miércoles, 28 de marzo de 2018

El Gobierno porteño presentó un proyecto para permitir la incineración de la basura

El frente de la planta de incineración de Alkmaar, en Holanda, uno de los modelos estudiados que se podrían implementar en Buenos Aires.
Por Nora Sánchez  (Clarin.com) - En cinco años ya no habrá lugar para enterrar los residuos y desde la Ciudad buscan opciones.



El frente de la planta de incineración de Alkmaar, en Holanda, uno de los modelos estudiados que se podrían implementar en Buenos Aires.

Era un secreto a voces, pero ahora llega la confirmación oficial: el Gobierno porteño quiere incinerar los residuos y acaba de presentar un proyecto en la Legislatura porteña para habilitar esa posibilidad, hoy prohibida por la ley Basura Cero. El sistema que se permitiría es el de combustión con recuperación energética o termovalorización. Además, extiende el plazo límite para dejar de tirar artículos reciclables o aprovechables, que hoy es el año 2020, hasta el 2028.

El proyecto consiste en la modificación de la ley Basura Cero. Uno de sus puntos principales es reformular el artículo 7° de esa norma, que prohíbe "la combustión, en cualquiera de sus formas, de residuos sólidos urbanos con o sin recuperación de energía". La iniciativa, firmada por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, lo reformula para que lo que quede prohibido sea la combustión de basura "sin recuperación de energía", tanto dentro de los límites de la Ciudad como en otras jurisdicciones.

Además, incluye entre los objetivos de la ley "promover el aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos, incluyendo la combustión con recuperación energética".

Por otra parte, la iniciativa incorpora como posibilidad para tratar los residuos su transformación en otros aprovechables, por medio de "la conversión por métodos químicos (hidrogenación, oxidación húmeda o hidrólisis), térmicos con recuperación energética o bioquímicos (compostaje, digestión anaerobia y degradación biológica)".

Al mismo tiempo, el proyecto cambia los plazos previstos por la ley Basura Cero para ir reduciendo la cantidad de basura que se envía al relleno de la Ceamse. Originalmente, para este año debía haberse reducido un 75% y para 2020, ya no debían enviarse materiales reaprovechables. El año de referencia era 2004 cuando, según el Ministerio de Ambiente, la cantidad de basura era baja porque seguían los efectos pos crisis de 2001. En aquel entonces, se enviaba un promedio de 4.000 toneladas por día a enterrar.

Con el cambio de la ley, se tomaría como referencia el año 2012, cuando ya se enviaban 5.838 toneladas diarias. Para 2021, habría que disminuir la cantidad de desechos que van al relleno a la mitad; para 2025 al 65%, y para 2030, al 80%. Antes, para 2028, estaría prohibida "la disposición final de materiales tanto reciclables como reaprovechables".
La planta de incineración con valorización energética de Isséanne está en París, a 40 cuadras de la torre Eiffel.
La planta de incineración con valorización energética de Isséanne está en París, a 40 cuadras de la torre Eiffel.

Hace un mes, funcionarios del Ceamse y del Gobierno porteño visitaron plantas de incineración de residuos con valorización energética en las ciudades europeas de París, Viena y Amsterdam. El objetivo fue estudiar esa tecnología como un medio para enviar menos basura a los rellenos.

Estas plantas cuentan con grandes hornos donde se quema la basura. Con la energía de la combustión se calienta agua para obtener vapor que, primero, pasa por una turbina que asociada a un alternador genera energía eléctrica. Luego el mismo vapor alimenta el sistema de calefacción urbana, hasta volver a la planta para que se repita el ciclo. Sólo se envían a los rellenos las cenizas y la escoria.

Las emisiones de estas plantas, que son controladas fuertemente por el Estado, son tratadas para que no contaminen. En la de Isséane, en las afueras de París, el humo pasa por un filtro electrostático que le quita las cenizas. Los gases ácidos son tratados con bicarbonato de sodio y las dioxinas, con carbón activado. Más adelante, otro filtro retiene las cenizas más finas. Y los óxidos de nitrógeno se reducen con la ayuda de un catalizador y una inyección de amoníaco. Así se convierten en nitrógeno y vapor de agua. Finalmente, las emisiones resultantes se dispersan a gran altura.

En la Ciudad viven 2.891.000 personas que tiran 6.760 toneladas por día. El 73% recibe algún tratamiento. Entre los materiales que se recuperan de esos desechos y los que rescatan los cartoneros, se reutiliza la mitad. Las 2.999 toneladas restantes se entierran.

En el área metropolitana de Buenos Aires hay 15.839.000 habitantes que, según la Ceamse, tiran 18.500 toneladas de basura por día, el 96% de las cuales se entierran. Por eso, advierten, en cinco años el relleno colapsará y no habrá lugar para tirar la basura.

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