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domingo, 3 de enero de 2016

Un segundo portaviones y nuevas ramas militares: Lo más importante de la nueva estrategia de China

(RT.com) - China ha creado tres nuevas unidades militares en el marco de la nueva estrategia militar adoptada en 2015 y moderniza a ritmo acelerado su equipamiento militar.
Submarinos y buques de guerra de la Armada china
Submarinos y buques de guerra de la Armada china Submarinos y buques de guerra de la Armada china / Reuters / Guang Niu

La creación de tres nuevas unidades militares, la actualización del equipamiento y la modernización de la estructura de mando del Ejército: estos puntos clave constituirán una importante reforma de las fuerzas armadas chinas, considerada la mayor desde la década del 50.

En el mayo de 2015, el país asiático publicó el libro blanco de su estrategia militar según la cual China se atendrá al concepto de "defensa activa" y buscará una cooperación internacional más estrecha en los asuntos de seguridad global. "China no atacará a no ser que nos ataquen", se remarcó en el documento.

Asimismo, entre los dominios de seguridad críticos, se mencionó los océanos, el espacio, el ciberespacio y las fuerzas nucleares, excluyendo la posibilidad de una carrera armamentista nuclear con otro país.

Tres nuevas ramas militares

Este viernes, la Comisión Militar Central de China anunció la creación de tres nuevos tipos de tropas dentro del Ejército Popular de Liberación del país. Concretamente, se trata de las fuerzas de misiles y de apoyo estratégico, así como de una nueva unidad de mando general del Ejército, informa Xinhua.

El presidente Xi Jinping ha subrayado que es una importante decisión para "realizar el sueño chino de tener un Ejército fuerte" y ha añadido que se trata de "un paso estratégico para establecer un sistema militar moderno con características chinas".

El líder chino ha instado a las tropas de misiles ―que se encargarán de los misiles y cohetes― a "mejorar la disuasión nuclear y la capacidad de contrataque, así como la capacidad de ataque de precisión de medio y largo alcance".

Mientras tanto, la unidad de apoyo estratégico será responsable "de la guerra de alta tecnología en el espacio y en Internet", informa South China Morning Post. La nueva rama es descrita como "un punto importante de crecimiento" en la capacidad de lucha de los militares chinos.

Remodelación del Ejército en "5 zonas estratégicas"

La reforma militar incluye el establecimiento de una estructura de mando operativo conjunto para 2020, así como la reestructuración de las 7 regiones militares existentes en 5.  Las cinco nuevas zonas militares "estratégicas" incluirán una vasta zona del oeste, que cubre más de la mitad del país, una zona más grande del norte, que se concentrará en Mongolia, el Lejano Oriente ruso y la península de Corea, precisa Straits Times. Esto permitirá al ejército, la marina y la fuerza aérea de China "estar mejor representados en todo el país".

El segundo portaviones y misiles antisatélites, entre las nuevas armas

La eliminación gradual del equipamiento viejo y el desarrollo de nuevas armas será otra gran característica de las reformas chinas. Recientemente, el Ministerio de Defensa del país ha confirmado que el gigante asiático está construyendo su segundo portaviones.

El primer portaviones de la armada china, Liaoning, es un barco de la era soviética que fue comprado a Ucrania en 1998 y remodelado a continuación en China. En esta ocasión, la construcción del buque se realiza utilizando tecnología nacional.

Expertos destacan que se trata de un importante avance para el objetivo del gigante asiático de desarrollar en la década de 2020 una flota de portaviones capaz de mantener las persistentes operaciones en las zonas de disputas territoriales, como los mares del sur y el este de China.

Asimismo, el país ha confirmado recientemente las pruebas de misiles DN-3, capaces de alcanzar satélites estadounidenses. Se trata del tercer misil antisatélites desarrollado por China, después del DN-1 y el DN-2, que se da a conocer.

martes, 3 de noviembre de 2015

Con el inicio de la construcción de la Base Naval HMS, la Royal Navy vuelve a Baréin después de 44 años

(defensa.com) Con el inicio oficial de las obras de la que se denominará Base Naval HMS (His/Her Majesty's Ship) Jaffair, la Royal Navy británica volverá a tener una sede permanente en esta vital región del planeta, desde que en 1971 transfirió la instalación portuaria, que tenía el mismo nombre, a los Estados Unidos.
La importancia de la decisión, tras lograr el preceptivo acuerdo con el Gobierno de Baréin, de volver a instalarse en los que los británicos designan como  “East of Suez”, quedo refrendada con la presencia el 1 de noviembre del denominado Foreign Secretary (ministro de Exteriores de Reino Unido) Philip Hammond, que acompañado de su colega del Reino árabe Sheik Khalid bin Ahmed Al Khalifa, inauguraron las obras. La zona elegida para instalar la base está en el denominado Puerto de Mina Salman, sito junto a la capital del país, Manama, y muy cerca de las instalaciones, y Cuartel General, de la V Flota de la US Navy (marina militar de los Estados Unidos).

La idea es mantener allí basados permanentemente cazaminas de la Royal Navy, que aseguren la rápida apertura de la navegación en el vital Golfo Pérsico en caso de que terroristas o alguna nación de la zona colocasen minas marinas, lo que asegurará más la estabilidad en la zona, según manifestó el político británico. La base cuyas obras costaran 13 millones de libras (23 millones de dólares), acabaran previsiblemente en otoño de 2016, y permitirán instalar a los 80 miembros de las fuerzas armadas británicas, que trabajaran permanentemente en ella. La instalación también será vital para dar facilidades portuarias a la presencia temporal de las fragatas y destructores, y demás navíos de la Royal Navy, según confirma el Ministerio de Defensa de Reino Unido, incluidos los portaaviones de nueva generación (clase Queen Elizabeth), que se desplieguen en la zona en caso de maniobras y crisis. (Texto y fotografía: Julio Maíz Sanz)

Fotografía: El cazaminas HMS “Brocklesby”, un veterano navío de la clase “Hunt”. En caso de volver al Golfo, como durante la guerra de Irak de 2003, contará con una instalación naval de la propia Royal Navy.

sábado, 10 de octubre de 2015

El giro de los Estados Unidos hacia la región de Asia-Pacífico en el ámbito de la Seguridad Marítima




Durante los últimos años, el ascenso de China ha sido evidente en todos los ámbitos, llegando a constituirse sin ningún tipo de dudas en una potencia de orden global. Sin embargo, la evolución de sus aspiraciones hacia el entorno marítimo es más reciente y está provocando diferentes reacciones en el ámbito internacional, situando al Mar de China como una zona de posible enfrentamiento entre los Estados Unidos, la potencia marítima del Pacífico tras la Segunda Guerra Mundial; y China, un aspirante con claras ambiciones en este ámbito.

Henry Kissinger, en su libro China, afirma que quien pretenda comprender el papel en el mundo en el siglo XXI de China, tiene que empezar valorando el contexto tradicional del país, que históricamente ha mantenido sus reivindicaciones territoriales con límites en las orillas de los mares y que a pesar del desarrollo en el mundo de la náutica de la dinastía Song (960-1279) y de las exploraciones llevadas a cabo durante los primeros años de la dinastía Ming por el almirante Zheng a Java, la India, el Cuerno de África o el estrecho de Ormuz; optó por retirarse voluntariamente en 1433 del ámbito de la exploración naval en defensa de sus fronteras continentales.

Durante los últimos años se ha podido asistir a un auge de la tensión provocada por las diferentes reclamaciones territoriales entre diversos países en el Mar de China[1], y más recientemente con la construcción de islas artificiales y la reclamación de la soberanía asociada a ellas. Sin embargo, no ha sido hasta la publicación de su Estrategia Militar en mayo de este mismo año, cuando el Ejército de la República Popular de China ha mostrado una ambición más global en el ámbito marítimo. Esta Estrategia Militar, que presenta un enfoque global frente a los anteriores documentos de similares características que presentaban un carácter más sectorial, no sólo está orientada hacia la defensa territorial, sino que apoya el papel de China en ámbitos como el económico y el político.

La creciente influencia de China en la región de Asia-Pacífico, el desarrollo de sistemas de armas de negación de área -conocidos en inglés como Anti-Access/Area Denial (A2/AD)-, y unas crecientes aspiraciones en el ámbito marítimo, materializadas no sólo por las antedichas reclamaciones territoriales, sino también por el creciente despliegue de medios navales militares y civiles en la región, y el establecimiento de acuerdos bilaterales con otros países para permitir el uso de sus instalaciones portuarias, tanto en la región del Océano Pacífico, como en el Océano Indico dando lugar a lo que ha sido conocido como “el collar de perlas”; han provocado un sinfín de suspicacias en los países de la región y también en los Estados Unidos, única potencia marítima en la zona tras la Segunda Guerra Mundial.
En este contexto, la Administración Obama inició un giro estratégico hacia Asia con la publicación de la Revisión Cuatrienal de la Defensa de 2014, que fue reforzado con eldiscurso del Presidente de los Estados Unidos en la Academia Militar de West Pointen mayo de 2014, y posteriormente con la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional del año 2015. Giro que, en el ámbito de la seguridad marítima, ha ofrecido un nuevo episodio con la publicación de la Estrategia de Seguridad Marítima para la región de Asia-Pacífico a finales del mes de julio.

La estrategia de seguridad marítima de los estados unidos en la región de Asia - Pacífico

La Estrategia de Seguridad Marítima para la región, publicada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, presenta en su desarrollo un análisis del contexto estratégico y plantea los objetivos nacionales a alcanzar y las líneas de esfuerzo del Departamento de Defensa para garantizar la seguridad marítima, en una región donde los Estados Unidos mantienen intereses económicos y de seguridad.


