jueves, 9 de mayo de 2013

Fallida campaña antártica

Editorial II del Diario La Nación - El ministro de Defensa es responsable por los graves errores que pusieron en riesgo el reaprovisionamiento y la seguridad de las bases en la Antártida
En el contexto de franca penuria presupuestaria que viven las Fuerzas Armadas, se tornan aún más indignantes los presuntos hechos de corrupción que se habrían producido en el Ministerio de Defensa y que habrían afectado el desarrollo de la campaña antártica hasta convertirla en un escándalo por la demora y los múltiples gastos.

A raíz de las informaciones periodísticas, el ex fiscal de Investigaciones Administrativas y actual diputado radical Manuel Garrido presentó una denuncia penal por los posibles delitos de administración fraudulenta, usurpación de autoridad, tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con la función pública.

De nada sirvieron las excusas y negativas del ministro de Defensa, Arturo Puricelli, acerca de las irregularidades y demoras para el reabastecimiento de nuestras bases antárticas. Las denuncias de uno de los integrantes de la base Orcadas revelaron parte del escándalo, al demorarse en febrero pasado el relevo anual de la dotación. Debido a los daños sufridos por el rompehielos Irízar al incendiarse en 2007, se contrató tras una licitación el buque de bandera holandesa Timca. Esa nave comenzó el servicio el 17 de febrero último, en Puerto Belgrano. No sólo faltaba reabastecer a la base Orcadas, sino también a otras cuatro: Marambio, San Martín, Esperanza y Carlini.

Ante la emergencia, el Ministerio de Defensa aprobó medidas desesperadas, como el alquiler de urgencia y por contratación directa de un crucero para el transporte del personal a la base San Martín. El crucero de lujo Polar Pioneer, que suele navegar en el verano entre Ushuaia y la Antártida para excursiones turísticas, fue incorporado a fines del mes pasado a la campaña antártica oficial, en momentos en que el ministro de Defensa sostenía que todo se desarrollaba normalmente.

Trade Baires, la empresa que perdió la licitación mediante la cual se contrató al Timca, denunció ante la Oficina Anticorrupción que se trató de una "licitación a medida" y con serias irregularidades. Además, en la campaña actual no se emplearon los helicópteros MI 17 comprados por Defensa en 2011, que podrían haber solucionado la emergencia. Esas aeronaves se adquirieron por 15 millones de dólares con el exclusivo fin de afectarse a la Antártida. Tras un año de preparación de las tripulaciones, Puricelli, por razones que no aclaró, dejó de lado esas unidades. Posteriormente, se alquiló un helicóptero de una compañía sudafricana, que sufrió la rotura de una turbina. Cada día de demora representó más gastos.

La denuncia de Garrido abarca también lo ocurrido con los dos helicópteros comprados a Rusia y que tampoco se utilizaron, y el eventual papel desempeñado por el hijo del ministro, Alejandro Puricelli, quien "podría haber incurrido en los delitos de tráfico de influencias y/o usurpación de autoridad". El funcionario no dudó hace un mes en desmentir las informaciones de LA NACION y otros medios y en calificarlas de "mentiras". Sin embargo, según un informe al que accedió este diario, cada día extra de empleo del Timca demandará un pago de 100.000 dólares por jornada.

La permanente degradación de los equipos de las Fuerzas Armadas ha llevado a la obsolescencia de buena parte de nuestras naves y aviones de guerra, así como de no pocos equipos terrestres. Es de imaginar el demoledor efecto que este constante retroceso tiene en la formación profesional y en el ánimo de nuestros oficiales y suboficiales.

Resulta inadmisible que, en medio de este desolador panorama, se agregue ahora la fundada sospecha de que en el ministerio encargado de administrar esta pobreza nacida de una errada política oficial, algunos funcionarios hayan querido enriquecerse a costa del sacrificio de los oficiales, suboficiales, científicos y técnicos que valientemente representan a nuestro país en el confín austral del planeta. De confirmarse los hechos denunciados, su seguridad y sus vidas pueden haber estado en peligro por un demencial acto de corrupción..

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