martes, 14 de febrero de 2012

Geopolitica de la Industría de Defensa en Iberoamérica

Por Alejandro Klecker - Director Clarke, Modet & Cº. Miembro Grupo ATENEA

INTRODUCCION

La situación actual del continente iberoamericano, atraviesa, pese a la incógnita de los procesos electorales en Perú o México por una etapa de crecimiento sostenido, impulsado por Brasil, Colombia, Perú y Chile. En Centroamérica: El Salvador, Costa Rica y por supuesto Panamá son también economías en aumento. Por fin se está creando una clase media urbana, conviviendo, eso sí, con zonas indígenas de extrema pobreza siendo todavía a la desigualdad social una asignatura a resolver pendiente en la mayoría de países del área.

Los procesos inflacionarios siguen cebándose en Argentina y Venezuela, aunque en la primera con un incremento de la economía y en la segunda con PIB negativos pese a la situación del mercado de petróleo que debería favorecer mucho más las perspectivas.

La realidad durísima del narcotráfico en México, el blanqueo de dinero y la todavía existencia de grupos narcoterroristas en Colombia o los maras centroamericanas, son sombras del continente que constituyen una serie amenaza a los procesos democráticos, por la debilidad de algunos estados y por que pueden favorecer políticas involucionistas o aparición de grupos paramilitares.

Curiosamente tampoco el factor ideológico es determinante, gobiernos de izquierdas como el de Lula da Silva han presentado un comportamiento de economía de mercado y otros más a la derecha siguen con políticas fuertemente intervencionista en algunos sectores. Creo que el fenómeno brasileño será imitado por gobiernos nuevos que aunque alineados con Venezuela buscarán un punto de equilibrio entre ALBA y políticas liberales; evitando nacionalizaciones y favoreciendo la inversión extranjera.

LOS CONFLICTOS FRONTERIZOS

El título de la ponencia, primera del ciclo de esta mesa redonda sólo pretende señalar algunas circunstancias no bien valoradas, en cuanto a los factores que influyen en el desarrollo de una industria de defensa local o regional.

La primera es que aunque existiendo diferentes reclamaciones fronterizas, algunas de ellas centenarias, incidentes puntuales que causan alarma en los medios de comunicación, no van a ser motivo de crisis que puedan derivar en conflictos de mayor intensidad. Como ejemplo encontramos una perfecta sintonía en naciones como Argentina y Chile, que incluso han abordado eficazmente la constitución de unidades
integradas como el Cuerpo Cruz del Sur. Muy lejos ha quedado el conflicto del Canal del Beagle que estuvo a punto de ocasionar una guerra.

La herencia española de los virreinatos, del propio proceso de Emancipación e incluso la antigua división territorial eclesiástica ha dejado numerosas reclamaciones de diferente tipo, alcance y solución. Aunque sea muy someramente recordemos las principales.

Nicaragua y. Colombia,, sobre las Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, resuelto, en principio por el Tratado Esguerra-Barcenás de 1928, tuvo un conato de reactivación por unas declaraciones del actual presidente Ortega de Nicaragua.

Nicaragua y Costa Rica, con el todavía caliente incidente militar de Isla Calero que puede suponer por primera vez en la historia de Costa Rica, la creación de una fuerza armada en este pacifico país.

Honduras y El Salvador, aunque ha quedado lejos en la memoria pero no olvidada la llamada Guerra del Futbol de 1970, es sin embargo la exportación de las maras salvadoreñas lo que causa más inquietud en su vecino y en otras partes incluido los Estados Unidos.

Venezuela y Guyana Británica por el territorio de Esequibo, reivindicación que se remonta a 1777 por disputa entre las Coronas de España y Holanda.

Guatemala y Belice, donde perviven reclamaciones históricas desde la etapa colonial.

Honduras y Nicaragua, tensión por acuerdos firmados entre Colombia y Honduras en el pasado frente a Nicaragua.

Paraguay y Argentina con alguna disputa igualmente.

Perú y Ecuador, por su ya clásico enfrentamiento reivindicativo fronterizo entre ambos.

La situación creada por la instalación de una papelera española en el Río de la Plata ha originado enfrentamiento entre Uruguay y Argentina, dado el componente contaminante de este tipo de industria. Queda ya fuera de lugar plantearse plantas químicas o de otra naturaleza similar en países emergentes, como era habitual en otras décadas pasadas. La conciencia de respeto ambiental es común a todo el planeta.

La salida al mar de Bolivia, seguramente encuentre una situación en el medio plazo y Ecuador y Perú con sus viejas enemistades tampoco presentan inquietudes para la paz. Es ésta la situación entre estados, siendo el reto como he dicho los conflictos internos.

OTROS ASPECTOS

Las migraciones masivas en Centroamérica o México son un serio obstáculo en las relaciones no con Estados Unidos sino con los ciudadanos de estados que más sufren el deseo de encontrar un medio de trabajo digno más allá del propio país. Algunos de ellos tienen serios problemas para absorber sus demandas de mercado laboral de poblaciones muy jóvenes, fenómeno que localizamos en otros lugares del planeta sin que tampoco se vislumbre una solución.

