martes, 9 de octubre de 2012

Venezuela y Argentina: una relación oscura, pragmática y millonaria


(Diario Clarín) - El punto clave de las relaciones entre Argentina y Venezuela que más llaman la atención es que estos nunca fueron socios naturales y que de pronto, con la llegada de Hugo Chávez y los Kirchner al poder estas pasaron de la frialdad al privilegio. Por momentos cargadas de ideología y personalismo presidencial. Pero si se mira de fondo, el vínculo estuvo también impregnado de un pragmatismo total, y cuya lectura conduce a un comercio superavitario para los argentinos y no para los caribeños. Tanto en materia económica, como financiera, energética y agroindustrial.

De hecho, aunque los venezolanos nunca regalaron nada, Néstor y Cristina Kirchner nunca se cansaron de agradecer la parva de gestos del “Comandante”. Quién sino él hubiera comprado bonos argentinos, con la reputación argentina mellada a raíz del default de 2001. Basta recordar también los embarques de fuel oil que en su momento ayudaron a balancear el déficit energético argentino, aún a costas de críticas propias entre los empresarios del petróleo en Venezuela, según se pudo ver en los cables filtrados por wikileaks.

Y los gestos se agradecieron bastante bajo el gobierno del fallecido ex presidente, que le dio a Chávez, no sólo un lugar de privilegio discursivo para vituperar a George W. Bush durante la Cumbre de las Américas de 2005, sino también el estadio de Ferro para un masivo acto que protagonizó el venezolano. La relación con Venezuela al principio tuvo varias aristas. La Cancillería montó un fideicomiso que se lo “tragó” literalmente el Ministerio de Planificación. Por otro lado, las organizaciones sociales kirchneristas se unieron al movimiento chavista dando rienda suelta a la mística latinoamericanista. También estaban los negocios con Caracas, siempre oscuros y siempre secretos, y que tuvieron sus picos de escándalo con la denuncia de un diplomático en el que confirmó la existencia de una “embajada paralela ” conducida por Julio de Vido desde el ministerio de Planificación. En la Justicia jamás prosperó investigación alguna. Como tampoco otra sobre los dineros que para la campaña presidencial de Cristina en 2007 dijo haber traído a Buenos Aires el valijero Guido Antonini Wilson.

Esta semana, Henrique Capriles volvió a “enrostrarle” a los argentinos lo que en su momento ya algo había informado Chávez, jamás el gobierno argentino. El contricante de Chávez habló de una lista de “regalos”: 16.000 millones de bolívares a la Argentina, que eran en 2007 unos 3.000 millones de dólares, y que sirvieron para ayudar a la Argentina a pagarle al FMI. Enviaron otros 400 millones de dólares para que la Argentina construyera una planta de regasificación de gas licuado, también en 2007. El crecimiento de las exportaciones argentinas a Venezuela demuestra por qué ese país se volvió también clave en el sector comercial. Para 2003 eran de 139 millones de dólares y en 2011, de 1.730 millones de dólares.

El alza fue de 1.244%. Con el gobierno de Cristina, se acabó el “chichoneo”, pero la relación, lejos de sucumbir, creció en lo económico, pero con enormes “agujeros” que podrían haber sido aprovechados mejor.

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