El entorno estratégico

El entorno estratégico regional, de acuerdo a esta nueva Estrategia, se caracteriza de forma general por haber mantenido un notable desarrollo económico y un evidente equilibrio en el ámbito de la seguridad, convirtiéndose en una de las regiones más importantes en el ámbito global, con una especial relevancia en el ámbito marítimo, ya que a través de ella discurre una gran parte del comercio mundial de contenedores y de los flujos energéticos internacionales. No obstante, la Estrategia hace hincapié en el hecho de que el rápido crecimiento económico, unido a una modernización generalizada en el ámbito militar y a la multitud de demandas territoriales que se producen en su seno, han incrementado la amenaza de que pueda producirse un conflicto armado entre países; que se une a otras ya existentes, de carácter no tradicional, como los tráficos ilícitos de todo tipo, la piratería y los desastres naturales.

Al analizar las características del entorno estratégico, la Estrategia centra su atención en las reclamaciones territoriales entre los diferentes Estados, la modernización de los medios navales, tanto militares como de las agencias de seguridad civiles y en los desafíos a los que se enfrenta la región en el ámbito marítimo.

Las reservas energéticas y el potencial pesquero de la región se sitúan en el origen de las múltiples reclamaciones territoriales que se concentran en esta región, que el documento revisa de forma somera. En términos generales, los Estados Unidos no toman posición frente a ninguna de las reclamaciones territoriales en curso en la región, que espera sean resueltas de forma pacífica, aunque sí reconocen de forma expresa la administración japonesa de las Islas Senkaku[2].

Por un parte, en el Mar de China Meridional la Estrategia apunta a las acciones y retórica de China como uno de los principales elementos de inestabilidad ya que, en opinión de la Administración estadounidense, no existe claridad sobre la naturaleza de sus reclamaciones territoriales. Además, entre las reclamaciones existentes se encuentran algunas que se oponen a los acuerdos internacionales en vigor en lo relacionado con el derecho de paso inocente y el desarrollo de actividades militares, por parte de terceros Estados, en las Zonas de Exclusión Económica (ZEE) [3].
Por otra parte, en el Mar de China Oriental el principal foco de inestabilidad es situado en las reclamaciones territoriales de Japón y China sobre las Islas Senkaku. La Estrategia considera que las reclamaciones de China no se ajustan al ordenamiento jurídico internacional y condena expresamente la declaración de Zonas de Identificación de Defensa Aérea y el uso inapropiado de los medios de las agencias de seguridad marítima de carácter civil.

El crecimiento económico y el incremento de las reclamaciones territoriales ha dado lugar a una rápida modernización de los medios militares y civiles responsables de la seguridad marítima en la región. Esta proliferación de medios navales incrementa el riesgo de que pueda producirse algún tipo de conflicto entre los diferentes Estados. Nuevamente la Estrategia señala directamente a China al hacer referencia expresa a la modernización tanto de sus medios militares, como los de sus agencias civiles. Esta modernización, establece el documento, no se dirige exclusivamente a contrarrestar la tecnología militar de los Estados Unidos, o a hacer frente a un potencial conflicto con Taiwán, sino también a apoyar el carácter expedicionario del Ejército Popular de Liberación.
En cuanto a los desafíos que enfrenta la región en el ámbito marítimo, la Estrategia centra su atención en el creciente empleo de medios no militares con la intención de coaccionar a terceras partes, las maniobras peligrosas en la navegación aérea y marítima por parte fundamentalmente de medios militares, las reclamaciones territoriales y la construcción de islas artificiales. En todos estos aspectos, nuevamente, el documento señala a China como el actor más activo en la región. En concreto, confiere una gran importancia a la construcción de islas artificiales, ya que las eventuales instalaciones que podrían llegar a albergar podrían proporcionar una capacidad de proyección estratégica importante a este país en el Mar de China Meridional.

Objetivos y Líneas de Esfuerzo

Ante este entorno estratégico, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos plantea tres objetivos en el entorno marítimo y cuatro líneas de esfuerzo que contribuyan a su consecución. Los objetivos establecidos son: la salvaguarda de la libertad, en sentido amplio, en las aguas internacionales de la región; la disuasión frente intentos de coacción o conflictos; y la promoción del respecto al derecho y convenciones internacionales[4]. Para alcanzar estos objetivos, el Departamento de Defensa establece cuatro líneas de esfuerzo que permiten una aproximación integral a la situación y requieren el apoyo de otros Departamentos de la Administración estadounidense.

La primera línea de esfuerzo se orienta hacia el refuerzo de las capacidades militares en la región con objeto no sólo de contribuir a alcanzar un nivel de disuasión que evite el desarrollo de conflictos o la ejecución de acciones coercitivas, sino también para ofrecer una respuesta eficaz ante cualquier amenaza si fuese necesario. Esta línea se fundamenta en el desarrollo y modernización de capacidades (Investments and Capabilities), el despliegue de medios sobre la base de un modelo más distribuido (Force Posture) y la realización de ejercicios de adiestramiento, tránsitos y operaciones, bien de forma unilateral, bien de forma combinada con socios y aliados, que refuercen la presencia en la región (Operations, Exercises and Training).

La segunda línea de esfuerzo se orienta hacia la construcción de alianzas y el incremento de capacidades de los países de la región, todo ello para incrementar las capacidades de seguridad marítima regional y alcanzar un elevado conocimiento del entorno marítimo (Maritime Domain Awareness) que faciliten las respuestas de forma oportuna y eficaz ante los desafíos existentes.

La tercera línea de esfuerzo se orienta hacia la reducción del riesgo a través de dos direcciones. La primera centrada en las relaciones bilaterales con China que son definidas sobre la base de la cooperación, pero también de la competición; y la segunda centrada hacia la toma de medidas que permitan reducir los riesgos en toda la región a través de mecanismos como reuniones entre partes, protocolos de actuación comunes, etc.[5]
La cuarta y última línea de esfuerzo se orienta hacia la construcción de una arquitectura regional de cooperación que promueva los convenios y protocolos internacionales. El documento destaca fundamentalmente en este ámbito a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y a su reunión de Ministros de Defensa (Defense Ministers Meeting Plus - ADMM-Plus).

Valoración

El entorno marítimo de la región Asia-Pacífico se vislumbra como una arena donde comienzan a confluir dos dinámicas opuestas. De un lado, el intento de mantener el statu quo vigente por parte de los Estados Unidos, única potencia naval en la región tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. De otra parte, la renovada orientación de China hacia las aguas oceánicas con una visión más global, acorde a su realidad política y económica actual.


Si bien es cierto que no puede esperarse a corto plazo que China desarrolle unas capacidades marítimas oceánicas que puedan enfrentarse a las que poseen los Estados Unidos, el desarrollo de los acontecimientos en la región puede dar lugar a incidentes no previstos, que junto con la percepción de las diferentes sociedades y el momento político particular de cada uno de los Estados, pueden dar lugar a incrementos puntuales de tensión.

El anunciado giro estratégico de los Estados Unidos hacia Asia se materializa con la publicación de esta Estrategia en un ámbito predominante en la región, el marítimo. A juicio subjetivo, las reiteradas referencias a China en el documento parecen conferirle un objetivo general más orientado a su contención que al fomento de la seguridad marítima regional.

China defiende a ultranza su esencia, la soberanía estatal y su corolario, el principio de no injerencia. En este sentido, China no es tanto una amenaza a los pilares del orden internacional como un desafío a las potencias tradicionales del sistema interestatal y al reparto de poder que operan en alguna de las instituciones secundarias del orden[6]. Evitar el dominio estadounidense en Asia es una de las grandes preocupaciones exteriores chinas, especialmente desde que en 1999, Estados Unidos, reconociendo que la parte del león de la historia política y económica del siglo XXI se escribiría en Asia, formulara la estrategia del reequilibrio o del giro asiático.

Por otra parte, el “momento histórico” que vive China, fundado en su desarrollo político y económico, así como en una gran estabilidad en el ámbito continental, le ha llevado a afrontar un retorno al entorno oceánico con el objetivo de garantizar su desarrollo; en lo que parece ser un rumbo de colisión con los Estados Unidos, la única potencia naval en la región desde el final de la Segunda Guerra Mundial, que previsiblemente pondrá una gran energía en evitar cualquier minoración en su carácter hegemónico.
La interdependencia en múltiples ámbitos, fundamentalmente el económico, entre China, Estados Unidos y el resto de países, no sólo en la región, sino también en el resto del mundo, hacen necesario un entorno de colaboración y construcción de confianza mutua en el que China debe hacer énfasis en el carácter defensivo de sus acciones, y Estados Unidos debe dejar de considerar cualquier avance de China como una acción ofensiva. Tal como escribió Kissinger en The New York Times “Esta generación de líderes tiene la oportunidad de construir las relaciones a través del Pacífico a partir del modelo de destino común, de modo similar a como se hizo con las relaciones a través del Atlántico después de la guerra [Segunda Guerra Mundial]”[7].
*Samuel Morales Morales. Departamento de Seguridad Nacional. Presidencia del Gobierno (España).

[1] China mantiene reclamaciones sobre las islas Senkaku con Japón, sobre las islas Paracelso son Vietnam con Filipinas y Taiwán en el arrecife de Scarborough; y con Filipinas y Taiwán en las islas Spratly.

[2] Las islas Senkaku son denominadas por las autoridades chinas como islas Diaoyu.

