jueves, 14 de abril de 2016

Macri ante sus propios molinos de viento: Invap vs. Impsa

Macri ante sus propios molinos de viento: Invap vs. ImpsaPor Urgente24 - Más que interesantes las posibilidades de inversión/negocios que se esbozan en el sector de energía renovables. Pero también hay cruce de intereses que requieren, como casi todo en la Argentina, la decisión de autoridades gubernamentales.

Aquí un caso muy interesante: Los argentinos tendrán que aprender rápidamente las claves de la generación de energía a partir del viento: es el futuro inminente.


Empezó a regir la ley que obliga a las empresas en Argentina a reducir en 1  año 30% la emisión de gases contaminantes y la hora de la verdad llega. No sólo para comprobar fehacientemente el alcance de las promocionadas acciones voluntarias en RSE  (responsabilidad social empresaria)  de  los ejecutivos de corporaciones. Y ver cómo “se fuman” el costo excedente de abastecerse de fuentes limpias, más caras que las hidrocarburíferas, según dicen  (si no fuese así, bienvenidas las aclaraciones), para cumplir el año que viene con el 8% que marca la ley que acaba de entrar en vigencia.

Esta primera subasta pública de energías renovables en ciernes le dará a Mauricio Macri la oportunidad de definir si su política de Estado es de impulso a la iniciativa privada, como la que encarnaría una oferente como Impsa, o a la estatal, como la que en este caso representaría Invap.

Cada una desde su vereda, son desarrolladoras de alta tecnología en vientos y están entre los grandes generadores locales e internacionales a presentarse, lo mismo que los integrantes del Global Wind Energy Council (GWEC), que acaban de visitar el país.

Para hablar en plata, los proyectos de energía eólica que dijo el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, haber traído de Estados Unidos ascienden a US$ 5.000 millones y alcanzarían para instalar 3.000 MW durante los próximos 3 años.

Por de pronto, esta convocatoria inicial a oferentes echará a andar los recursos de un fondo instituido para estos menesteres de $ 12.000 millones.

Y en el primer lance no más se cruzan el jugador estatal modelo y el gran privado nacional. Los 2 con necesidades de protagonismo en el negocio: Enrique Pescarmona se juega una gran parada, porque viene de levantar campamento en Brasil, donde Impsa había instalado el récord de 300 autogeneradores, e Invap necesita activarse tras el freno que le pusieron el proyecto del Arsat 3 que armaba con partes importadas de Francia, a la espera de que venga la NASA a reponer la sociedad, y evaluar cómo seguirá el convenio con Francia para, juntos, colocar reactores en Sudáfrica. El 40% de los 1.500 trabajadores de la compañía estatal dependen del área satelital, dice los responsables del ex Arsat 3.

La zanahoria sería un pago de cerca de US$ 105 por megawatt por hora (Mwh) generada desde parques eólicos.

A causa de que la visita a la Argentina del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tuvo al desarrollo de las energías renovables como uno de los temas centrales de agenda bilateral, para calentar motores, Invap había firmado el 22/03 un memorando de entendimiento con Dow Argentina para avanzar en el desarrollo de un parque eólico por un monto total para producir 65 MW de US$ 123 millones, aunque arribar a un potencial de 300 MW se requerirán 800 millones. El emprendimiento estará localizado en Cerro Policía, un área de 16 Km2 ubicada a 50 kilómetros al sur de la localidad de Villa El Chocón, en la provincia de Río Negro, donde Invap vino realizando estudios de viento en los últimos 30 años. Una de las particularidades de esta asociación es que los generadores para 6 molinos eólicos de más de 2 MW de potencia serán importados probablemente desde Europa, cuando Impsa ya los fabrica en Argentina y los exporta a todo el mundo. Su potencia supera los 2 megas, que se ubican en el estándar internacional para los molinos, de más de 3 megas (como fabrican Micon, Vestas, Alstom).

Por eso, más que una complementación público-privada, la contienda por la energía eólica daría la impresión de ser a matar o morir. Las huestes de Pescarmona deslizan la duda de si Invap no ejercerá una posición de dumping sobre los particulares, básicamente pensando en que los costos de producción son auditables pero los de desarrollo pueden ir dentro del presupuesto público sin dificultades, y además estar amortizados.

