su intervención.

Esto último es lo que se puede deducir del tan publicitado ataque con misiles de crucero desde buques situados en el mar Caspio. El 7 de octubre las naves rusas lanzaron 26 misiles 3M-14 Kalibr (Sizzler en terminología OTAN) contra diversos objetivos del Daesh en Siria. Fue la primera vez que la marina de guerra rusa disparaba misiles de crucero contra objetivos terrestres en una situación de conflicto real.

Contando con una fuerza aérea expedicionaria tan próxima, y dadas las graves carencias antiaéreas de los rebeldes y del Daesh, no había necesidad militar de un ataque de ese tipo. La rentabilidad fue claramente política y el Kremlin supo gestionar el ataque desde el punto de vista mediático –utilizando entre otras vías YouTube para difundir las imágenes de los lanzamientos.

El mensaje fue múltiple. Por un lado, sacar brillo a las capacidades militares rusas, pues el lanzamiento de misiles de crucero desde el mar es algo asociado a las grandes potencias, por no decir de manera exclusiva a la US Navy. Por otro, demostrar que se cuenta con el respaldo político de Irán e Irak, cuyo espacio aéreo fue sobrevolado por los misiles (aunque el permiso de Irak parece dudoso, pues el ministro de Defensa negó que Rusia hubiese informado previamente). Por último, la peculiaridad del lanzamiento de misiles de crucero desde el mar Caspio –la primera vez también que se disparaban desde un mar interior en una operación real– consiguió reavivar la atención de los medios internacionales una semana después de iniciarse los bombardeos rusos.

La campaña militar rusa puede experimentar dos novedades a corto plazo. Una es la extensión de los ataques aéreos contra el Daesh en Irak. De nuevo, la finalidad sería política antes que militar: otro modo de resaltar el protagonismo de Rusia como potencia a tener en cuenta en Oriente Medio.

Los aviones SU-30, SU-34 y SU-24 tienen alcance suficiente, pero con menos municiones o recurriendo al repostaje en vuelo para aumentar la carga bélica. Aunque esto último complicaría la campaña y aumentaría el riesgo de sufrir algún accidente. Rusos e iraquíes ya han acordado que los aviones de Moscú bombardeen los convoyes del Daesh que se internen en Irak desde Siria.

Y el parlamento iraquí también ha aprobado que los aviones rusos puedan bombardear dentro de su territorio. Esto supone un nuevo desafío a Estados Unidos, que no ve con buenos ojos la entrada de las fuerzas rusas en el teatro de operaciones iraquí. La segunda novedad en la intervención rusa puede ser la entrada directa en combate de un reducido núcleo de fuerzas terrestres, más allá de la artillería que como decimos está participando en la ofensiva progubernamental. El Kremlin ha anunciado la futura llegada de voluntarios rusos que se unirán a la lucha terrestre.

En concreto, el 5 de octubre, el presidente de la comisión de defensa del parlamento ruso, almirante Vladimir Komoyedev anunció que una fuerza de voluntarios que había combatido en Ucrania estaba dispuesta a hacer lo propio en Siria. Conociendo los antecedentes rusos en Crimea y en el este de
Ucrania no es descartable que Rusia recurra a un modelo de guerra híbrida en Siria, combinando su propia milicia con la artillería y fuerza aérea regular. Por otra parte, Rusia ya ha desplegado unidades de operaciones especiales que están asesorando a las fuerzas pro Al Assad.

MOTIVOS Y OPORTUNIDADES QUE EXPLICAN LA INTERVENCIÓN MILITAR RUSA

La guerra civil siria ha dado muestras sobradas de complejidad, tanto por el número y naturaleza de actores implicados, como por la incompatibilidad de sus respectivas agendas. Va camino de convertirse en un conflicto intratable en una región de conflictos intratables. ¿Por qué se implica entonces el Kremlin? ¿No corre el riesgo de acabar política y militarmente atrapado? En efecto, la intervención entraña peligros pero también oportunidades. Comencemos examinando los motivos a favor.