[3] De acuerdo a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el derecho de paso inocente se entiende como el derecho de los buques de todos los Estados a atravesar el mar territorial de un Estado sin penetrar en las aguas interiores ni hacer escala en una rada o una instalación portuaria fuera de las aguas interiores; o dirigirse hacia las aguas interiores o salir de ellas, o hacer escala en una de esas radas o instalaciones portuarias o salir de ella (Artículo 18.1). Por otra parte, la utilización exclusiva de la alta mar con fines pacíficos, establecida en el artículo 88, no limita el desarrollo de maniobras militares. Disponible en:
http://www.un.org/depts/los/convention_agreements/texts/unclos/convemar_es.pdf

[4] La Estrategia hace un llamamiento expreso al respeto a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, a pesar de Estados Unidos no ha ratificado la antedicha Convención. Disponible en:
http://www.un.org/Depts/los/reference_files/chronological_lists_of_ratifications.htm(Consultado el 4 de septiembre de 2015).

[5] Actualmente existen en la región una variedad de mecanismos orientados hacia la reducción del riesgo tales como, entre otros: Military Maritime Consultative Agreement(MMCA), Shared Awareness and Deconfliction meetings (SHADE), Code for Unplanned Encounters at Sea (CUES) y Memorandum of Understanding (MOU).

[6] Ángels Pelegrín y Helena Torroja, China hoy. Claves para entender su posición en el tablero internacional, Ediciones Jurídicas y Sociales S.A. Madrid, 2014.

[7] Eugenio Bregolat “Más sobre las relaciones China-Estados Unidos”, Política Exterior, Noviembre-Diciembre 2013.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Un avance simultáneo en los dos objetivos de Pekín


Por Neil Irwin  | The New York Times - Vía diario La Nación.

NUEVA YORK.- Hay dos cosas que el gobierno de China quiere con desesperación. Primero, niveles altos de crecimiento y empleo, para mantener cierto equilibrio económico. Segundo, que su moneda, el renminbi o yuan, se convierta en una divisa de alcance mundial que ayude a impulsar las objetivos diplomáticos del país y a consolidar la centralidad de China para la economía mundial.

Muchas veces, esos dos objetivos entran en conflicto. Pero ayer China logró un avance simultáneo en ambos frentes. Eso explicaría las resonantes noticias que llegan desde Pekín y que señalan que el gobierno cambiará la forma en que maneja el yuan para que la cotización de esa moneda responda más fielmente a las fuerzas del mercado.

El resultado inmediato fue una devaluación del 1,8% frente al dólar. Para el yuan se trata de una fluctuación importante, si se toma en cuenta que hasta ahora la política del gobierno era mantener una estricta franja cambiaria, cuyo cumplimiento quedaba garantizado por las restricciones legales a la transferencia de capitales y por los billones de dólares de reservas internacionales que tiene el país. En una ronda de operaciones normal, el yuan solía moverse apenas unos pocos centésimos hacia arriba o hacia abajo respecto del dólar.

Pero un 2% de caída en el valor de la moneda, aunque comparativamente grande, no representa un verdadero problema. Durante el último año, el dólar se valorizó un 22% frente al euro, y el yen su hundió un 24% frente al dólar entre fines de 2012 y principios de 2013. Lo fascinante de la jugada de Pekín es que revela el enfoque que le ha dado China a su política monetaria y su economía, y el rol a futuro de ese país en el sistema financiero global.

La economía china indudablemente atraviesa un momento difícil, o tal vez algo peor. Los índices de crecimiento de dos dígitos van quedando en el pasado y el modelo de crecimiento impulsado por la dupla inversión-exportaciones parece agotarse. La estrepitosa caída de la bolsa en los últimos meses termina de complicar el panorama. Además, están los costos ocultos de la estrategia del gobierno de mantener el yuan dentro de una franja cambiaria frente al dólar, lo que ha implicado que China no haya podido utilizar la devaluación, una herramienta crucial que usan los países cuando sus economías pierden fuerza.

Anteayer, el yuan se ubicaba más o menos en la misma cotización frente al dólar que a mediados de diciembre. Pero durante ese lapso el precio de la divisa norteamericana subió un 8,7%, lo que implica que el dólar, y por extensión el yuan, subieron juntos frente a las monedas de otros países desarrollados. Sujetar el valor de la moneda local al precio del dólar tuvo sus beneficios, pero en el último año los costos de esa estrategia fueron elevados: el aumento del yuan frente a la moneda de sus competidores y socios, justo en momentos en que los cimientos de la economía china piden que el yuan se deprecie.

Mientras tanto, China busca ocupar un rol de mayor liderazgo en la economía global, y una parte importante de esa estrategia es consolidar el yuan como moneda de reserva internacional. El dólar y el euro tienen un alcance y una utilidad que exceden ampliamente las fronteras de sus países emisores. China quisiera que el yuan tuviera una influencia similar para el comercio y las finanzas, especialmente en Asia.

Pero no es posible convertirse en una moneda de reserva mundial con la cantidad de restricciones que China insiste en aplicar. El dólar no tendría la centralidad que tiene en las finanzas globales si el gobierno de Estados Unidos declarara ilegal cambiarlo por otras monedas, con prohibiciones legales y una intervención agresiva para impedir que su valor fluctúe en respuesta a las fuerzas del mercado. En otras palabras, China quiso algunos de los importantes beneficios diplomáticos que se derivan de un yuan fuerte, pero sin pagar el precio internamente.

Hace apenas una semana, el FMI dijo que el yuan no estaba listo aún para pasar a integrar la canasta de monedas que la institución usa para "derechos especiales de giro", un fondo de reserva conformado actualmente por una mezcla de dólares, euros, yenes y libras. Christine Lagarde, directora del FMI, dijo que la moneda china debería ser "de uso más libre". Ayer, con su cambio de política monetaria, Pekín dio un importante paso en ese sentido.

Pero eso no implica que la movida no tenga sus costos. Un yuan más barato significa más inflación y un aumento de la carga en dólares que adeudan las empresas, lo que podría desatar una nueva ola de cierres y bancarrotas. Tal vez lo más importante sea el largo plazo, ya que si China libera la cotización de su moneda, también estará renunciando a una herramienta crucial que el gobierno ha utilizado para protegerse de las fluctuaciones de la economía global. Los dirigentes chinos se negaban a renunciar a ese poder, por eso el anuncio de ayer causó tanta conmoción en los mercados del mundo.

Pero no todos los días un cambio de política ayuda a alcanzar dos grandes objetivos nacionales al mismo tiempo. Y al parecer, cuando vieron la oportunidad, los líderes de China estuvieron dispuestos a ceder una pequeña cuota de poder, con la esperanza de obtener mejores resultados internos y de ocupar un rol más protagónico en el sistema financiero internacional.

Traducción de Jaime Arrambide

lunes, 27 de julio de 2015

China amplía su poder y hace sentir su peso

Por Keith Bradsher y Clifford Krauss  |  The New York Times
Con nuevas inversiones y exigencias, inicia una política más agresiva
La represa hidroeléctrica que está construyendo China en Ecuador. Foto: NYT 

EL CHACO, Ecuador.- Allí donde los Andes se unen con el Amazonas, unos 1000 ingenieros y trabajadores chinos vierten concreto para una represa y un túnel de 24 kilómetros. El proyecto, de US$ 2200 millones, surtirá con agua de río a ocho gigantescas turbinas chinas, que producirán suficiente electricidad para iluminar una tercera parte de Ecuador.

Cerca del puerto de Manta, en el Pacífico, bancos chinos están en negociaciones para otorgar un préstamo de US$ 7000 millones destinados a la construcción de una refinería que convertiría a Ecuador en un actor clave en la producción de derivados de petróleo a nivel global. Los bancos estatales chinos ya invirtieron US$ 11.000 millones en Ecuador, y el gobierno pide más.

Ecuador es un país con poco peso en el escenario mundial. Sin embargo, la rápida expansión de la presencia china dice mucho sobre el cambiante orden global, ya que Pekín avanza y Washington, gradualmente, pierde terreno. Aunque China ha ocupado un lugar preponderante en la economía mundial durante décadas, ahora ejerce su peso financiero en el mundo con la confianza y los objetivos de una superpotencia.

Pekín ahora está afianzando agresivamente su influencia económica para ganar aliados diplomáticos, invertir su vasta riqueza, promover su moneda y garantizar acceso a los recursos naturales que tanto requiere. Se trata de una nueva fase de la evolución de China. A medida que la riqueza de esta nación aumenta y sus necesidades cambian, el presidente Xi Jinping y otros líderes de gobierno buscan que China extienda su alcance a escala global.

Se espera que muy pronto la moneda china, el renminbi, sea reconocida como una divisa de reserva mundial, para formar parte de la élite monetaria junto con el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen. El banco de desarrollo estatal de China ya supera al Banco Mundial en créditos internacionales. Y su esfuerzo por crear una institución con fondos internacionales para financiar proyectos de transporte e infraestructura cuenta con el apoyo de 57 países, incluyendo varios de los aliados más cercanos de Estados Unidos, a pesar de la oposición del gobierno de Obama.

Ni la actual depresión de la Bolsa podrá hacer flaquear la determinación del país. China tiene aproximadamente 4 billones de dólares en reservas, que está resuelta a invertir en el extranjero para obtener ganancias y ejercer su influencia.

El creciente poder económico de China coincide con una política exterior cada vez más asertiva; ahora construye portaaviones, submarinos nucleares y aviones cazas furtivos. En el mar, donde lleva a cabo varias disputas territoriales, China está convirtiendo los arrecifes y atolones cercanos al sur de Filipinas en islas artificiales, con al menos una pista de aterrizaje capaz de recibir a los aviones militares más grandes. Estados Unidos objeta esta maniobra: ya realizó vuelos de inspección en el área y analiza enviar buques de guerra.

Los líderes chinos consideran que la inversión en el extranjero es simbiótica. "La actual cooperación industrial entre China y América latina llega en un momento preciso", expresó el primer ministro Li Keqiang durante una visita a Chile a fines de mayo. "China cuenta con capacidad de fabricación de equipo y tecnología integrada a precios competitivos, mientras que América latina tiene la demanda de expansión de infraestructura y actualización industrial", agregó.