Un planteo conceptual en ese aspecto sería: ¿por qué una participación tan fuerte de una sociedad estatal como proveedora final, cuando la actividad privada tiene capacidad instalada en estos campos que habría que fortalecer en lugar de generarle una competencia? Es cierto que la expansión de Pescarmona se gestó sin considerar que tenía un techo. Pero dada la actual situación del Invap, su dimensionamiento en tecnología espacial tampoco condice con las órdenes de compra que está recibiendo, aunque sus espaldas las cubre el Ejecutivo rionegrino. No se estaría cumpliendo el denominado “principio de la subsidiariedad” del Estado, que se supone está en el ADN que trasunta el gobierno de Macri, según la visión empresarial.

Por caso, Impsa está terminando en Mendoza 4 generadores de valor para la central Embalse, turbinas hidroeléctricas para Venezuela, y fabrica generadores eólicos para el proyecto Arauco IV en La Rioja. Tiene 55 equipos instalados en el país y construyó una planta de energía eólica en la provincia cuyana con capacidad para producir 150 autogeneradores de 2 MW cada uno, cuando hoy produce apenas 26, con un diámetro de pala de 100 metros.

Un ensayo piloto en sistemas eólicos desarrolló Invap en Chihuidos Sur, en el marco del convenio firmado entre la empresa y el Ministerio de Producción y Turismo de Neuquén. La finalidad fue estudiar la factibilidad de la instalación de estos equipos en lugares aislados, fundamentalmente para obtener agua de los reservorios subterráneos.

El mismo Invap ha encarado experiencias públicas-privadas, como la de Frontec, una sociedad creada en 2015 con el Grupo Los Grobo, empresa emblemática en la producción y comercialización agrícola, líder en desarrollo tecnológico, con el objetivo de brindar servicios infomativos a terceros, basadas en tecnología aeroespacial y de la comunicación e información focalizada en el sector agropecuario, además de la resolución de problemáticas ambientales mediante soluciones innovadoras y sustentables a toda la cadena de valor frente a los nuevos desafíos de la producción de alimentos. Ambas empresas tienen participación igualitaria, por lo que las decisiones se toman por consenso.

Dentro del panorama eólico nacional, el parque Rawson es el más grande. Los propietarios son Jorge Brito y Fintech, de David Martínez, tiene 43 aerogeneradores y produce electricidad para 100.000 hogares. El consorcio ya asumió el compromiso de instalar 220MW adicionales en Puerto Madryn y más de 500 MW en otras provincias. Las inversiones suman US$ 450 millones pero con un potencial de 1.000 millones.

Genneia ha anunciado que proyecta concretar inversiones por US$ 1.000 millones para culminar nueve proyectos que posee en desarrollo en el país y alcanzar los 500 megavatios de capacidad que abastecerán a 700.000 usuarios.

ABO Wind Energy, de Alemania había dado a conocer otros 2 proyectos eólicos de 100MW cada uno.

El país comenzó a incursionar en la promoción de energías renovables en 1998 con la aprobación de una ley para la promoción de la energía eólica y solar a través de un sistema de feed-in tariffs o tarifas reguladas, en el que se preveía el pago de una remuneración adicional por kWh de energía eólica y solar generada y provista al mercado mayorista o a la prestación de servicios públicos. Tal sistema, no obstante, fracasó por el congelamiento de los precios al consumo de energía eléctrica luego de la grave crisis económica que atravesó el país en el año 2001, lo que derivó en subsidios al consumo de energía eléctrica del orden de los US$ 5.000 millones sólo en 2012.

Según los datos de la Agencia de Información de la Energía de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), la generación de energía eólica creció casi un 230% entre 2008, año previo al inicio del primer mandato de Obama como presidente, y 2014 (último con datos disponibles). Así, la producción se triplicó pasando de 55.000 millones de kilowats hora a 182.000 millones de kilowats hora. Además, si se considera la misma fuente, la energía eléctrica generada a partir del viento aumentó su participación en el total. En 2008, la eólica representaba el 1,3% de a energía eléctrica total, mientras que en 2014 pasó a representar el 4,4%.

A fines de 2015, según un informe del Consejo Mundial de Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en inglés), Estados Unidos era el país N°2 del mundo, luego de China, en capacidad eólica instalada, con casi 75.000 megavatios y una participación del 17% sobre el total de la capacidad mundial.

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