viernes, 4 de octubre de 2013

No hay cepo al gasto, hay cepo al ahorro

Por Tomás Bulat Economista- Cronista.com
Del reportaje a la Presidente emitido el domingo, una de las declaraciones más importantes fue que no hay cepo cambiario. Y dio como ejemplo la cantidad de turistas argentinos que se encontró en la 5ª Avenida de Nueva York y en Moscú.

Para ser sincero, tiene toda la razón, el Gobierno no puso ningún tipo de cepo para gastar dólares en el exterior. No solo no puso ningún cepo, sino que subsidia el gasto de dólares en el exterior.

La clase media/media alta viaja al exterior aprovechando que compra los pasajes a dólar oficial –más un 20%– y lo financia con tarjeta a 12 o 18 cuotas sin intereses. No solo eso, estando de viaje puede comprar ropa, teléfonos, artículos electrónicos o cualquier objeto que en el país son carísimos.

Ese dólar barato no solo es para los que viajan. Para aquellos que soñaron con tener un auto importado y hasta hoy no podían pagarlo, gracias al no cepo pueden darse el gusto. Comprar un auto alemán, francés o italiano a tipo de cambio oficial, es una oferta difícil de rechazar. También es cierto que una empresa puede importar una máquina gastando esos dólares a $ 5,78.

Cepo al ahorro

Lo cierto es que hay un cepo al ahorro. No se pueden comprar dólares para ahorrar. El modelo es consistente en ambos puntos. Fomenta el consumo y no el ahorro. Tanto sea en pesos como en dólares.
Si uno desea comprar algo en pesos, tiene 12, 18 o 24 cuotas sin intereses. Por lo que a medida que pasa el tiempo la inflación se va comiendo el valor de las cuotas y así es como conviene gastar.
Pero si quisiera ahorrar en pesos, un plazo fijo paga 17/18%, que no alcanza a cubrir la inflación. Por lo tanto, tampoco alienta el ahorro en pesos.

El problema no es el cepo al dólar, el problema es el cepo al ahorro.

Inflación y dólar

Todo lo que se había tenido como rumbo y como orgullo de logro económico desde el 2003: superávit fiscal, superávit comercial, tipo de cambio competitivo, dejó de existir desde el 2011.
En este 2013 se incrementó el déficit fiscal, también el déficit energético que se consume el ya menguado superávit comercial y finalmente el retraso cambiario continúa creciendo frente a las monedas de nuestros países vecinos.

Es claro que los pilares que construyeron los mejores años de la recuperación económica ya no existen más, como tampoco el crecimiento económico.  Este cambio en el modelo económico tuvo sus consecuencias políticas en agosto. He leído que muchos piensan que el cepo cambiario ha sido uno de los grandes detonantes del mal humor social y yo no estoy seguro de eso. Creo que la inflación y el retraso cambiario son los más importantes que explican la baja elección del gobierno.

Los datos centrales de la elección de agosto fueron dos:

- El primero, la derrota del gobierno en casi todas las provincias de la Cordillera, como muestra de lo que sufren las economías regionales el retraso cambiario. Productores de vino, frutas, olivos, limones, tabaco o azúcar están pasando por momentos muy duros sin rentabilidad en su trabajo. Es un sector que no puede defenderse del crecimiento de costos en dólares que le ocasiona la inflación vigente.

- El segundo, es que el FpV sacó menor porcentaje de votos en el segundo cordón del Conurbano Bonaerense que en el primero. Es decir que la clase media del primer cordón le fue más fiel al gobierno que la clase más baja. Esto es porque la clase media tiene el subsidio al gasto en dólares, mientras que los pobres tienen el cepo al ahorro y están merced a la inflación. Este dato también se extiende a la Ciudad de Buenos Aires, donde Filmus alcanzó un 8% más de votos que en el 2009.

El subsidio a la clase media del gasto en dólares trajo su beneficio político, que se lo llevaron la inflación de los pobres y el retraso cambiario de las economías regionales.

No salís, no entrás

En el mismo reportaje la Presidente explicó que antes del cepo se podían llevar al exterior u$s 2 millones por mes por persona, lo cual era un disparate. Lo cierto es que mientras se dejaban salir los dólares, las reservas del BCRA subían, en tanto que desde que existe el cepo, las reservas solo bajan.
Es posible pensar que no debía ser tan malo dejar salir los dólares, porque la contrapartida era que también entraban. Desde que se puso el cepo salen menos dólares –eso es verdad– pero el problema es que no entra ni uno más.

Es que si no te dejan salir, no volvés a entrar. Sería bueno entender que el problema no es por qué salen los dólares de la Argentina, sino por qué ya no entran.

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