No obstante, este despliegue de fuerza financiera también vuelve más vulnerable a China, y al resto del mundo. Desde hace ya un tiempo China es el motor del crecimiento global, pero ahora está asumiendo nuevos riesgos al exponerse a regímenes políticos inestables, mercados emergentes volátiles y otras fuerzas económicas fuera de su control.

Cualquier problema podría impactar el crecimiento de China, en especial en un momento en el que ya se está desacelerando. Los recientes tropiezos en la Bolsa de Valores del país añadieron presión, ya que el gobierno está tomando medidas enérgicas para estabilizar la situación.
Aunque China tiene recursos sustanciales para resistir choques financieros graves, su estabilidad en general es importante. Cuando China sufre un desmayo, los efectos se sienten a nivel mundial, en las empresas, industrias y economías que dependen de este país como motor de crecimiento.

En muchos casos, China va por un camino que Occidente es reacio a recorrer, ya sea por motivos financieros o políticos (o ambos). Luego de haber sido golpeada por las sanciones debido a la crisis con Ucrania, Rusia, que está al borde de una recesión, estrechó sus lazos con China. La lista de acreedores en África y Medio Oriente incluye a varios de los regímenes y economías inestables que podrían tener problemas para pagar los créditos chinos, como Yemen, Siria, Sierra Leona y Zimbabwe.

Consciente de su poderío, China está forzando a los otros países a jugar según sus reglas financieras, lo cual puede resultar oneroso. Muchos países en desarrollo pagan tasas de interés exorbitantes a cambio de créditos, y ceden los derechos sobre sus recursos naturales por años. China es dueña del 90% de las exportaciones petroleras de Ecuador, que se usan básicamente para pagar deuda.

Las normas internacionales limitan la manera en que Estados Unidos y otros países industrializados pueden vincular sus créditos a tales acuerdos, pero China no está obligada a seguir estas normas pues todavía se lo considera un país en desarrollo.Éste es uno de los motivos por los que el esfuerzo de China para construir un fondo internacional de desarrollo, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, se ha enfrentado con la oposición de Estados Unidos. A Washington le preocupa que China cree sus propias reglas, con menores expectativas de transparencia y manejo ambiental.
  
Aunque China ha buscado apaciguar esos temores, su cartera de proyectos en todo el mundo impone condiciones durísimas. Desde 2005, el país ha entregado cerca de 417.000 millones de dólares en contratos de construcción, muchos amarrados a contratos de crédito más amplios.

China también tiene un récord cuestionable en lo que se refiere a seguridad laboral, normas ambientales y gerencia de empresas. Aunque las inversiones chinas han creado empleos en muchos países, los expertos en desarrollo están preocupados pues Pekín está exportando sus peores prácticas.

La influencia de China, en todo caso, es inigualable. Es el comprador más grande de petróleo a nivel mundial, lo que hace que tenga una influencia sustancial en la petropolítica. Es el socio comercial predilecto de cada vez más países, y lleva la delantera ante las naciones occidentales. La inversión extranjera directa de China (el dinero que gasta cada año en el exterior en terrenos, fábricas y otras operaciones comerciales) es la segunda del mundo, después de Estados Unidos. El año pasado superó a Japón.

Las empresas chinas ocupan un lugar crucial en el auge de construcción a nivel global, principalmente financiado por bancos chinos. Están construyendo plantas eléctricas en Serbia, fábricas de vidrio y cemento en Etiopía, viviendas populares en Venezuela y gasoductos en Uzbekistán.

Esta sorprendente evolución sucedió en poco tiempo.

Si bien China progresó económicamente durante el régimen de Mao, sus políticas dejaron al país cada vez más aislado y turbulento. Después de que los comunistas llegaron al poder en 1949, cientos de miles de personas fueron ejecutadas, acusadas de oponerse a la revolución o de poseer demasiados terrenos. Y a finales de la década de 1950, decenas de millones murieron a causa de la hambruna. La Revolución Cultural, que inició en 1966, trajo consigo una década de violencia y estancamiento económico.

Cuando China empezó a abrir su economía en la década de 1970, era una de las naciones más pobres. El gobierno tuvo que luchar para atraer a empresas e inversionistas.

Una de las primeras multinacionales que entraron fue American Motors Corporation, que construyó una fábrica en Pekín. Al principio, el proyecto buscaba producir jeeps para exportarlos a Australia, en lugar de construir autos para consumidores chinos que, en su mayoría, todavía montaban bicicletas.

Para Gerald Meyers, director general de la empresa automotriz en aquella época, el mercado chino no parecía importante. Ni siquiera se molestó en visitar el país. "No le dedicamos muchas conversaciones en nuestra sala de reuniones", dijo, y agregó: "En realidad, estábamos intentando sobrevivir en nuestro mercado nacional."

Hoy en día, China produce dos millones de autos al mes, mucho más que cualquier otro país. Esto refleja la transformación más amplia de su economía, de una sociedad agraria aislada hasta convertirse en un fabricante mundial.

El cambio ha generado mucha riqueza. No obstante, también ha traído nuevas demandas, como el hambre insaciable de energía para sustentar la economía. Esto ha obligado a China a mirar más allá de sus fronteras para invertir esas riquezas y satisfacer sus necesidades.

China está jugando tanto a la ofensiva como a la defensiva. Por su creciente dependencia del petróleo extranjero, los dirigentes chinos ha seguido el ejemplo de Estados Unidos y otras economías grandes en la búsqueda de poseer más campos petrolíferos en el extranjero (o, al menos, poseer el crudo que producen) para garantizar un suministro estable.

En años recientes, las compañías petroleras paraestatales de China han adquirido grandes participaciones en operaciones petroleras en Camerún, Canadá, Kazakhstán, Kirguistán, Irak, Nigeria, Santo Tomé y Príncipe, Sudán, Uganda, Estados Unidos y Venezuela.

"Al utilizar recursos y mercados extranjeros, debemos considerarlo desde la perspectiva de estrategia nacional", dijo el primer ministro Li en 2009, cuando era viceprimer ministro. "Si los recursos provienen principalmente de un país o de un lugar con frecuente inestabilidad, la seguridad económica nacional se verá eclipsada cuando ocurra una emergencia.".

miércoles, 15 de julio de 2015

Los 3 principales cambios que afectarán a Oriente Medio tras el histórico acuerdo iraní

(RT.com) - Las potencias mundiales e Irán han llegado a un acuerdo para frenar el programa nuclear de Irán al menos durante 10 años a cambio de miles de millones de dólares que habrán de aliviar las sanciones internacionales. La concreción de este acuerdo histórico largamente esperado es, en realidad, solo el comienzo de los cambios que aguardan a la región, opina el conocido politólogo estadounidense Ian Bremmer.
Iran
IranReuters / Raheb Homavandi

Ian Bremmer subraya en su perfil de Facebook que este nuevo y "significativo" paso pone de relieve "la nueva posición de Irán en un orden geopolítico que está en ruinas". En este contexto, Bremmer enumera los tres cambios de mayor calado que tendrán lugar tras el anuncio del acuerdo.

1. "Se calentará la competencia entre el Irán chií y la Arabia Saudita suní, mientras el equilibrio de poder se inclinará hacia Irán", señala el politólogo. Irán va a competir con Arabia Saudita en términos de petróleo y, con el tiempo, esa rivalidad no hará sino aumentar, sobre todo para reducir la presencia de EE.UU. y de la UE en la región.

2. La economía de Irán abrirá oficialmente sus puertas al mundo. "Irán no es sólo un Estado petrolero en Oriente Medio, sino que ofrece a los inversores una economía diversificada, con un mercado de capitales establecido", escribe Bremmer. "Su población es de 80 millones de personas, la segunda mayor en Oriente Medio, y promete una demanda de consumidores a través de sectores tan variados como los viajes y la logística de los productos farmacéuticos y los productos de consumo".

3. "Irán liderará la lucha contra el Estado Islámico (EI)" en un momento en que "Obama no es capaz de enviar militares estadounidenses sobre el terreno". Bremmer señala que, "a pesar de las sanciones económicas y de que el embargo mundial de armas han limitado el sofisticado potencial militar de Irán, la expansión de la influencia iraní y su capacidad económica allanarán el camino para un mayor liderazgo en Defensa en Oriente Medio".

Sobre el telón de fondo de estos cambios, otro factor que hay que tener en cuenta es el futuro de las relaciones entre Washington y Teherán, indica el politólogo. En este sentido, Bremmer ya sugirió que Irán es un área "infravalorada" del mundo y que en los próximos 10 años "las relaciones entre Estados Unidos e Irán, probablemente, estarían más cerca que las de EE.UU. con la mayoría de los Estados del Golfo".

"Estados Unidos e Irán no están a punto de empezar a confiar mutuamente y, ni mucho menos, a volverse grandes amigos. Sin embargo, en el mundo creado por el acuerdo, Irán comienza a importar mucho más que Arabia Saudita y otros aliados antiguos de Estados Unidos", sostiene.

martes, 9 de junio de 2015

China, en expansión: el poder militar de Pekín alcanza el Cuerno de África

Por Mateo Herrera  | China Files
Negocia la instalación de una base naval en Djibouti, ubicado en un punto estratégico
 
PEKÍN.- Si no fuera por su ubicación geográfica, Djibouti probablemente estaría arruinado. A pesar de ser uno de los países menos desarrollados del Cuerno de África, con un índice de desempleo que supera el 60%, Francia, Estados Unidos y Japón, entre otras potencias, pagan enormes sumas al gobierno por permitirles mantener bases militares permanentes en su territorio. Ahora, los chinos también quieren una porción de la torta y negocian una base en la ciudad de Obeck.