Proteger los intereses rusos en Siria
En primer lugar, la razón más evidente de la intervención rusa es sostener al régimen sirio y asegurar la instalación naval rusa en Tartus ante un panorama que resultaba cada vez más inquietante:
-Las fuerzas de Bashar Al Assad han sufrido un serio desgaste después de cuatro años de combates continuados. Defienden a una fracción minoritaria del conjunto de la población siria y andan faltas de cantidad y calidad de recursos humanos. La guerra también ha pasado una elevada factura a Hizbollah, con más de un millar de caídos y cientos de heridos (y hablamos de una milicia de apenas diez mil militantes). La debilidad militar se ha traducido en pérdidas constantes de territorio. El régimen controla el eje norte-sur Aleppo-Homs-Damasco, pero dos amplias cuñas de fuerzas rebeldes, tanto en un extremo como en otro, se ciernen amenazantes sobre él.
-A ello se añade el peligro real que representa el Daesh, que desde Palmira hostiga a las fuerzas progubernamentales en la base aérea T4, en la ciudad de Homs y en Qusayr. Desde esa posición podría haber roto la espina dorsal de las fuerzas pro Al Assad a finales del presente año. También amenaza los bastiones controlados aún por el régimen en Deir ez Zour.
-Esta situación de precariedad corría el riesgo de ir a peor con la creación de una no-flyzone en el norte de Siria, protegida por la fuerza aérea turca y norteamericana, que sirviera de retaguardia estratégica rebelde y de plataforma de asalto contra el régimen de Al Assad.
-Tales tendencias en el sector norte estaban poniendo en peligro la franja marítima de Siria, lugar donde se ubica la instalación naval rusa de Tartus, único punto de esas características en todo el Mediterráneo.

Así que, en lo referido a estas circunstancias, la intervención militar rusa busca lo siguiente:
-Evitar que la instalación naval de Tartus caiga en manos de los rebeldes, con la pérdida material, de capacidad de proyección naval y de prestigio que ello entrañaría.
-Demostrar la fiabilidad de Rusia con sus aliados en apuros. Y esto de dos modos:
a) Evitando la caída del régimen de Al Assad y fortaleciendo su posición de cara a futuras
negociaciones.
b) La consecución de los objetivos de la ofensiva terrestre, y su consolidación de cara al futuro bajo el paraguas aéreo ruso, supone una importante baza negociadora. También lo es destruir la capacidad de combate de los rebeldes ‘moderados’, de manera que el futuro de Siria quede sujeto a dos alternativas: los yihadistas del Daesh, Jabhat Al Nusra, Ahrar Al Sham o el régimen de Al Assad.

Moscú pretende conseguir estos dos objetivos basándose en dos premisas: el ejercicio de la
realpolitik y una inversión moderada de recursos propios, económicos y militares:
-De momento, los objetivos de la campaña son limitados, acordes con una estrategia de corte realista. A diferencia de las intenciones proclamadas por los países occidentales, propias del liberalismo cosmopolita, Moscú no pretende reconstruir el Estado sirio, ni implantar la democracia, ni establecer un gobierno representativo y respetuoso con la diversidad étnica y religiosa del país.
Rusia sabe que los objetivos maximalistas de Occidente en las misiones de state-building (tipo de Afganistán, Irak o Balcanes) exigen recursos ingentes y largos periodos de tiempo (décadas). Son además proyectos de resultado incierto, y generalmente insatisfactorio. A tenor de las fuerzas empeñadas, no parece que en los planes de Moscú se incluya la recuperación por parte del régimen de Al Assad de todos los territorios que ahora mismo se encuentran bajo el control de los rebeldes o del Daesh. Para Moscú puede ser aceptable que Al Assad mantenga lo que aún le queda de ejército y territorio, aunque el resto permanezca en situación de Estado fallido (que ya es a día de hoy). En cierto, modo este planteamiento estratégico se ha dado en Ucrania. Su objetivo era que Ucrania no entrase en la esfera de influencia de la Unión Europa y de la OTAN. Que a ello le haya seguido el estancamiento del conflicto y la quiebra del Estado ucraniano en el este del país constituye un aspecto
secundario.
-Al tratarse, por ahora, de una operación militar limitada, su coste económico se mueve dentro de unos márgenes sostenibles. El respaldo ruso aporta un multiplicador de fuerza con fuegos artilleros y ataques aéreos contundentes pero medidos en número. Según fuentes oficiales rusas, el coste de la campaña se está cargando al presupuesto anual del Ministerio de Defensa, exigiendo en todo caso la reducción de maniobras por parte de otras unidades en territorio nacional.

