viernes, 22 de abril de 2016

La insólita historia de los containers que nadie se anima a reclamar

Por Matías Longoni - Clarin.com
Están en el Mercado Central, en depósitos fiscales que se atribuyen a empresarios amigos de Ricardo Echegaray. La Aduana obliga a vaciarlos, pero sus dueños no aparecen. Se sospecha que están repletos de artículos de contrabando.  

En el Mercado Central de Buenos Aires todos miran hacia los sospechosos depósitos fiscales que se habilitaron allí en los últimos años y que se atribuyen a empresarios amigos del ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. Están repletos de contenedores que -se presume- contienen mercadería de contrabando valuada en millones de dólares. Pero nadie aparece a reclamarlos para no quedar expuesto frente a las nuevas autoridades de la Aduana.

El último 4 de marzo, el nuevo jefe aduanero, el ex comando Juan José Gómez Centurión, ordenó la clausura de varios depósitos fiscales, incluidos Carestiba SA y Censer SA, que se habilitaron entre gallos y medianoche en tierras del Estado frente a la estratégica autopista Richieri. También dispuso un plazo de 60 días corridos para que dichos depósitos queden "a plan barrido", es decir totalmente vacíos. 

El vencimiento de ese plazo se aproxima y nadie reclama por la propiedad de los contenedores que quedaron atrapados. En total serían unos 600 distribuidos en seis depósitos. La especulación oficial es que están repletos de telas, artículos electrónicos, juguetes y muchas otras bagatelas que ingresaron al país al margen de la ley, al amparo de una evidente complicidad de las anteriores autoridades de la AFIP.

Mientras Gómez Centurión se frota las manos a la espera del momento de ingresar a esos depósitos fiscales y expropiar la mercadería (incluso en su entorno se piensa en el regreso de las subastas públicas del Banco Ciudad para recuperar dinero para el Estado), una investigación de Clarín permitió saber que las sospechosas empresas radicadas en el Mercado Central forman parte de un mismo grupo económico. Es el que históricamente se atribuye al apodado "rey del bagayeo", Jorge "El Uruguayo" Lambiris. ¿De quién se trata? Del empresario que compartió los festejos de fin de 2013 junto a Ricardo Echegaray en un lujoso hotel de Copacabana, en Río de Janeiro.

Echegaray, de vacaciones en Brasil cuando era jefe de la AFIP. Es el de remera blanca.
También estuvo con ellos en aquel viaje Sergio González, titular de la firma RSI Group. Es una de las únicas dos empresas habilitadas por la Aduana de Echegaray para prestar el servicio de prescintos para controlar, vaya casualidad, el tránsito de contenedores hasta los depósitos fiscales.

En los papeles, sin embargo, Lambiris ni aparece. El depósito fiscal que siempre se le atribuyó es Carestiba SA, que históricamente funcionó en Boulogne y recién en 2009 logró un increíble contrato  de alquiler para ocupar por 30 años un playón de 21.300 metros cuadrados en el Mercdao Central, a un precio de regalo. Actualmente está cerrado. Es allí donde están almacenados la mayor cantidad de contenedores que ahora nadie se anima a reclamar.

Carestiba SA tiene varios socios, como Julio Motta, Alberto Néstor Suárez y Catalina Beraja, una mujer de 79 años. Esta misma persona forma parte también del directorio del laboratorio Biotenk, uno de cuyos fundadores es Héctor Salomón Saieg, alias "Johny".

Es esta persona quien actualmente se presenta ante las autoridades del Mercado Central como director de Censer SA, el otro depósifo fiscal clausurado por la Aduana el mes pasado. En este caso, ocupa 88.300 metros cuadrados alquilados por 30 años a partir de 2013, también a precios ridículos. La inversión para levantar esos galpones fue de varios millones de dólares. Ese moderno depósito contrasta con el estado de abandono que se percibe en el resto del Mercado Central.

Los accionistas formales que dieron vida a Censer SA son dos. Uno de ellos se llama Carlos Rios y fue por muchos años a la vez empleado de Carestiba SA. Actualmente tiene oficinas en Puerto Madero, aunque a nombre de otras empresas de logistica aduanera y courier, como Bussines & Bussines (B&B) y Loginport.

El otro socio original de Censer SA se llama Pablo Sccasso y también estuvo vinculado por mucho tiempo a firmas importadoras ubicadas en el barrio de Once. Sccaso también aparece como empleado de Logimport y B&B, pero a la vez es socio de un haras de caballos raza Silla Argentino en Escobar. Comparte ese negocio con los hermanos Gustavo y Mariana Echegaray, que llevan el apellido del ex titular de la AFIP pero no serían sus parientes. Con Gustavo, además, Sccasso inscribió varias empresas en Miami.

Recientemente, al directorio de Censer SA se incorporó una mujer llamada Adriana Nora Zella, que es la esposa de Luis Alvarez, dueño de una imprenta llamada New Press, ubicada en Avellaneda y que tiene como uno de sus principales clientes al Estado. Este personaje también tiene una ligazón evidente con Lambiris, ya que fue auspiciante por mucho tiempo del auto de carreras con que compite en el TC Mauricio, el hijo de "El Uruguayo" y quien también viajó con Echegaray a Río de Janeiro.

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