domingo, 7 de mayo de 2017

La admirable labor del Ejército por las inundaciones choca con el plan para reducir el gasto en Defensa

Por Rosendo Fraga - Infobae.com
Los trabajos de asistencia a las víctimas de las inundaciones coincide con el anuncio de un recorte del gasto de Defensa en 4.600 millones. Una contradicción que el presidente Macri debería analizar
El 3 de julio del año pasado, en la comida anual de Camaradería de las Fuerzas Armadas, el Presidente Mauricio Macri, fijó tres misiones para las Fuerzas Armadas: custodiar la frontera, la lucha contra el narcotráfico y la asistencia en las emergencias sociales.

Las inundaciones que afectaron a casi la mitad de las provincias argentinas en los primeros meses de 2017 fueron la circunstancia que permitió verificar en que consiste la tercera meta. Se trató de una de las inundaciones más extensas por la cantidad de provincias afectadas, que fueron desde Jujuy en el extremo norte hasta Chubut en la Patagonia de Norte a Sur y desde Entre Ríos en el Este hasta la Rioja en el Oeste.

La realidad es que, desde la privatización de los servicios públicos en los años 90, las Fuerzas Armadas han quedado como la única herramienta nacional con la cual cuenta el Estado para atender este tipo de emergencias sociales, que se prolongan en el tiempo, como lo muestra el caso de Comodoro Rivadavia, donde además de 7.000 viviendas afectadas, de las cuales 500 han sido destruidas en su totalidad, resolver los diversos daños llevará cerca de dos años.

Como es lógico, el Ejército tuvo el rol más relevante, dado su despliegue territorial y ello aporta un elemento de juicio para la discusión de porqué tiene sentido que existan unidades militares en diversos lugares del país. Las acciones se desplegaron en una decena de provincias, incluida Buenos Aires y tuvieron por ámbito aproximadamente treinta localidades. En esta provincia, alcanzaron a La Plata, Arana, Tandil, General Villegas, Pilar y otras. En Jujuy, a la capital provincial, Volcán, Bárcena, Tilcara, etc.

Una primera función fue la de dar seguridad a los elementos que se reúnen para ser distribuidos para la asistencia social inmediata, ya que un problema en este tipo de emergencia es el saqueo de ellos. Las acciones incluyeron el rescate de personas aisladas por las aguas, la distribución de agua y alimentos, el tendido de puentes, drenaje de calles, la tala de árboles caídos, y vuelos de transporte y reconocimiento.

Comodoro Rivadavia tuvo la situación más crítica y en las acciones de asistencia participaron 1640 hombres y 148 vehículos. En el caso de Jujuy, las autoridades de la guarnición militar local terminaron la actividad de todos los medios abocados a paliar los efectos de las inundaciones.

Pero también participaron aviones de Transporte Hércules C-130 de la Fuerza Aérea y un buque de la Armada que se trasladó al puerto de esta ciudad.

La coordinación de las acciones estuvo a cargo del Estado Mayor Conjunto, el organismo que tiene a su cargo las operaciones que involucran a los medios militares de las tres Fuerzas. En total han participaron más de 2.000 hombres y más de 200 vehículos. Ha sido un ejemplo de qué utilidad tienen las Fuerzas Armadas en tiempos de paz.

Pero esta acción concreta y exitosa en el marco de la política de defensa en la Administración de Cambiemos parece entrar en contradicción con otras medidas que se están impulsando.

El domingo 16 de abril, Infobae daba cuenta de la puesta en marcha de un plan para reducir en 4.600 millones de pesos el gasto en Defensa. La cifra reúne operaciones suspendidas, ventas que se van a realizar en el futuro y la suspensión de algunos planes. Pero de acuerdo al mismo, se fueron anulando las dos acciones más relevantes que se realiza en el área de Defensa para contribuir a la lucha contra la droga, planteada por el Presidente como una sus tres prioridades, junto con la pobreza cero y la unidad nacional.

Se dispuso en los primeros meses del año pasado el repliegue de 1.600 hombres de las Fuerzas Armadas que están desplegadas en al frontera en el marco del llamado "Operativo Escudo Norte", destinado corregir las vulnerabilidades que muestra la frontera respecto a acciones del narcotráfico, como los vuelos clandestinos.

También se postergó la radarización de la frontera, que se venía realizando con éxito con radares de fabricación nacional producidos por INVAP, una tarea prioritaria pendiente desde los años 90.

Es decir que las acciones más relevantes para atender dos de los objetivos fijados por el Presidente- cooperar en la lucha contra la droga y la vigilancia de la frontera- quedan prácticamente anulados o por lo menos muy reducidos por estas nuevas decisiones.

Las inundaciones que afectaron a casi la mitad de las provincias argentinas en los primeros meses de 2017 muestran la utilidad de las Fuerzas Armada en un tema como son las emergencias sociales, las que se reiteran con mayor frecuencia, probablemente por el cambio climático. Pero al mismo tiempo, se adoptan medidas para reducir gastos, que van limitando las capacidades para cumplir las misiones fijadas públicamente por el Presidente.

Resolver esta contradicción parece algo necesario en el área de Defensa. Quizás el discurso que pronuncie el Presidente en los primeros días de julio en la Comida de Camaradería de las Fuerzas Armadas sea la oportunidad para ordenar ciertas divergencias entre los objetivos fijados y las medidas adoptadas para alcanzarlos.

El autor es analista político. Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

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