Se trata por tanto de objetivos claros y, por el momento, a un precio asequible. Moscú justifica el apoyo a Al Assad en términos estrictamente pragmáticos y de mantenimiento del statu quo. El ministro de Asuntos Exteriores ruso lo planteaba así en una rueda de prensa en la sede de Naciones Unidas: “Sadam Hussein ahorcado ¿Es Irak un lugar mejor? Gadafi asesinado ante testigos ¿Es Libia un lugar mejor? Ahora estamos demonizando a Assad. ¿No somos capaces de aprender?”.

No es que la tradición del pensamiento estratégico norteamericano sea alérgica a este tipo de consideraciones. En su seno existe una corriente realista que conecta con este hilo argumental y que entre otros está representada por Henry Kissinger o Eliot Cohen. De hecho, la continuidad de las relaciones entre Washington y la monarquía saudí se explican en buena medida desde una perspectiva también pragmática. Sin embargo, la multitud de actores y la diversidad de puntos de vista que alimentan y condicionan el complejo proceso de toma de decisiones de la acción exterior norteamericana explican que la estrategia resultante acabe persiguiendo objetivos poco cohesionados, alejados de la realidad o simplemente contradictorios.

Incrementar la influencia rusa en Oriente Medio
Un segundo objetivo relacionado con el que acabamos de comentar consiste en reforzar el protagonismo de Rusia en una región de evidente interés estratégico. La intervención es propicia a ello por varias razones:
-Porque como acabamos de señalar envía el mensaje de que Moscú acude en ayuda de sus aliados en apuros. Una solidaridad que, por ejemplo, el régimen militar egipcio echó en falta por parte de Estados Unidos al inicio de las revueltas árabes. Por eso no es extraño que Al Sisi haya aplaudido la intervención militar rusa, al margen de que El Cairo se sitúe más bien la coalición liderada por Arabia Saudí que trata de contrapesar la extensión de la influencia de Irán en Oriente Medio. De hecho, es un paso más en el fortalecimiento de las relaciones entre el régimen actual egipcio y Moscú. Al Sisi ya ha visitado oficialmente Rusia en cuatro ocasiones y Putin fue el primer líder extranjero que acudió a verle tras llegar aquel al poder.
-Al mismo tiempo, Rusia se presenta con esta intervención como un garante del statu quo previo a las revueltas árabes. Una postura que también resulta atractiva a los regímenes amenazados por tales procesos de cambio.
-Por otra parte, la intervención altera los cálculos de otro país importen en la zona como es Israel, y no de una manera precisamente grata para los intereses judíos. Una de las grandes preocupaciones del gobierno israelí es que con motivo la guerra de Siria, Hizbollah se dote de armamento sofisticado que más tarde pueda utilizar contra Israel. También que el grupo chiita libanés establezca una base de operaciones en el sur de Siria que le permita hostigar las poblaciones cercanas a los altos del Golán. Hizbollah ya demostró ser una rival respetable en la guerra de Líbano de 2006. Una mejora de sus capacidades por la adquisición de misiles contra-carro, antibuque o tierra-tierra de mayor alcance pone en grave peligro la seguridad de Israel. La fuerza aérea israelí ya ha realizado al menos diez bombardeos quirúrgicos en territorio sirio contra convoyes de armas destinadas a Hizbollah. Pero la presencia de sistemas de defensa antiaéreos y de aviones de combate rusos operando en el país reduce seriamente el margen de maniobra israelí a la hora de repetir este tipo de actuaciones, varias de las cuales tuvieron lugar precisamente en el noroeste de Latakia, justo donde están operando los rusos. De hecho, a mediados de octubre Israel y las fuerzas rusas han puesto en marcha una hotline (una línea de comunicación directa) para facilitar el entendimiento ante eventuales incidencias. Por otra parte, Israel teme que un incremento de la presencia naval rusa en las proximidades de Siria también pueda afectar a las actividades de su marina de guerra en la zona.
 Y, por último, a Israel le inquieta que la nueva etapa en la relación de Moscú con algunos antiguos socios árabes –como por ejemplo Egipto, país que va a adquirir sistemas militares rusos– pueda iniciar una carrera de armamentos en la región, que recuerde a la de las décadas de 1960 y 1970.

