miércoles, 26 de septiembre de 2012

Haciendo jueguito para la tribuna


Por Ricardo Roa - Editor del Diario Clarín
Christine Lagarde le dejó la pelota picando en la puerta del arco y Cristina Kirchner la metió adentro.
El lunes, la jefa del Fondo había dicho que el país tenía tarjeta amarilla por falsificar el índice de precios. Y que si en 90 días no cambiaba, le sacarían la roja.

Un regalo para el relato oficial : ayer la Presidenta le contestó que la Argentina no es un equipo de fútbol sino un país soberano. En realidad, fue el Gobierno el que pidió en 2010 al FMI ayuda para elaborar un nuevo índice. Fue una manera de gambetear las críticas que los informes del Fondo hacían a la adulteración de las cifras. Pero el kirchnerismo siguió y seguirá con el mismo dibujo, al menos por ahora: el Presupuesto contempla una inflación de 10,8% para el año que viene, menos de la mitad de la que existe hoy.

Los chisporroteos con el Fondo pueden ser útiles para la propaganda oficial. Aquí, el organismo tiene mala prensa y con razón : impulsó ajustes que en lugar de resolver problemas, los agudizaron. Suficiente como para que Cristina saque patente de defensora del interés nacional.
Pero el problema no está afuera sino acá. Es una cosa bien seria manipular las estadísticas del Estado como se viene haciendo sistemática e irresponsablemente desde el 2007, cuando Moreno tomó el control del INDEC.

Con este índice de precios, el Gobierno no sólo subestima la inflación. Además, tira para abajo las tasas de pobreza y de indigencia y puede decir, como ayer, que en el noroeste casi no quedan indigentes, justo en una de las zonas más rezagadas. El mismo índice le permite crear un efecto inverso: sobreestimar el crecimiento de la economía.

Es tan grosera la maniobra que ni el propio Gobierno se la cree . Sabe que los ingresos fiscales son empujados por la inflación real y no por la que figura en el Presupuesto y así dispone de más recursos para gastar por fuera de lo que le autoriza la ley. La prueba de que no se la cree es que todos los años repite la jugada.

De paso, se ahorra intereses en el pago de bonos atados a la evolución de los precios. Claro que de esa manera castiga también a la enorme cartera de títulos que tiene la ANSeS y descapitaliza el fondo de los jubilaciones.

Los salarios, las jubilaciones, el gasto público y montones de otras variables corren al ritmo de la inflación real. Eso sí: Moreno se ocupa de silenciar a las consultoras privadas y a los institutos provinciales que puede. La idea es mentir sin que se note. El problema es que la mentira es demasiado grande, como eso de decir que con $ 13 al día ya no se es pobre.
El Fondo sacude a la Argentina porque no cumple con “la obligación de proporcionar la información en la forma más detallada y precisa que sea posible”. Se lo pide a todos. Lagarde cometió un error. Pero el Gobierno no puede seguir todo el tiempo haciendo jueguito para la tribuna.

1 comentario:

  1. Pero Elías ¿no da la impresión esta nota que "lamenta" la mala relación con el FMI, una institución que todos ya sabemos, jamás hizo nada positivo por el país? Al margen de la ideología, a cualquier gobierno, de cualquier pelaje ideológico le conviene, me parece, estar lejos de los escrutiños del FMI. Ademas ¿no es culpable el Fondo de nuestra situación? Clarín en su afán opositor, ya como que abiertamente apoya a cualquiera con tal de hacer su juego.

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