"Djibouti está en un punto estratégico entre el Mar Rojo y el Golfo de Adén, una zona en donde China ha participado en misiones antipiratería por varios años", explicó Lyle Morris, asociado de proyectos de la Corporación RAND y autor de varias publicaciones sobre las relaciones entre China y África.

El pequeño Estado musulmán, de unos 23.000 km2 y 820.000 habitantes, estuvo bajo control francés hasta 1977, y hoy muchas de las bases militares del país están controladas por su antiguo colonizador. En 2001, Estados Unidos construyó el Campo Lemonnier, una de las principales bases en su "guerra contra el terrorismo". Y en 2011, Japón instaló su primera base en ultramar con el pretexto de combatir la piratería en el Golfo de Adén.

"Estamos actualmente en negociaciones", dijo Ismael Omar Guelleh, presidente de Djibouti, durante una entrevista con AFP. "Los chinos quieren proteger sus intereses, y son bienvenidos."

El gigante asiático ya pisa fuerte en el territorio africano. El comercio bilateral supera los 200.000 millones de dólares y Pekín invirtió sumas importantes en obras de infraestructura y servicios de telecomunicaciones en Kenya, Zimbabwe y Nigeria.

"Creo que el interés de China en Djibouti está ligado a una estrategia que busca una mayor presencia militar y económica en África", señaló Victor Cha, director de Estudios Asiáticos de la Universidad de Georgetown. "Djibouti está hecho a la medida para China, debido a que tiene un régimen autoritario que se puede comprar fácilmente con dinero."

"El gobierno chino ya está financiando algunas de las obras mas grandes de Djibouti, con una inversión cercana a los 9000 millones de dólares", señaló Morris. "China Merchant Holdings compró una participación importante en el puerto de Djibouti y Pekín le adjudicó a la China State Construction Engineering Corporation un contrato de 420 millones de dólares para mejorar la infraestructura del puerto", agregó.

Cualquiera que sea el motivo de China, el interés por la construcción de una base militar es mutuo. Algunos académicos de Djibouti le revelaron al diario chino Global Times que Francia paga anualmente cerca de 40 millones de dólares por el derecho a las bases, que los ingresos recibidos por parte de Estados Unidos son de unos 30 millones y que Japón no paga menos.

"China y Djibouti gozan de una amistad tradicional", dijo en marzo Hua Chunying, vocera del Ministerio de Exterior chino, refiriéndose a la noticia de las conversaciones entre ambos países. "Lo que debemos resaltar es que la paz y estabilidad de la región están dentro de los intereses de todos los países", agregó.

Lo que no mencionó Hua fue el interés del gigante asiático por asegurar recursos energéticos de la región. La Corporación Nacional de Petróleo de China se abastece casi en totalidad del crudo extraído de los campos petroleros de Sudán y Sudán del Sur, y el estrecho de Bab el-Mandeb, donde el Mar Rojo se encuentra con el océano Índico, es una de las cinco rutas petroleras más concurridas del planeta.

MERCADOS

"Pekín quiere asegurar el acceso al petróleo y otros recursos naturales, crear mercados en ultramar para sus productos y establecer plantas de manufactura en países donde la mano de obra es mas barata", explicó Larry Hanauer, analista senior de política internacional de la Corporación RAND.

Los acuerdos de cooperación entre el país asiático y Djibouti incomodaron al gobierno del presidente Barack Obama. En 2011, hubo fuertes molestias en Washington cuando los dos países firmaron un acuerdo militar que le permitía a la armada china usar el puerto de Djibouti. Sin embargo, las protestas de Washington no fueron atendidas por el gobierno de Guelleh.

"A cambio de permitirle a Pekín un acceso militar al puerto, China también le venderá armamento a Djibouti", señaló Morris. "No creo que esto afecte las relaciones chino-norteamericanas de manera significativa. Los chinos y los estadounidenses van a operar de forma independiente", añadió.

A finales de abril pasado, China envió un submarino nuclear al Golfo de Adén para hacer labores de escolta a embarcaciones petroleras y de suministros. Al tiempo que los intereses de Pekín son cada vez mayores por fuera de su área de confort del Pacífico y que su confianza en sus fuerzas armadas es más alta, la expansión de su presencia militar será un elemento ineludible en el panorama geopolítico..

jueves, 4 de junio de 2015

Curioso plan chino para controlar la ruta del petróleo (II)

(Urgente24) - USA ha aumentado su presión sobre China en el contencioso territorial en aguas del mar del Sur de China. En el mayor foro anual sobre seguridad en Asia, el Diálogo Shangri-La en Singapur, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, ha exigido el fin “inmediato y duradero” de la construcción china de islas artificiales en zonas en disputa. “Estados Unidos está profundamente preocupado por el ritmo y la amplitud de las obras de construcción en el mar del Sur de China, la perspectiva de una mayor militarización", que en su opinión pueden aumentar "el riesgo de un error de cálculo o de conflicto entre los países” implicados, ha subrayado Carter.
El comandante de la Flota del Pacífico de USA, Harry Harrys, ha advertido que China ha creado más de 4 Km2 de terreno artificial de arena. Según el alto militar estadounidense, nadie conoce los motivos que llevan a China ha crear este "gran muro de arena" en el Mar de China Meridional. "China está construyendo terrenos artificiales trasladando arena sobre arrecifes de coral vivo, algunos de los cuales están sumergidos, y luego pavimentándolos con cemento", declaró el militar.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, dijo que la construcción de islas chinas en el mar de China Meridional estaba afectando la seguridad en el Asia Pacífico, lo que generó una respuesta airada de Beijing.

China, Brunei, Malasia, Filipinas, Vietnam y Taiwán tienen reclamos territoriales superpuestos en la que es una importante ruta marítima internacional. Se cree además que la zona del mar de China Meridional tiene significativas reservas de energía y activos pesqueros.

Carter, durante un foro anual sobre seguridad en Singapur, reconoció que varios países habían creado puestos de avanzada en las islas de la región, pero dijo que las islas artificiales de China creaban incertidumbre sobre sus planes.

China “ha construido más de 800 hectáreas, más que todo el resto de países reclamantes juntos, y más que en toda la historia de la región. Y lo ha hecho en solo 18 meses. No está claro hasta dónde va a llegar”, declaró el jefe del Pentágono ante un foro que agrupa a ministros de Defensa y altos mandos militares de Asia y Europa. Aunque USA no cuenta con reclamos territoriales en la zona, sí mantiene abundantes intereses geoestratégicos y cada vez interviene con más fuerza en la disputa.

Washington DC acusó a China de haber instalado en uno de los islotes recién construidos, mecanismos móviles de artillería, e insistió en que también se opone a “cualquier mayor militarización de los territorios en disputa”. Por ese motivo, USA continuará el sobrevuelo y la navegación de lo que considera espacio aéreo y aguas internacionales.

De inmediato le salió al cruce al estadounidense un alto mando militar chino, el coronel Zhao Xiaozhuo, quien replicó que “la libertad de navegación en el mar del Sur de China no es ningún problema, porque esa libertad nunca se ha visto impedida. Es incorrecto acusar a China de poner en peligro la paz y la estabilidad con sus actividades de construcción”.

"China ha reivindicado más de 2.000 acres (809 hectáreas), más que todo (el territorio) lo que se atribuyen los otros demandantes juntos (...) y China lo hizo en apenas 18 meses", dijo Carter. "No se sabe hasta dónde va a llegar China".

El  comandante de la Flota del Pacífico de USA, Harry Harrys, ha advertido que China ha creado más de 4 Km2 de terreno artificial de arena.

Según el alto militar estadounidense, nadie conoce los motivos que llevan a China ha crear este "gran muro de arena" en el Mar de China Meridional. "China está construyendo terrenos artificiales trasladando arena sobre arrecifes de coral vivo, algunos de los cuales están sumergidos, y luego pavimentándolos con cemento", declaró el militar.

6 arrecifes de coral ya se han convertido en bases con puertos. Uno tendrá una pista de aterrizaje de 2.900 metros de largo, según informa la BBC.

Mientras tanto, en Beijing las reacciones oficiales no se hicieron esperar. En declaracionesrecogidas por la agencia oficial Xinhua, el viceministro de Exteriores, Liu Zhemin, aseguró que la soberanía de su país sobre las islas en disputa está más que demostrada, por lo que “las obras en las islas y los arrecifes implicados no tienen necesidad de fortalecerla”.

En un comunicado del Ministerio de Exteriores, la portavoz de este departamento Hua Chunying acusó pa Carter de “hacer caso omiso de la historia, la jurisprudencia y los derechos de China” para presentar unas “declaraciones irresponsables”.

China ejecuta obras en las islas Spratly desde hace un año y medio, pero ha acelerado el ritmo de sus actividades desde comienzos de 2015. Las imágenes previas a enero tomadas por satélite y divulgadas por USA muestran sólo casetas levantadas sobre 7 arrecifes. Hoy se ven islas completas. Tanto Vietnam como Filipinas, 2 de los países con reclamos de soberanía, también han llevado a cabo actividades de construcción, aunque a una escala mucho menor que la china.

La amplitud de las obras en varios arrecifes y atolones de las islas Spratly provoca conjeturas sobre la posibilidad de que China pretenda declarar una Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés), en la que obligaría a identificarse a todos los aviones que pasen por ella. Beijing ya declaró de manera unilateral una ADIZ sobre un área del mar del Este de China que incluye el archipiélago que se disputa con Japón, las islas Diaoyu (en mandarín) o Senkaku (en japonés).

