lunes, 15 de septiembre de 2014

En la Casa Rosada enseñan cómo vender granos

Por Cristian Mira | LA NACION - Twitter: @cgmira

Los analistas del mercado de granos deberían buscarse otro trabajo. Los corredores también deberían pensar en abandonar los recintos de las bolsas y dejar de mirar las pantallas con gráficos de Chicago para intentar nuevos rumbos. A todos ellos les salió una competidora de fuste: Cristina Kirchner. En una de sus tantas intervenciones por la cadena nacional dijo esta semana por qué hubo productores que se equivocaron en no vender soja cuando el precio estaba en su pico más alto.

Nuevamente la Presidenta insistió en que la demora en vender granos respondía a un prejuicio ideológico. Necesitada de dólares y con una economía en recesión, continúa sin darse cuenta que quienes deciden no vender tienen motivos de sobra para dudar de la palabra presidencial. En octubre del año pasado había dicho que ella no estaba dispuesta a devaluar el peso. Tres meses después cuando la diferencia entre el blue y el oficial era ya insostenible, el Gobierno devaluó un 20%el dólar en un solo día. Quienes guardaron granos en ese lapso probablemente no hayan hecho un mal negocio.

Ahora la historia parece repetirse. Sin embargo, los que postergan ventas asumen un riesgo del que pueden quedar bien o mal parados. Es una decisión individual. Las razones de esa postergación pueden ser diversas: esperan una nueva devaluación, creen que la industria y la exportación está en condiciones de ofrecer un precio mejor, o venderán para calzarse con la compra de insumos para la próxima campaña. Cada empresario agrícola elige su propia estrategia. Lo insólito es que el Gobierno pretenda intervenir en las decisiones de comercialización de los agricultores.

La cuestión no sería más que una anécdota si no fuera porque el Congreso está por aprobar la ley de Abastecimiento, que prevé multas y decomisos a quienes, entre otras cosas, promuevan el "acaparamiento de materias primas o productos". Desde que se conoció el proyecto, hubo quienes advirtieron que el principal interés del Gobierno era la soja sin vender. A muchos les pareció inverosímil que el Estado sea capaz de incautar 25 millones de toneladas de soja, transportarla, almacenarla y venderla. Quizás lo sea. Pero lo cierto es que el Gobierno dispondrá de un instrumento legal capaz de provocar un daño considerable si lo aplica. Los productores que participaron de la asamblea que se realizó el miércoles pasado en Bolívar lo denunciaron. Varios oradores reclamaron que estén activos los mecanismos de comunicación para que, en caso, de que hubiera alguna interdicción a la mercadería, la defensa fuera colectiva.

"¿Quieren llevarnos a una 126?", se preguntaron varios en relación a la continuidad del conflicto por las retenciones móviles de 2008. Se sabe que una de las bases teóricas del kirchnerismo es identificar enemigos para que sus propios adherentes se aglutinen y no se dispersen. Sin embargo, hasta ahora, nunca han reconocido que los problemas económicos se ocasionaron, en la mayoría de los casos, por su propia impericia. Cuando no había cepo cambiario el atraso en la venta de la cosecha era mucho menor que en la actualidad.

El Gobierno dilapidó oportunidades notables para obtener dólares genuinos con las exportaciones de origen agropecuario. Las trabas a las exportaciones de carnes, lácteos y trigo así lo demuestran.

Con la política triguera, por ejemplo, la Presidenta decidió favorecer a los farmers de Dakota o Montana en vez de los chacareros de Leones o Tres Arroyos. Las ventas de trigo a Brasil entre enero y julio de 2014 cayeron un 51,5% respecto del mismo período del año pasado. En igual lapso, las ventas de los Estados Unidos se incrementaron un 44,2 por ciento. Barack Obama no le hubiera pedido tanto.

Más que una cuestión ideológica ese tipo de políticas son las que provocan una retracción en la economía agrícola. Acopiadores, vendedores de insumos, transportistas y contratistas están preocupados por el freno de la actividad.

Una encuesta realizada entre 872 productores y 206 asesores miembros de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) reveló que el 58% de ellos considera que este no es un buen momento para realizar inversiones. Apenas un 16% respondió que las condiciones eran favorables para invertir.

Frente a un contexto internacional que ahora parece revertirse -con el precio de los granos en baja- en vez de aconsejar cómo vender granos, la Presidenta podría encontrar una oportunidad para convocar a los actores de la cadena y analizar posibles soluciones al problema. A esta altura, también se sabe, es pedir demasiado.

RESUMEN: -16% de Caída: Es el porcentaje de baja que tendría el área sembrada con maíz, según la Bolsa de Cereales.

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