Si cabe destacar el escaso papel que representa Europa en las relaciones con Iberoamérica. Incluso España ha perdido mucho impulso en el área. La prensa de cualquiera de los países, apenas presta atención a la evolución política y económica del viejo continente. Tal vez últimamente sea mayor por la incertidumbre de centenares de miles de emigrantes que ven con profunda preocupación la evolución de los mercados de Estados Unidos y España en particular, sin que tampoco se atrevan a abandonar sus puestos de trabajo afectados por el mileurismo y el riesgo que conlleva volver a su países ya que se han acostumbrado a los beneficios del estado de bienestar y a comodidades todavía lejanas en sus países de origen.

Estados Unidos parece que ha abandonado su interés en el área siendo reemplazado por China, ansiosa de materias primas e incluso de apertura de mercados para su industria de Defensa.

En este entorno muy sucintamente revisado, ha sido foco de atención lo que algunos llaman el rearme de varios países. Mi opinión es que no estamos ni de lejos, en una situación de rearme antes al contrario, en la modernización necesaria de las fuerzas armadas que en la mayoría de los casos se distinguen por:

1.- Material aeronáutico muy viejo, de costosísimo mantenimiento e inadaptado a las nuevas misiones: control de frontera, lucha contra el narcotráfico, apoyo en situaciones de emergencia (terremotos, tsunamis, inundaciones etc.).

Los transportes medios o de largo alcance se basan en antiguos Hércules, en el mejor de los casos.

Los helicópteros de transporte tienen una media de treinta años a sus espaldas, los de ataque son inexistentes en la mayoría de los ejércitos y los de lucha antisubmarina sólo se lo puede permitir algún país. En cualquier caso hablamos de unas pocas unidades. La aparición de Rusia de nuevo en este aspecto es de destacar incluso para aplicaciones contraincendios o calamidades. Estados Unidos sigue siendo el referente y Europa está perdiendo oportunidades claramente.

El coste de los Boeing o EADS se presenta prohibitivo apareciendo Brasil con Embraer o la propia Rusia o China como alternativas a considerar.

2.- El material de combate de los ejércitos de tierra en especial carros de combate (si es que existe alguna necesidad al respecto) es totalmente obsoleto. Los vehículos de ruedas blindados son el campo donde más se está trabajando dada la naturaleza de los conflictos asimétricos.
La artillería y munición se compone de piezas y sistemas antiguos.

3.- El equipamiento de los soldados está a años luz de las necesidades y tendencias actuales. Prácticamente casi ningún país puede asumir compromisos internacionales si no son equipados por terceras naciones.

4.- Salvo Brasil, Chile y Colombia no hay una industria de software especializada en sistemas integrados de armas, control aéreo o simuladores de cualquier naturaleza (navegación, tiro, vuelo...) que puedan competir con los gigantes norteamericanos o europeos.

5.- Seguramente el mayor interés lo están reportando los vehículos no tripulados, primero por su bajo coste, segundo porque no implican la construcción de bases o despliegue de aviones cerca de fronteras que pueden herir la sensibilidad de sus vecinos. Aquí la dependencia tecnológica es total de aquellos más avanzados.

6.- Los submarinos armas sigilosa y discreta está a la alcance de muy pocos e igualmente se depende de Alemania, España o Francia.

7.- La formación se está abordando rápidamente contando con oficiales y suboficiales con experiencia académica transfronteriza, con buena motivación y preparación, muy lejos de los años setenta.
Se ha interiorizado muy bien la defensa de los derechos humanos, la democratización y no hay amenazas golpistas o similares. Podemos decir que Iberoamérica dispone de buenos profesionales seguros y capaces de trabajar en complejas operaciones internacionales, es la situación del material lo que dificulta ampliar el papel en las mismas.

8.- Las fuerzas armadas siguen controlando actividades que en Europa o estados Unidos asumen otros cuerpos como guardia costera, protección civil etc. Lo que no debe verse como algo negativo antes al contrario con una ventaja de eficiencia presupuestaria y organizativa. Evitando diferentes sistemas de gestión, software o sistemas de comunicaciones, organizaciones administrativas redundantes en muchos casos, material incompatible o con menor capacidad de negociar grandes volúmenes con los proveedores

LA INDUSTRIA DE DEFENSA IBEROAMERICANA

Vuelvo a insistir que no veo un proceso de crecimiento armamentístico y la mayoría de los anuncios de compras más o menos grandes rápidamente se ven sometidas a importantes recortes, Brasil es un paradigma al respeto.

