domingo, 22 de abril de 2012

Regocijados


Por Pepe Eliaschev (http://www.pepeeliaschev.com/)

Estamos chochos. Contentos con nosotros mismos, orgullosos por lo que recuperamos, con nuestra autoestima más alta que nunca. En el regocijo se anotan todos, kirchneristas y radicales, socialistas y post comunistas. El caso de los radicales es asombroso: resignados a la trampa nacionalista, y dispuestos a jugar dentro del brete en el que (una vez más) los coloca el peronismo, le regalan a Macri el centro de la alternativa opositora.

Esa embriaguez es una reiterada experiencia, porque ya la vivimos varias veces en las últimas décadas, pero nuestro disco rígido no nos falla. Una vez más, con banderas agitadas y puños en alto, nos reconfortamos en nuestra virilidad nacional. Convencidos de que, desde el aceite hirviente arrojado a los ingleses en 1806, nos la hemos pasado combatiendo a perversos enemigos de ultramar, una vez más la camiseta nos une y borra los matices. Atrapados sin salida en una metafísica de la confrontación eterna, somos apenas temporalmente cordiales, hasta que nos sale de adentro una hostilidad fiera y llamativa, nuestra verdadera e invariable personalidad. Nutridos del alimento existencial del conflicto, sólo en él estamos cómodos, asumiendo que estar aislados es un mérito incuestionable. No sabemos manejarnos sino mecidos por las oleadas crueles de la disputa. En ella nos significamos y nos reconocemos.

Desde el fondo de la mirada nacional surge un agrio irredentismo, hojarasca nacionalista motorizada por el combustible de una voracidad ostensible por los bienes ajenos. No queremos procesar de modo civilizado transferencias patrimoniales lógicas y normales en todas partes. El debido proceso es, aquí, apenas una delicadeza sutil, pero exenta de efectividades conducentes: la Argentina “recupera”, a lo macho y, si fuera posible, con prepotencia hiriente. Lo de 1982 en las Falkland-Malvinas es un auténtico paradigma, como la roja Ferrari Testarossa del Menem de los noventa, hoy (claro está) kirchnerista: lo que yo deseo es mío-mío, y después ¡andá-a-cantarle-a-Gardel! Este notable y poderoso rasgo identitario del país está condenado a los tiempos cortos. Carece de proyección porque la propia realidad así lo determina y, además, porque la Argentina es así por su tenaz negativa a vérselas con la realidad.

El Gobierno, por ejemplo, fue hace dos semanas a la cumbre presidencial de Cartagena alentando públicamente la infundada expectativa de que los Estados Unidos lo respaldarían en su reclamo malvinero. No leen las noticias o gozan autoengañándose, a la par que cierran los ojos. El 13 de ese mes el secretario británico de Relaciones Exteriores, William Hague, se convirtió en el primer jefe de la diplomacia del Reino Unido invitado a realizar una visita personal a la superconfidencial Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de los EE.UU., ente tan sensible y casi clandestino que su mera existencia hasta hace poco no era admitida en Washington. Días más tarde, en el curso de su visita a los EE.UU., el británico David Cameron se convirtió en el primer jefe de gobierno extranjero invitado a volar a bordo del ultrasecreto Air Force One con el presidente Barack Obama, que lo llevó a Ohio para presenciar juntos un partido de básquetbol.

¿Malvinas?

Al igual que Galtieri en 1982, la Argentina de 2012 se sigue riendo del mundo y de la realidad, actividad divertida y relajante, pero deprimentemente estéril, mientras que los brasileños preparan el Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpíadas de 2016 con sólida seriedad nacional, la que prefieren en lugar del folclore populista. La presidenta Dilma Rousseff inauguró hace pocos días el desembarco científico-tecnológico de su país en la gran feria alemana de Hanover, presentando al mundo su programa Ciencia sin Fronteras. En vez de autorrecluirse, como disfruta hacerlo el arcaico aislacionismo argentino, Brasil se abre a un escenario mundial de enorme competitividad, con audacia y, sobre todo, con inteligencia. Este nuevo programa de becas habrá situado a fines de 2015 a más de cien mil brasileños (la mitad cursando sus doctorados) en las mejores universidades del mundo, donde durante un año se perfeccionarán en temas seleccionados por el Estado: biotecnología, ciencias oceánicas e ingeniería del petróleo, calificados por Brasilia como esenciales para el futuro de la mayor economía latinoamericana. Costo del programa: 1.650 millones de dólares, con una cuarta parte a cargo de empresas privadas, y el resto de los contribuyentes.
De esos cien mil, los Estados Unidos ya aceptaron 20 mil estudiantes, mientras que el resto irá a universidades de Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia, que tomarán entre seis y diez mil cada uno. No es una idea fundacional de Roussef y el programa tampoco fue anunciado en comparsa lamentable, mientras la hinchada se proclamaba “soldados de Dilma”. Es una política nacional, que se despliega desde los años sesenta, durante los cuales el Estado pagó con sus recursos los estudios de doctorado (PhD) de los graduados brasileños en áreas elegidas: exploración petrolera, investigación agrícola y diseño de aviones. En todas esas aéreas, Brasil es hoy líder mundial.

El problema es que ellos, pobres desgraciados, no tienen líderes como Cristina, funcionarios como De Vido, empresarios como los Esquenazi, ni ideólogos como Kicillof. La Argentina es diferente, entre otras cosas porque una mayoría de sus habitantes vive fascinada con el poder de las ilusiones, y –sobre todo– con la irresistible seducción de las propias mentiras. Existencialismo notable y a menudo amoral, su verbo clave es “recuperar”: Malvinas, hielos continentales, Beagle, deuda externa, Obras Sanitarias, Correo, AFJP, Aerolíneas, ahora YPF. Con una rareza antropológica: entregamos para recapturar luego lo regalado. Pasó antes de 1989, cuando los peronistas se opusieron a las privatizaciones parciales y reguladas de Aerolíneas y ENTel impulsadas por Raúl Alfonsín, para luego entregarlas ellos, sin controles y de manera corrupta. Línea de argumentación idéntica: somos así, acostúmbrense, porque no vamos a cambiar.