Cuestionar el liderazgo regional, y como consecuencia global, de Estados Unidos.
La intervención rusa transmite también una imagen de firmeza y seguridad que contrasta con la desorientación que parece dominar la política norteamericana en la zona. El momento ha sido además oportuno: cancelación del programa de entrenamiento de rebeldes del Pentágono después de un estrepitoso fracaso, polémica por la valoración negativa de la Defense Intelligence Agency sobre la campaña aérea norteamericana contra el Daesh, y crisis de los refugiados en Europa. Todo ello genera dudas sobre la capacidad de Washington y abre una ventana de oportunidad a Moscú:
-Da la impresión –fundamentada– de que Estados Unidos carece de una estrategia coherente para remediar el desorden actual de Oriente Medio (al que contribuyó en buena medida con la guerra de Irak de 2003), en contraste con una estrategia más clara, posibilista y determinada por parte de Moscú.
-La intervención rusa desbarata también lo que pudiera quedar de dicha estrategia. Como ya se ha señalado, este verano tomó forma la idea de crear una no-fly-zone en territorio sirio controlado por los rebeldes y fronterizo con Turquía. Iba a servir de retaguardia estratégica desde la que lanzar la ofensiva final contra el régimen de Al Assad e iba a estar protegida por la fuerza aérea turca y norteamericana. Turquía no descartaba incluso el despliegue de unidades terrestres. Pero la presencia de los aviones de combate rusos en Siria ha zanjado la cuestión. ¿Quién se va a enfrentar a los cazabombarderos rusos si éstos deciden bombardear esa hipotética zona segura?
- La debilidad de la estrategia norteamericana guarda también relación con el deseo de Washington de reducir el peso de Oriente Medio en su agenda exterior. La Administración Obama pretende dirigir el foco de atención a Asia Pacífico. La conciencia de que Oriente Medio es –como apuntábamos líneas atrás– una región de conflictos intratables, donde cuanta más fuerza se aplica más resistencia se encuentra, unida a la menor dependencia energética de Estados Unidos, y por el contrario, la importancia creciente de Asia Pacífico y la necesidad de contrapesar a una China cada vez más
asertiva, explican la reorientación estratégica de la Casa Blanca. En este contexto, el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán se puede interpretar como otro modo de reducir la implicación en la zona, pasando la carga del contrapeso de Irán a la coalición liderada por Arabia Saudí. Restablecido así el equilibrio de poder en la región (donde ni Turquía, ni Irán ni Arabia Saudí serán potencias hegemónicas, ni permitirán que ninguna de las otras lo sea), Estados Unidos podrá dedicar mayor ancho de banda diplomático y militar a Asia Pacífico como región más relevante del siglo XXI.
-Dicha reorientación de la política exterior norteamericana –mitad resultado de un cálculo estratégico, mitad motivada por la frustración– deja un nuevo espacio para la acción exterior de Moscú. Rusia se presenta como una alternativa a Washington pero sin asumir los compromisos ni la agenda maximalista de Estados Unidos. Con una inversión de recursos limitada Rusia eleva su perfil internacional y cuestiona el carácter de superpotencia de Estados Unidos.
-Al mismo tiempo, Rusia justifica su intervención militar como una acción legítima y legal, pues ciertamente las fuerzas rusas han llegado a Siria respondiendo a una petición formal del gobierno de Damasco. Por lo que además de asumir el rol de global player –alguien que cuenta en las crisis internacionales–, Moscú aparece como un actor atento a la legalidad. En contraste con intervenciones no tan respetuosas con el Derecho Internacional de Estados Unidos en la región (la guerra de Irak de 2003, los bombardeos contra grupos yihadistas en Siria, o los ataques con drones en Yemen). Por tanto, es una manera –imperfecta evidentemente– de lavar su imagen tras la ocupación de Crimea y
su intervención en el conflicto de Ucrania.
-Todo esto mejora además la valoración de Vladimir Putin ante su propia opinión pública. La restauración del poder perdido tras el derrumbamiento de la Unión Soviética constituye un elemento fundamental en la narrativa que legitima al presidente ruso. La entrada en escena de sus fuerzas armadas en Oriente Medio, unida a la desorientación y al repliegue de la política norteamericana, se pueden presentar fácilmente como una victoria política de un Moscú en ascenso frente a un agotado Washington. Si a ello añadimos el antiamericanismo que transmiten los medios de comunicación rusos –que en el caso de RT se hace eco incluso de teorías conspiratorias–, el resultado en términos
de imagen es sencillo de intuir.
-Por último, la intervención rusa también permite poner a prueba la cohesión de la Alianza Atlántica a la hora de defender a Turquía. Las fuerzas rusas desplegadas en Siria no han dudado en tensar la situación. Sus aviones han violado el espacio aéreo turco, han iluminado con sus radares a los cazas de Ankara y han interceptado –sin derribarlos– drones norteamericanos mientras sobrevolaban Siria. Mientras tanto Alemania ha retirado las baterías de misiles antiaéreos Patriot, según anunció en agosto pasado antes del despliegue ruso, pero sin cambiar la decisión tras él. Las incursiones en
Turquía han obligado a que la OTAN organizara un encuentro ministerial desde el que se pidió a Rusia que “cesara y desistiera” de continuar con ese tipo de conductas sobre espacio aéreo aliado. Pero más allá de las palabras la firmeza de la Alianza está todavía por demostrar. Al igual que Estados Unidos, los gobiernos de Europa Occidental tampoco desean verse atrapados en la pesadilla geopolítica de Oriente Medio.
La solidaridad aliada hacia Turquía entraña un coste político adicional que Moscú puede elevar con provocaciones calculadas. Y a ello se añade la ambigüedad del compromiso turco con la OTAN durante los últimos años. El gobierno de Tayyip Erdogan ha mantenido una actitud ambivalente en la lucha contra el Estado Islámico –de hecho, a día de hoy sigue priorizando el bombardeo de los kurdos que combaten al Daesh, antes que al propio Daesh– y ha aceptado lucrativos proyectos energéticos con Rusia, al margen de las sanciones impuestas por el resto de aliados con motivo del conflicto de Ucrania.