Es la constatación que no hay amenazas reales y que los parlamentos se encuentran claramente en una disyuntiva de cañones o mantequilla tradicional. La necesidad de atender aspectos básicos como: infraestructuras de carreteras, aeropuertos, hospitales son la verdadera preocupación de todos los políticos, sean del signo que sean. Las fuerzas armadas se encuentran en una compleja situación: por un lado la bonanza económica es óptima para proceder a una más que evidente modernización de material, pero la opinión pública y los políticos no lo ven así costando mucho convencer a los responsables de dotar de presupuestos a sus FFAA de incrementar las inversiones que en la mayoría de los casos y ante ausencia de industria nacional son un elemento de desequilibrio en las balanzas comerciales.

Cualquier empresa que quiera vender material tiene que asumir que va a tener que fabricar en el país comprador, ensamblar o similar, olvidándose de entregas llave en mano de cualquier tipo de plataforma o producto.

Si quisiéramos destacar algunas empresas, ya sean públicas o privadas, vamos a tener que ir por área.

Por iniciar en lo más básico casi ninguna nación tiene industrias de nuevos materiales o nanotecnología textil para hacer uniformes por ejemplo. Chalecos anti fragmentación igualmente son habitualmente junto a cascos suministrados por terceros países. A medida que esto se complica tecnológicamente con el “combatiente del futuro” el “gap” tecnológico será todavía mayor.

La industria naval si está alcanzado un buen desarrollo en Chile que es un competidor para plataformas pequeñas y medianas, por no señalar a Brasil que puede llegar a ser autosuficiente en breve plazo.

Una cosa es disponer de astilleros y otra ser capaz de integrar en un buque los complejos sistemas de software y armas, que además deben interoperar con los de otros estados en misiones conjuntas o internacionales.

El fracaso de muchos países europeos frente a Estados Unidos es evidente. Tampoco parece muy realista comprar a Rusia pro los problemas de idiomas, doctrinas etc.

Aquí aparece la oportunidad de acortar los ciclos de vida de los buques y frente a los 30 años, disponerlos para veinte e intentar en el último tercio de vida útil venderlos a estas armadas que no pueden plantearse una producción propia o comprar ex novo.

Argentina país que tuvo una buena industria aeronáutica y de carros, intenta después de décadas de abandono, reconstruir algo de su sector de fabricación de aviones relanzando algún proyecto histórico de reactor o con el vehículo terrestre "Gaucho" con Brasil. Habrá que ver la evolución y apuesta gubernamental y la capacidad de colocar productos en un mercado de defensa internacional muy concentrado y con exceso de participantes.

Brasil es sin duda la potencia de la zona y además con voluntad de ser, como he dicho, un actor internacional de peso. Por ello destaca su industria de Defensa que podrá en gran medida ser autosuficiente. Sin embargo en mi opinión el crecimiento brasileño tiene algunas inquietudes que pueden dar al traste con un planteamiento estratégico serio y riguroso si se producen proceso inflacionario o el debate político deja de lado las necesidades de la defensa.

Chile presenta hasta ahora una ventaja frente al resto de países al tener garantizado sus ingresos por el royalty que tiene asignado por la venta de cobre, producción cuya compras están garantizadas en el medio plazo (a la hora de publicarse esta colaboración el escenario ha cambiado). Chile tiene ambiciosos proyectos que desgraciadamente el terremoto del año pasado y el tsunami van a requerir nuevos planteamientos de prioridades presupuestarias. Cabe destacar su deseo de disponer de satélites propios y la competitividad de la industria naval, quedando a la aeronáutica y de vehículos terrestres supeditada a acuerdos con terceros.

Colombia: con una industria muy especializada sigue siendo un país comprador de plataformas especialmente aéreas y de tecnologías de control de fronteras, lucha asimétrica etc. Disponen de buenos centros de I+D+i.

Venezuela es comprador neto de sistemas, armas y tecnologías, sin disponer de industria de alto nivel tecnológico.

Perú igualmente adquiere junto a Venezuela y algunos otros productos a Rusia o China, una modesta capacidad naval y escasa aeronáutica.

Uruguay, Ecuador, Paraguay y Bolivia, apenas son actores en estos campos. Limitándose a compras de renovación de equipamiento.

Centroamérica y el Caribe no disponen de las capacidades ni siquiera de la intención de abordar proyectos de nivel en cualquiera de los campos objeto de estudio.

Cuba, tampoco se encuentra ni en condiciones de desarrollar industria de defensa de nivel ni en capacidad financiera para hacerlo.

Por supuesto todos los países cuentas con sus industrias de fabricación de munición, armas ligeras uniformes, avituallamientos etc.

Simplemente he querido hacer un breve recorrido ya que otros ponentes desarrollaran en detalle los proyectos nacionales.

Fuente: http://www.ateneadigital.es/RevistaAtenea/REVISTA/PDF/documentos/Documento_1103.pdf

1 comentario:

  1. en en aparte de la disputa de Colombia u nicaragua sobre san Andrés y providencia, creo que las islas ya no están en disputas, lo que si esta en disputa son los limites marinos entre los dos países, por los temas de pesca y recursos naturales.

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