Fuente: Perfil.com

9 comentarios:

  1. elosoargentino22 abril, 2012

    Verdades de a puño,no aprendemos más...

    ResponderEliminar
  2. Tiene razón somos así por supuesto,pero este señor si no me equivoco,es uno de los "intelectuales" que quiere entregar alegremente MALVINAS en nombre de una autodeterminación que no es más que el débil argumento que presenta el RU (al cuál por supuesto le importa un comino los isleños, lo que realmente les importa son los recursos naturales de la región del mar austral que se superponen con nuestro territorio) y así ademas proporcionarle al RU una base militar en el Atlántico Sur. Por supuesto este "intelectual" que lee tan Brillantemente la política interna argentina y sus constantes contradicciones no se dió cuenta de esos "pequeños detalles" que se les escaparon en la no tan brillante defensa que hicieron hace poco de los INTERESES BRITANICOS EN EL ATLANTICO SUR.No cuestiono la revisión de desaciertos históricos de los gobiernos argentinos, son ciertas,cuestiono que no sea tan brillante para DEFENDER NUESTROS INTERESES COMO NACION, y que siempre invoque como si fuera una mala palabra el nacionalismo.Evidentemente este señor no es nacionalista,y por supuesto ¿no ve? la importancia estratégica que representa manejar los recursos naturales, como tampoco ve, ¿casualmente? la importancia estratégica de MALVINAS para la nación.
    Saludos Cordiales.
    Marcelo.

    ResponderEliminar
  3. No solo no aprendemos sino que no crecemos ni maduramos. Creemos que lo mejor es ser prepotentes ante cualquiera. La diplomacia no se ejerce y tal vez no exista. Nos creemos los mejor del mundo sin darnos cuenta de lo que somos. Dios nos dió un territorio bendito y nos puso a nosotros para destrozarlo.

    ResponderEliminar
  4. Diego Estigarribia22 abril, 2012

    Él será así, porque yo tengo claro hace rato el camino a seguir para ser un país desarrollado:

    -Democracia

    -Economía de Mercado (siempre defendiendo el interés nacional)

    -División de poderes

    -Seguridad jurídica

    -Estado de derecho

    -Inversión en educación

    Ejemplos hay muchos, Japón, Alemania, Corea del Sur, etc.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Y bueno, veremos en 2 décadas como está Argentina. Brasil hoy es producto de su seriedad y continuidad de politicas macroeconómicas que siguen una linea de hace 3 decadas. Hoy argentina recién esta saliendo de una de las crisis más profundas de su historia. En 10 años mínimo, charlamos.

    ResponderEliminar
  6. LOs agentes del imperio, como simpre, levantando mitos y enseñandonos y enzañandose con nosotros mismos. Sí, esto que somos nos permitío alguna vez ser líderes en latinoamerica, pero en aquel momento se alentaba el ser nacional y no como ahora con estos descarados a sueldo escupiendo medias verdades con el fin de salvarse solos, pues ese es su negocio, se salvan si perecemos, si nos creemos eso que el dice que somos.YPF ,mal que le pese, ya no les pertenece, solo les quedan estos perros falderos, molestos , irritados , intranquilos y con miedo...mucho miedo..ya no son sacrosantos, ya no son la verdad rebelada....de repente nos dimos cuenta que ya no son intocables, y se los hacemos sentir. Lo mejor esta por venir

    ResponderEliminar
  7. La verdad que a una persona, en nuestro país, que se sienta neutral de todos los anti, o sea, que no está ni con uno ni con otro (K o anti K) no sabe a quien creerle. Se escucha y se lee de todo, y creo que todos, tienen una parte de la verdad, pero también, hay algunos que siempre destilaron veneno, para uno u otro lado. Digo, me pregunto, ¿cuándo va a llegar el momento que podamos sentarnos a debatir qué clase de país queremos?. ¿Cuáles son nuestros objetivos y lineamientos?. ¿Que puntos tomamos como política de estado y proyectar a corto, mediano y largo plazo, aunque sea 5 ó 6 puntos claves para el engrandecimiento del país?. Aca, señor Pepe Eliaschev, NADIE, PERO NADIE puede tirar la primer piedra, ni políticos, ni militares, ni civiles. Ah!, me olvidaba, NI PERIODISTAS.
    Carlos

    ResponderEliminar
  8. Gabriel Pedrazzi23 abril, 2012

    Siempre dudé de la opinión y pensamiento de una persona que cree tener todos los estudios necesarios sobre política internacional, economía, ciencias políticas, historia, geografía y todas las otras disciplinas en las que incurren cuando hablan sobre todos estos temas determinando que "los argentinos somos" "los argentinos fuimos" o "los argentinos siempre seremos". Estos opinólogos especialistas en todo se sientan en sus "cátedras" erigidas por ellos mismos y reconocida por aquellos que prefieren adoptar sus pensamientos en vez de elaborar los propios. De personas como estas solo leo su opinión y me deleito en la patética imagen que dan mientras consideran que son seguidos por muchos que se creen inteligentes solo por repetir lo que el falso erudito especialista en todo dice. Gracias a Dios porque no solo me dio cerebro sino porque puso personas a mi lado que me enseñaron a usarlo.

    ResponderEliminar
  9. Gabriel Pedrazzi, concuerdo plenamente con tu comentario.

    ResponderEliminar

Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...