Contener al Daesh y combatir a los grupos yihadistas fuera del territorio ruso

Otra oportunidad que ofrece la intervención militar rusa en Siria es combatir la amenaza yihadista –que también afecta gravemente a Moscú– de manera preventiva y lejos del territorio nacional. Es una ventaja menor, pues como ya hemos señalado, los bombardeos rusos se están concentrando mayoritariamente en los grupos rebeldes y no tanto en el Daesh. Pero a pesar de ello es otro aspecto que conviene tener en cuenta por dos razones:
-La acción antiterrorista rusa en el Cáucaso no ha erradicado por completo el yihadismo pero sí lo ha fragmentado. Entre otros medios con la eliminación de sus líderes: Doku Umarov en marzo de 2014 y sus sucesores Aliaskhab Kebekov y Mohamed Suleimanov a lo largo de 2015. Por el momento ha abortado la consolidación efectiva del autoproclamado Emirato del Cáucaso, que a largo plazo podría haberse convertido en una cabeza de puente del Daesh dentro de la propia Rusia (algunas facciones del emirato han jurado fidelidad al Califato). Evitar que el régimen de Al Assad colapse y que el Daesh y otros grupos yihadistas se hagan fuertes en Siria es otro modo de prevenir la inserción del Estado Islámico en territorio ruso.
-Al mismo tiempo, un número importante de yihadistas ha marchado de Rusia al Daesh en Siria/Irak. Según Sergei Smirnov, subdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB), aproximadamente dos mil cuatrocientos nacionales rusos se han unido al Daesh en Siria e Irak. Y ciertamente el Daesh ha alentado su reclutamiento en internet, entre otros medios con la revista Istok, escrita en ruso. Aunque por el momento los aviones de Moscú no estén centrando su atención en el Estado Islámico –como decimos, ya lo están haciendo los de la coalición liderada por Estados Unidos–, prevenir que Al Assad caiga impide que el Daesh se haga más fuerte.