La zona, que se disputan también Taiwán, Malasia y Brunéi, es una de las principales vías para el tráfico marítimo mundial, y una ruta vital para el transporte de petróleo desde Oriente Medio hacia Asia. Cada año surcan las aguas del mar del Sur de China cerca de 50.000 buques. Más de 15 millones de barriles de crudo pasan por allí diariamente. Y el 80% de las importaciones chinas y japonesas de productos atraviesa esa zona. Aunque el interés por la zona no se debe exclusivamente a su papel en el tráfico marino. Se sospecha que sus aguas puedan contener ricos recursos minerales.

Las disputas en el mar del Sur de China podrían “escalar y acabarse convirtiendo en uno de los conflictos más mortíferos de nuestra época, si no de la Historia”, ha advertido en el foro el ministro malasio de Defensa, Hishammuddin Hussein.

El jefe de la delegación china en el foro, el almirante Sun Jianguo, respondió: “China siempre ha tenido presentes los intereses de la seguridad marítima”, y “no queremos ver caos, mucho menos crear problemas en esta región. Esperamos que los países implicados colaboren en la misma dirección para que el mar del Sur de China sea un mar de paz, amistad y cooperación”.

Su discurso fue más mesurado que el de otros representantes chinos en ediciones previas de este foro de seguridad.

Y contrastó con la entrevista del diario “China Daily” al director general de Asuntos Marítimos del Ministerio de Exteriores, Ouyang Yujing, quien dijo que China “tiene el derecho” de declarar una ADIZ, y si lo hará o no “dependerá de factores como la amenaza contra la seguridad aérea de China y la seriedad de esa amenaza”. No obstante, luego matizó que, de momento, la situación es estable.

La semana previa, un avión espía estadounidense que llevaba periodistas a bordo había sobrevolado las islas en construcción, lo que motivó una queja formal de Beijing pero dejó en evidencia que son verdaderas las acusaciones contra China al respecto.

El país que controle las islas tendrá la mayor concesión de los 2,25 millones de km2 en el Mar de China Meridional y de toda la pesca y petróleo debajo de éste. Son 6 países limítrofes del mar quienes reivindican soberanía sobre esas 250 rocas, arrecifes e islas (Spratly), con un área total de 9 Km2. China está convencida de que es el propietario legal de casi todo el mar.

Vietnam, Indonesia, Malasia, Brunei, Filipinas y Taiwán no están de acuerdo y buscan el apoyo de USA, Japón e India para sus reclamos. Bajo las actuales leyes internacionales, establecidas en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, un país sólo puede ser dueño de un pedazo de mar si es dueño de la tierra próxima a éste. China puede querer saltarse ese hecho construyendo islas y USA no va a permitirlo.  Japón necesita, por ejemplo, que un barco petrolero o de gas atraviese el Mar de China Meridional cada 6 horas para mantener a su economía en funcionamiento. Y China también sabe eso. 

lunes, 16 de febrero de 2015

La tercera estrategia de compensación estadounidense

(Mosaico) - Enviado por Guillem Colom

El pasado septiembre, el Secretario de Defensa estadounidense Chuck Hagel sentó las bases de la Tercera Estrategia de Compensación. Enfocada a explotar las capacidades tecnológicas del país, esta iniciativa pretende incrementar la brecha militar entre Estados Unidos y sus competidores y garantizar la proyección del poder en cualquier punto del globo con independencia de las estrategias anti-acceso y de negación de área (A2/AD) enemigas.

Esta estrategia será la gran herencia de Chuck Hagel tras su fugaz paso por el Pentágono porque su conquista no sólo articulará el planeamiento militar norteamericano durante los próximos años; sino que podría motivar el logro de una nueva Revolución en los Asuntos Militares (RMA). Para ello, esta estrategia pretende:
- Combinar las capacidades en servicio con el desarrollo de nuevas capacidades que permitan al país combatir en toda la gama de las operaciones en múltiples teatros de operaciones de forma concurrente.
- Reducir la dependencia de las bases navales, aéreas y terrestres avanzadas.
- Protegerse de la pérdida o degradación de los satélites.
- Explotar la capacidad de ataque estratégico de precisión para amenazar cualquier objetivo enemigo dentro o fuera del teatro de operaciones.
- Explotación las áreas tecnológico-militares en las que Washington posee un claro liderazgo y donde sus adversarios todavía carecen del know-how necesario.
- Valerse de las alianzas para conseguir un mejor posicionamiento estratégico y compartir los costes y responsabilidades de la defensa regional.

Teniendo en cuenta lo expuesto en este mismo foro, tal y como sugiere la Revisión Cuatrienal de la Defensa de 2014 y plantea abiertamente el Panel de Defensa Nacional, las fuerzas armadas del país tal y como están organizadas no pueden combatir en dos guerras que estallaran simultáneamente, por lo que serían incapaces de satisfacer los objetivos de defensa nacional. Si a ello se le añade que la estructura de fuerzas para 2019 será más pequeña que el actual pero con un catálogo de capacidades similar, que los medios A2/AD de los adversarios habrán madurado y que los ejércitos del país deberán participar en una amplia gama de contingencias, es evidente que Washington necesita un nuevo enfoque para proyectar el poder y satisfacer con un ejército más pequeño un mayor número de cometidos.

Igualmente, porque la ventaja estratégica que proporcionó la RMA de la información está llegando a su fin puesto que los adversarios de Estados Unidos no sólo se están dotando de las capacidades tecnológico-militares vinculadas con esta revolución (sistemas C4ISTAR para digitalizar el campo de batalla, armas inteligentes para batir con precisión los objetivos enemigos y plataformas furtivas o no-tripuladas para entrar en áreas de riesgo); sino que también están desarrollando medidas específicas –las estrategias A2/AD– para impedir que Estados Unidos proyecte su poder. Más específicamente, las fuerzas armadas norteamericanas se enfrentan a cuatro problemas operativos:
- La creciente vulnerabilidad de la instalaciones (puertos, aeropuertos o bases) situadas en las regiones avanzadas compromete el actual modelo de presencia y proyección del poder.
- Los adversarios se están dotando de medios C4ISTAR para detectar, identificar y seguir los movimientos de los buques de superficie desde grandes distancias y están adquiriendo misiles anti-buque para destruirlos antes de alcanzar la costa.
- Los aviones no-furtivos –que representan el grueso de la flota americana– son cada vez más vulnerables a los sistemas antiaéreos enemigos.
- Los sistemas espaciales –y con ello las capacidades que éstos proporcionan, desde geolocalización y navegación a inteligencia o comunicaciones– son cada vez más vulnerables a ataques físicos o cibernéticos.

En otras palabras, la difusión de las tecnologías de la información junto con el desarrollo de capacidades A2/AD comprometen el tradicional modelo de presencia y proyección militar estadounidense que hemos visto en la mayoría de las campañas bélicas en las que este país ha participado.

Si Estados Unidos no puede garantizar el logro de sus objetivos de defensa nacional ni tampoco proyectar su poder a cualquier punto del planeta, es probable que sus aliados –en especial aquellos situados en Asia-Pacífico u Oriente Medio– cuestionen su capacidad para defenderlos. Ello podría desestabilizar estas regiones al provocar nuevas carreras armamentísticas, facilitar la proliferación nuclear e incluso transformar el sistema de alianzas.

Todos estos elementos han mediado para que el Pentágono lance esta tercera estrategia de compensación. Fundamentada en las capacidades tecnológicas del país, encaminada a garantizar la capacidad de acceso a cualquier punto del globo con independencia de las medidas A2/AD enemigas y orientada tanto a incrementar el vínculo con sus aliados y socios como forzar a los potenciales competidores a iniciar una nueva carrera de armamentos que sus complejos militares-industriales posiblemente no podrán seguir, la consecución de esta tercera compensación no sólo motivará el desarrollo de nuevos conceptos operativos, nuevas capacidades militares y nuevos estilos de planear y conducir las operaciones; sino también revitalizar los debates acerca de una nueva RMA. No obstante, todavía quedan demasiadas preguntas por responder, como la no-inclusión en esta estrategia de las armas hipersónicas que permitirían apoyar la capacidad de ataque estratégico del país, las enormes similitudes que ésta tiene con los planes transformadores del denostado Donald Rumsfeld y las propuestas del fenecido Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, los complejos equilibrios entre las viejas y las nuevas capacidades, la integración de las lecciones aprendidas de una década de guerra contra el terror y operaciones de baja y media intensidad contra adversarios irregulares e híbridos, o la creencia que la calidad siempre sustituye a la cantidad.

La posible composición, las tecnologías vinculadas y los cambios planteados en la arquitectura de defensa estadounidense serán analizadas en un próximo post.

Guillem Colom Piella es Profesor de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide y Codirector de Thiber.org 

viernes, 7 de noviembre de 2014

El plan maestro de China: ¿Bases militares o ascenso pacífico?

Los crecientes intereses económicos globales de China podrían conducir a una ampliación de su presencia militar en el extranjero y de sus capacidades bélicas. Al menos, eso temen sus principales competidores.
© AFP Stephane de Sakutin

La cuestión ha sido planteada por distintos responsables políticos, académicos y estrategas, ya que el crecimiento económico de China depende de su capacidad de acceso a la energía a través de las rutas marítimas y los mercados de ultramar.

El argumento más común es que, a medida que China continúa invirtiendo en los mercados en desarrollo y los exportadores de recursos, como Sudán del Sur, y se vuelve más dependiente del petróleo extranjero y de la energía, sobre todo de los productores de Oriente Medio, buscará gradualmente proteger esos intereses con fuerza militar, explica 'The Interpreter'.