RIESGOS PARA RUSIA A MEDIO Y LARGO PLAZO

Por el momento, la intervención militar es limitada y sus riesgos inmediatos controlados, asociados fundamentalmente al derribo o pérdida por accidente de alguna aeronave y a la captura o muerte de su tripulación. No obstante, existen algunos escenarios negativos de mayor calado a medio y largo plazo:
-El principal sería que el volumen y la naturaleza de la ayuda militar prestada hasta el momento no sea suficiente para evitar el colapso del régimen de Al Assad y, que una vez empeñado el prestigio de Moscú, se requiera una cantidad sustancialmente mayor de fuerzas, en especial terrestres. Si las cosas se tuercen, las piezas de artillería rusa y los treinta y cuatro aviones de combate actualmente desplegados, no van a marcar la diferencia. Habría que escalar. Por ahora las fuerzas leales al régimen han recobrado el ímpetu y la iniciativa. Están arrebatando territorios perdidos a los rebeldes y tienen
posibilidades de tomar el control total de Aleppo. Sin embargo, la historia militar está llena de situaciones que dan repentinamente la vuelta y que parecen imposibles hasta que suceden. Máxime en un conflicto tan prolongado como el sirio donde ninguno de los contendientes goza de una supremacía militar abrumadora.
-Un segundo escenario más probable consiste en que las fuerzas progubernamentales consoliden temporalmente las ganancias pero se vean abocadas de nuevo a una guerra de desgaste. Michael Kofman compara la embestida gubernamental a una especia de ofensiva de las Ardenas: ganar o convertirse en una fuerza agotada. Si después de la ofensiva conjunta, Moscú no es capaz de lograr un acuerdo político que ponga fin al conflicto, el compromiso militar ruso corre el riesgo de verse prolongado de manera indefinida. Según el presidente del comité de asuntos exteriores de la Duma, Alexi Pushkov, en Moscú se habla de una intervención militar de cuatro o cinco meses. Lo cual implica que transcurrido ese tiempo prevalezca la salida diplomática. Pero la insurgencia siria se encuentra lo suficientemente fragmentada y empeñada en la guerra como para hacer difícil un alto el fuego a corto plazo. Y tampoco es seguro que sus sponsors saudíes, turcos y norteamericanos vayan a darse por vencidos de manera inmediata. De hecho, la intervención rusa ha tenido como reacción un incremento de la ayuda militar a los rebeldes (por ejemplo, Arabia Saudí ha enviado cientos de misiles contra-carro para frenar a los carros y blindados del régimen). Y es previsible que dichas potencias reajusten sus estrategias para arrebatar la iniciativa a los rusos. Las fuerzas pro Al Assad cuentan con una ventana de oportunidad que puede cerrarse en cuestión de meses.
-A cualquiera de estos dos escenarios hay que añadir el hecho de que la economía rusa se encuentra en un periodo de recesión. De momento, no supone un problema grave pues el despliegue militar es reducido. Pero la limitación de recursos restaría margen de maniobra a Moscú en caso de que el desarrollo de los acontecimientos exija un compromiso material mayor. Es un talón de Aquiles que los adversarios estratégicos de Rusia en la región (Estados Unidos, Arabia Saudí, Turquía y, en menor medida, aliados europeos como Francia o Reino Unido) pueden emplear para reducir mediante el
bloodletting la asertividad rusa en Oriente Medio y, de paso, en otros escenarios como Europa del Este o Asia Central. Al iniciarse la campaña de bombardeos, Putin advirtió que no iba a permitir la caída del régimen de Al Assad y que aquel que pretendiera seguir apoyando a los rebeldes debería prepararse para una lucha prolongada. Lo mismo pueden decir Estados Unidos y los saudíes en sentido inverso.
-Conviene no perder de vista que a pesar de sus innegables fracasos en el mundo árabe, Washington sigue manteniendo relaciones estrechas con la mayoría de los países de la región (Arabia Saudí, Turquía, Israel, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait y Bahrein). De momento, la Casa Blanca se ha mantenido a la defensiva pero en caso de reelaborar una estrategia sólida dispone de poder suficiente para complicar la política rusa a largo plazo. También Arabia Saudí y otros países de la zona cuentan con recursos y relaciones en la zona como para alterar los cálculos militares de Moscú.
-Por último, al bombardear a los rebeldes, Rusia se sitúa abiertamente en el bando opuesto al islam sunní. Y este no es un detalle menor. En el implacable conflicto sirio las fuerzas progubernamentales han utilizado armas químicas contra su propia población y la han bombardeado con barriles llenos de explosivos y metralla, causando miles de víctimas civiles. Las imágenes de esas matanzas han sido un tema habitual de las cadenas televisivas del mundo árabe. Aunque las élites políticas y militares egipcias hayan aplaudido la intervención rusa, la gente de a pie considera que Al Assad y sus aliados chíes son una hueste de matones sanguinarios.
Hasta ahora Rusia había mantenido un perfil relativamente bajo en el apoyo diplomático y logístico-militar al régimen sirio. Los bombardeos rusos han puesto fin a esa discreción, y ello incrementa el riesgo de acciones terroristas contra intereses rusos dentro y fuera de su territorio. El yihadismo con epicentro en el Cáucaso ya ha demostrado en numerosas ocasiones que Rusia no es inmune a los ataques terroristas. Recordemos por ejemplo los atentados suicidas en Volgogrado en octubre y diciembre de 2013, uno de los muchos ocurridos en Rusia en los últimos años. En términos de pérdida de vidas humanas, el riesgo principal para Rusia no es que caiga algunos de sus pilotos en Siria, sino un atentado con decenas de muertos en Moscú o en cualquier otra ciudad del país.

CONCLUSIÓN: IMPLICACIONES DE LA INTERVENCIÓN RUSA SOBRE EL FUTURO DEL CONFLICTO SIRIO

En el corto plazo la consecuencia más inmediata de la intervención militar rusa será la continuidad del régimen sirio, aliado de Moscú y de Teherán. La guerra de Siria no iba a finalizar con una eventual caída del régimen. A su hipotético colapso le habría seguido la lucha entre las propias facciones rebeldes, y entre éstas y el Daesh. Pero ni siquiera ese escenario de derrumbe total resulta ahora cercano ni probable.

El enquistamiento del conflicto, con más de cuatro años de duración sin que se vislumbre una victoria militar definitiva de ninguna de las partes. Y la tragedia humana que se deriva de él, con más de doscientos mil muertos, y la extensión de sus efectos –en especial, los millones de refugiados que está provocando– apuntan a una solución negociada en el medio plazo.

La intervención militar de Moscú pretende forzar la solución diplomática al presentar como inevitable la continuidad del régimen. Moscú quiere además eliminar las opciones de Estados Unidos y del bando saudí en Siria debilitando militarmente a los rebeldes y revertiendo sus ganancias territoriales. Si tenemos en cuenta que el interés de Washington en Siria es secundario y que los saudíes se están desgastando en Yemen, cobra sentido el escenario de un acuerdo entre las grandes potencias de fuera y dentro de la región. Un acuerdo que declarará un alto el fuego –seguramente imperfecto– entre las partes contendientes, con excepción del Daesh, y el inicio de un proceso de paz que quizás reconozca cierto tipo de autogobierno a las zonas bajo control de los rebeldes, sin una
desmembración oficial de Siria.