Esta estrategia seguiría el patrón de otras grandes potencias a lo largo de la historia que han tendido a extender su presencia bélica en aquellos lugares donde se encuentran sus intereses económicos. La teoría que se cita a menudo es la de la 'cadena de perlas', planteada en un informe de Booz Allen Hamilton en 2004, y que sigue esta lógica cuando predice que China, en pos de asegurar el flujo de energía a través del Océano Índico, hará uso de sus "relaciones comerciales y de seguridad para establecer una serie de instalaciones militares en el sur de Asia".

China podría actuar de manera diferente

Según recoge el investigador del International Security Program Brendan Thomas-Noone, un informe reciente del Instituto de Estudios Estratégicos Nacionales sostiene que, basándose en la comprensión de los principios de la política exterior de China a largo plazo, no hay argumentos para pensar que el gigante asiático vaya a seguir la estrategia de la 'cadena de perlas'.
 
Por el contrario, según Thomas-Noone, es mucho más probable que Pekín vaya a poner en práctica una estrategia de "instalaciones de doble uso logístico", en la que sus bases en el extranjero ofrezcan "servicios médicos, espacio de almacenamiento refrigerado para frutas y hortalizas frescas, sitios de descanso y recreación, una estación de comunicaciones e instalaciones de reparación de buques". Esto implicaría una presencia militar y de seguridad mucho menor y de menor despliegue que la 'cadena de perlas' u otra de las tantas predicciones sobre el futuro de las bases de la Armada china en el extranjero.
 
El informe señala que "dada la propia imagen de China como un campeón del mundo en desarrollo y una alternativa real a otras potencias mundiales, es muy poco probable que persiga un modelo que implique tener grandes bases militares en el extranjero o extensas redes de instalaciones en territorio soberano de otros estados".
 
Además, Thomas-Noone deja claro que más allá del argumento de que es poco probable que China viole los principios de su política exterior y de defensa, "hay una razón aún más fuerte por la que China no establecerá este tipo de bases en el extranjero: representan una amenaza para la imagen de China como potencia pacífica en ascenso y podrían poner en peligro su crecimiento en el futuro si la comunidad internacional interpreta tales bases como pruebas de sus malignas intenciones a largo plazo", asegura el informe.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/146154-plan-china-bases-militares-pacifico

¿Qué es la nueva guerra híbrida entre Rusia y Occidente?

(BBC Mundo) - Actividades en las sombras y mensajes antioccidentales en los medios prorrusos que buscan provocar son algunas de las nuevas tácticas
 
Buques suecos buscaban un submarino ruso en el mar frente a Estocolmo.. Foto: Reuters

Un submarino ruso supuestamente merodeando en aguas suecas; aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) interceptando bombarderos rusos; espías rusos desplegándose en toda Europa, según la inteligencia checa; un funcionario estonio presuntamente raptado y enviado a Moscú para ser acusado de espionaje.

Son todas actividades en las sombras o bajo el radar, acompañadas de una andanada de mensajes antioccidentales en los medios prorrusos: lo que se ha dado en llamar "guerra híbrida", donde la propaganda y la provocación están en primer plano.

De hecho, el sondeo ruso de las fronteras de la OTAN y las defensas en la región del Báltico no es nada nuevo. Pero las presuntas incursiones de aviones militares rusos se triplicaron durante el último año y los funcionarios de la OTAN afirman que las maniobras ocurren cada vez más profundamente en territorio de la alianza occidental y son más provocadoras.

"Lo que hemos visto es una creciente presencia militar de Rusia en el aire, en el mar y ahora bajo el mar", señala Tomas Ries, profesor titular en la Escuela de Defensa Nacional de Suecia. "Se podría decir que esta nueva especie de guerra híbrida está definida por el hecho de que no hay una distinción real entre la guerra y la paz". "Es una señal del Kremlin a Occidente de que básicamente el pasado quedó atrás. Rusia está regresando al escenario y afirmando: 'Somos fuertes y ya es hora de que se den cuenta que deben respetarnos'".

Pero la guerra híbrida es casi siempre negable.

"PROPAGANDA OCCIDENTAL"

¿Recuerda aquellos "hombres de verde" que aparecieron por primera vez en Crimea para ayudar a facilitar la anexión a Rusia? ¿O los soldados rusos y armas pesadas que aparecieron en el este de Ucrania en apoyo de los rebeldes prorrusos? Ahora, como entonces, el Kremlin se ha apurado por negar su participación.

En efecto, mientras Occidente reporta un patrón de aumento de la actividad militar y de inteligencia rusa en las fronteras orientales de la OTAN, Moscú sostiene lo contrario:
- No hay pruebas de la presencia de un submarino ruso en aguas suecas.
- El funcionario estonio acusado de espionaje estaba del lado ruso de la frontera.
- La actividad militar fronteriza rusa en el Báltico es rutinaria y siempre en espacio aéreo o aguas internacionales.
- Y lo que es más, indica el Kremlin, si hay una guerra híbrida, es una campaña de propaganda inspirada y orquestada por gobiernos occidentales y encabezada por Estados Unidos, para mostrar a Rusia como el enemigo.

"No digo que Rusia esté libre de culpa", comenta Dmitry Linnik, jefe de la oficina de la emisora radial La Voz de Rusia en Londres. "Pero mostrar todo esto como lo han hecho los medios y políticos occidentales no sólo es irresponsable, sino que se encamina a aislar y castigar a Rusia para abrir una brecha entre ese país y Europa".

Ahora, funcionarios rusos culpan rutinariamente a EE.UU. de casi todo. Nikolai Patrushev, exdirector del espionaje ruso y -según se cree- amigo íntimo del presidente Vladimir Putin, acusó recientemente a EE.UU. de enredar a la Unión Soviética en una atroz guerra en Afganistán y luego deliberadamente debilitarla económicamente para provocar su colapso en 1991.

Según Putin, EE.UU. sigue intentando socavar a Rusia. En su discurso anual ante el llamado Club Valdai, Putin sostuvo que Rusia está tomando el lugar de la URSS como "centro del mal" en la propaganda estadounidense, para "dibujar líneas divisorias y formar coaliciones dirigidas contra un enemigo, como durante los años de la Guerra Fría".

Pero esta posición deja un enigma. Vladimir Putin tiene una reputación de duro y la usa a su favor.

DESCONFIANZA

Por una parte, Putin se queja de ser tratado con suspicacia. Por otro, parece desear proyectar a Rusia como una potencia renaciente, preparada para contraatacar si sus intereses son ignorados.
Entonces ¿cómo pretende recuperar sus amigos en Europa, si los gobiernos ven a Rusia como una amenaza?
Clifford Gaddy, del Brookings Institution en Washington y coautor de un reciente perfil de Putin, indica que el punto es que quiere que la gente le tenga miedo. "Es un principio fundamental de la política exterior rusa y en particular de la de seguridad, que realmente no se puede confiar en nadie", señala.
"Debe tener alguna clase de intimidación o chantaje que asegure que se comporten como desea".

En el nuevo espacio gris de la guerra híbrida, indica la teoría, ya no hay buenos y malos. "Se le llama una ideología líquida o posmodernista", dice Ilya Zaslavsky, investigador del Instituto Real de Asuntos Internacionales en Londres.
"La idea es ahora nadie tiene ideología, así que se puede argumentar que todos somos cínicos y corruptos como todo el mundo". "Ellos quieren presentar a Rusia como un matón", indica. "Se acomoda convenientemente a su propia realidad virtual de nueva guerra fría, donde Rusia es un castillo sitiado por enemigos y debe contraatacar".

Es un conflicto confuso y complejo. La pregunta es ¿a dónde se dirige?

RUPTURA TOTAL
Gaddy no cree que Putin quiera una ruptura total con Occidente, pero también duda de que las sanciones occidentales logren que Rusia modifique su conducta. De hecho, le preocupa que si las sanciones continúan aislando a Rusia, la próxima escalada en esta guerra de sombras sea muy peligrosa.
Es un principio fundamental de la política exterior rusa y en particular de la de seguridad, que realmente no se puede confiar en nadie . Clifford Gaddy, Brookings Institution "Estamos en un mundo tan altamente integrado, especialmente en lo electrónico, que si sacamos a Rusia de esa integración, haremos más probable que emplee armas cibernéticas de una manera muy peligrosa -como contra nuestros sistemas financieros- porque le estamos reduciendo el costo de hacerlo", afirma.

Es algo que Linnik descarta como más alarmismo: "Creo que Moscú es mucho más pragmática de lo que pensamos". "No creo que Moscú esté siquiera considerando ese camino y espero que Occidente también se dé cuenta", opina.

Pero el problema es que, en el turbio mundo de la guerra híbrida donde todo es negable y nada es seguro, ¿quién sabe como se desarrollará esta crisis?.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Será construcción de gran isla artificial en el mar de China meridional la jugada maestra de China? (II)

China comenzó a construir islas artificiales en el mar de China meridional, por donde pasa más de la mitad del comercio marítimo mundial y conecta a las economías de rápido crecimiento de Asia-Pacífico.
© REUTERS Nicky Loh

China ha iniciado la construcción de islas artificiales en el mar de China meridional, mientras que sus vecinos se disputan ese territorio desde hace años, entre ellos Filipinas, Vietnam, Brunei y Malasia informa Bloomberg citando a las autoridades filipinas.

"Ellos están creando islas artificiales que nunca existieron desde la creación del mundo, como las de Dubái", dijo Eugenio Bito-onon, de 58 años, alcalde del municipio de Kalayaan situado en las islas Spratly en Filipinas. "La construcción es enorme y sin parar. Eso llevaría a un control total del mar de China meridional", concluye Bito-onon.

Lo que hoy los atlas llaman ‘mar de China meridional’ recibió su denominación en idioma Inglés y sus coordenadas en un documento de 1953 titulado 'Límites de Océanos y Mares', publicado por la Organización Hidrográfica Internacional con sede en Mónaco y cuyo actual director es el príncipe Alberto.

Anteriormente, se informó que se construiría una isla artificial con una pista de aterrizaje y un puerto en el arrecife Fiery Cross Reef, donde China ya mantiene algunas instalaciones. El arrecife forma parte de las islas Spratly, un territorio disputado por la República Popular de China, Taiwán, Filipinas, Vietnam y Malasia.

China busca expandir su mayor instalación en las islas Spratly con una isla artificial, en lo que podría ser visto como un paso para declarar una zona de identificación de defensa aérea.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/130834-china-islas-artificiales-mar-meridional

jueves, 16 de octubre de 2014

El gigante se provee acá: China profundiza su avance en la Argentina y viene por más insumos estratégicos (II)

(iProfesional.com) - Una noticia "vieja" pero interesante...


La compra de Nidera le aseguró el control de semillas clave para la evolución de los alimentos y su desembarco en el negocio de los transgénicos. Además, negocia quedarse con otra comercializadora de granos. Sus planes chinos para el petróleo, la energía eólica y hasta la exploración espacial

"China ha venido multiplicando su consumo de alimentos e insumos básicos por cuatro en los últimos diez años. Y no da abasto con lo que produce. Por eso la mirada en Argentina. Y por eso todo este vendaval de inversiones que estamos viendo". La frase pertenece a Jorge Castro, experto en política internacional. Y se enmarca en el último movimiento de envergadura realizado por el gigante asiático en estas tierras.

Tal como señalara iProfesional, la estatal china COFCO se quedó recientemente con el 51% de Nidera, una multinacional con base en la Argentina que ocupa el cuarto lugar en el podio mundial de la producción de granos.

La compañía factura alrededor de 17.000 millones de dólares anuales a nivel global, en base a un negocio que principalmente depende de la comercialización de semillas transgénicas de soja y nuevas variaciones de girasol. Con la compra de esa porción de capital, China dio un paso importante en su estrategia comercial al incorporar a su cartera de compañías una productora directa de insumos para la elaboración de aceites y harinas. Además, desembarcó en el negocio de la modificación genética de cultivos, para muchos la industria del futuro en materia de producción de alimentos.

En la actualidad, la nación oriental le compra al país un décimo de lo que importa de soja, producto vital para el engorde de su ganado.

A partir de ahora, China cuenta a nivel local con una desarrolladora de semillas que -además de disponer de una red de clientes agropecuarios que utilizan estos productos- ostenta en el país una estructura de instalaciones y científicos que le permitirán diseñar nuevos transgénicos.

Todo esto, sin necesidad de efectuar ensayo alguno en suelo chino. COFCO (Grains and Oils Group Corporation) había adquirido en los últimos años empresas de azúcar en Australia, comercializadoras de granos en Japón y viñedos en Francia y Chile.

En diálogo con iProfesional, Castro comentó que "Nidera es la segunda compra de importancia que realiza China en los últimos doce meses".

"En julio de 2013 adquirió Smithfield Foods, la mayor productora de carne de cerdo del mundo, con sede en Chicago. Lo hizo a través de Shuanghui International por u$s7.100 millones. Shuanghui faena 30 millones de cabezas de ganado porcino, 300 mil vacunos, y produce 600 mil toneladas de carne aviaria", detalló.

El experto sostuvo que "detrás de la compra de Smithfield y Nidera, subyace una decisión estratégica del gigante asiático de responder a una demanda en constante ascenso. El gobierno de ese país da como un hecho que sus importaciones de soja y de maíz se multiplicarán por 4 o por 6 en los próximos diez años".

"El gigante apuesta a aumentar la oferta agroalimentaria mundial y a multiplicar inversiones. Además de Estados Unidos y Europa, se apresta a hacerlo en los dos países a los que ha entregado la llave de su seguridad alimentaria: Brasil y Argentina, convertidos en la gran plataforma de producción de proteínas en el siglo XXI", agregó.

A poco más de una semana de la adquisición del 51% de Nidera, COFCO está muy cerca de quedarse con el brazo de agronegocios de otra grande: Noble Group. Según trascendió, el monto involucrado rondaría los u$s1.000 millones. El grupo Noble, con base en Hong Kong y listado en la bolsa de valores de Singapur, tiene tres áreas de negocios que incluyen la energía, los metales y el sector agrícola.

En lo que respecta a esta última actividad, la firma se dedica al procesamiento y comercialización de granos y derivados y tiene operaciones en Sudamérica, Europa y Asia. En la Argentina, tiene plantas de acopio, una de procesamiento y un puerto propio en Timbúes, zona de influencia del Gran Rosario, centro nacional de los negocios agrícolas. Por sus ventas de granos, harina y aceites, el año pasado Noble se posicionó como sexto exportador desde la Argentina, con una participación del 5,4% del total de ese comercio, justo arriba de Nidera, que con el 4,9% del total.

La mira, en ganado y petróleo
Pero no sólo la disponibilidad de semillas desarrolladas en el país despierta la atención de la potencia asiática. En este sentido, cabe destacar que a mediados de enero el ministro de Producción bonaerense, Cristian Breitenstein, y autoridades de la china Wuxi Fobia Technology cerraron un acuerdo para instalar una planta de desarrollo de chips para ganado.

Se tratará de las primeras instalaciones en Sudamérica orientadas a identificar por radiofrecuencia el seguimiento animal y la trazabilidad de los productos derivados que luego se exporten, precisamente, al país asiático.

En paralelo, la petrolera Petro AP confirmó que concretará una inversión de 500 millones de dólares durante los próximos cinco años en la zona de Malargüe, Mendoza. A Petro AP hay que sumarle la decisión de la firma EPI, interesada en motorizar la producción de gas en la misma provincia.

Según precisaron a iProfesional desde la gobernación cuyana, la compañía está ampliando su cartera a través de fusiones y adquisiciones estratégicas de hidrocarburos alrededor del mundo.
Por estos días, EPI ya tiene en instancias de perforación unos 10 pozos en el área Herrados Chañares.
En sintonía con estos movimientos, el Grupo Bridas -también integrado por capital chino- viene de anunciar otra inversión de hasta 500 millones de dólares para explotar gas no convencional en Vaca Muerta, Neuquén.

Además de Bridas, en esa zona ya se encuentra trabajando también la compañía china Sinopec, en sociedad con YPF. La firma comenzó a operar en áreas de la petrolera estatal en Loma La Lata, con tres equipos de perforación de fabricación china que la empresa tenía inactivos en Santa Cruz. Sinopec arribó al país en 2010 con la compra de los activos de Oxy Argentina. Actualmente, opera yacimientos en Santa Cruz, Chubut y Mendoza.

Interés por la energía eólica
A la par de los desembolsos pautados para petróleo y el gas, directivos de XENC NE Corporation confirmaron una inversión de 200 millones de dólares para la puesta en marcha del parque eólico más grande la provincia de Buenos Aires, que funcionará en el partido de Tres Arroyos.

El proyecto permitirá generar 100 megavatios de energía. La inversión prevista en dos etapas conlleva la instalación de dos centrales, Pampa I y La Cascada, equipadas con 50 molinos de viento en la localidad bonaerense de Reta y 25 molinos en Copetones (partido de Tres Arroyos). Se trata de una cifra única, ya que en el resto de los parques eólicos del país se alcanza a generar 30 megas. "Los chinos entienden que la producción de energía -dadas las complicaciones que tiene la Argentina en ese tema- puede originarles nuevos negocios y muy buenas ganancias", expresó a iProfesional, en estricto off the record, un funcionario que participa de las negociaciones.

Y agregó: "Además, la provincia de Buenos Aires puede servirles como un territorio de prueba para tecnologías que, en algún momento, tienen pensadas para China".

La mira en Córdoba
De cara a los próximos meses, y según pudo saber iProfesional, está previsto el arribo a la provincia de Córdoba de una misión de compañías chinas interesadas en invertir en hidrocarburos y biocombustibles, entre otros potenciales nichos de negocio. De acuerdo con fuentes cercanas a la gobernación, habría un marcado interés de los asiáticos por efectuar desembolsos en productos para la industria petrolera y metalúrgica. Además, evaluarán oportunidades de inversión en maní, queso y aceite.

Dentro de ese marco, el ministro de Industria de la provincia, Jorge Lawson, ya mantuvo reuniones con firmas interesadas en producir partes para las petroleras del gigante oriental. Por último, presentó desarrollos locales en bioetanol y las planta de BIO4. Asimismo, la Asociación de Cooperativas Argentinas y Promaíz anticiparon que empresarios están interesados en tejer alianzas con empresas de capitales chinos.

Finalmente, avanza a paso firme la construcción de la estación espacial que China está impulsando en Bajada del Agrio y Las Lajas, provincia de Neuquén. En ese sentido Jorge Sapag, gobernador de ese distrito, notificó que se están llevando a cabo reuniones con "los técnicos (chinos) que llevan adelante el emprendimiento del centro de seguimiento de vuelos satelitales al espacio remoto. Implica una inversión de 300 millones de pesos".

El funcionario explicó que "ellos necesitaban un lugar en Mendoza, en Río Negro o Neuquén para hacer el seguimiento de los satélites", y señaló que "ya han enviado una sonda no tripulada y que a futuro lo harán con satélites tripulados. Es un honor tener esta inversión en la provincia de Neuquén".
Desde que fuera anunciada en 2012, nunca faltaron las voces que sembraban dudas respecto del carácter "civil" de la estación mencionada. Así, medios locales denunciaron más de una vez que las instalaciones, una vez terminadas, operarán en realidad como "una base de rastreo de misiles nucleares y escaneado de comunicaciones".
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