Al mismo tiempo, hay dos factores que también pueden favorecer la solución diplomática.
El primero es el respaldo al plan ruso de las principales potencias europeas. Ya antes del inicio de los bombardeos la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, declararon en momentos diferentes que Rusia tenía que ser parte de la solución del conflicto sirio. La crisis migratoria ocupa uno de los primeros puestos de la agenda política de la Unión Europea y los líderes europeos dudan de la capacidad de Washington para poner fin a la guerra. De ahí que la intervención militar rusa, seguida de un plan de paz, pueda recabar el apoyo de los principales países europeos, y que éstos a su vez influyan sobre la diplomacia norteamericana para que acepte los términos del acuerdo.

El segundo factor que puede facilitar este escenario es que Moscú obligue a Al Assad a abandonar el país –en cuyo caso es de suponer que se instalaría en la propia Rusia. La debilidad militar del régimen sirio le ha hecho perder el estatus de aliado autónomo para pasar al de Estado cliente de Rusia y de Irán. La marcha de Al Assad, a pesar de que continúe el régimen sostenido por Moscú y Teherán, es un modo de que Estados Unidos y sus aliados turcos, saudíes, jordanos, etc. salven la cara ante un eventual acuerdo. Este escenario de fin negociado del conflicto entraña una consecuencia que podría afectar a España y a sus Fuerzas Armadas. Muy probablemente sería necesario el despliegue de una fuerza multinacional de Naciones Unidas que supervisara el alto el fuego, hiciera de
interposición entre las partes, y apoyara y protegiera el peace bulding. Las fuerzas rusas podrían participar en ella, al igual que las de los aliados de Estados Unidos, incluyendo algunos países europeos. De tener lugar, sería sin duda una misión arriesgada por la elevada presencia de actores yihadistas fuertemente armados y con una dilatada experiencia en combate. A los yihadistas se unirían además los rebeldes descontentos con el fin negociado del conflicto.

Sin embargo, otro escenario alternativo, y no descartable, es la prolongación del conflicto durante años. Un conflicto internacionalizado en el que Estados Unidos y sus aliados del Golfo sigan apoyando logísticamente a los rebeldes para recuperar la iniciativa estratégica y desgastar de manera indirecta y sostenida a sus respectivos grandes rivales: Rusia e Irán. La eventual marcha de Al Assad no soluciona el problema de fondo. Lo que queda del régimen sirio se ha convertido en una plataforma desde la que se seguirá expandiendo la influencia iraní en el Levante, protegida de momento por las fuerzas armadas rusas. Y este no es un resultado que vaya a satisfacer a Riad. Para entender el conflicto sirio es necesario ampliar la imagen al conflicto regional por delegación que a día de hoy enfrenta a las principales potencias de Oriente Medio. Eso explica que Arabia Saudí se oponga a que Irán forme parte de los países que negocien la solución diplomática a la guerra de Siria. Así lo ha mantenido de nuevo en la reunión de ministros de asuntos exteriores celebrada en Viena el 23 de octubre, en la que participaron los representantes de Estados Unidos, Rusia, Turquía y Arabia Saudí.

Es difícil saber cuál de los dos escenarios se acabará materializando. Las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos son otra variable que influirá en la estrategia norteamericana y muy probablemente lo hagan bloqueando cualquier salida que pueda ser interpretada como una victoria de Moscú. Lo cual conduciría hacia un escenario de acuerdo sin vencedores ni vencidos (la marcha de Al Assad podría favorecer esta impresión), o como alternativa, al escenario de prolongación del conflicto y continuidad del apoyo norteamericano a los rebeldes.

Por el momento, quien se sigue beneficiando de la situación es el Daesh. Aunque en las proximidades de Aleppo las fuerzas pro Al Assad se están enfrentando al Estado Islámico, en términos generales el recrudecimiento de los combates entre las fuerzas progubernamentales y los rebeldes resta fuelle a la lucha contra el Daesh, y éste, mes tras mes, afianza su proyecto político en los territorios sometidos a su control.

Fuente: http://www.ugr.es/~jjordan/intervencion-rusia-siria.pdf
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