martes, 8 de marzo de 2011

La interacción entre la soja y la leche

Por Julio Godoy / asesor
En Nueva Zelanda y en EE.UU. tienen sus propios modelos para producir leche. Los primeros, con excelente manejo, persistencia y producción de pasto. Los segundos, con dietas totalmente mezcladas y buen manejo del rumen. A la Argentina ya es hora de que la definamos con su propio modelo, es decir, el modelo argentino: pastoril con suplementación. Ahora bien, que de acuerdo con la forma de suministrar el pasto como pastoreo mecánico, a diente o en forma de silo y, por lo tanto, con distintas instalaciones, existen diferentes modelos argentinos es indiscutible.

En los últimos años, con el avance de la soja muchos productores decidieron encerrar las vacas para hacer más eficiente el uso del pasto como mecánico o con diferentes silos; otros no se animaron e implementaron un manejo más estricto, disminuyendo los remanentes del pasto con las vacas en el campo y con encierre parcial para suplementar. Lo importante es que los dos apuntan a aumentar la carga por hectárea, una cuenta pendiente. La alta carga y producción individual van de la mano por la incorporación de más energía (granos/silos) en la dieta.

En mi opinión, el encierro de las vacas a cielo abierto con un buen piso y drenaje es un paso importante y de costo razonable para comenzar un sistema más eficiente y rentable por hectárea, donde la alimentación base puede ser pastoreo mecánico o silo de alfalfa, sin perder los objetivos en años buenos de humedad, el aporte de los verdeos de invierno.

Por más que el encierro presente una inversión inicial y un aumento en los costos fijos, el elevar los litros por hectárea compensa favorablemente el margen del tambo. Cuando me preguntan por qué me animo a decir que con el encierro se duplica la producción por hectárea, la respuesta es simple: porque la eficiencia de cosecha a diente en la Argentina es del 40 al 60%, pero si corto el pasto es del 100% y, además, aprovecho la genética de la vaca en comer, descansar y producir más leche en lugar de caminar. Lo más importante para intensificar es el cambio de mentalidad de productores, encargados y empleados.

Fuente: Diario La Nación

1 comentario:

  1. Se puede ir por un camino dual; mayor estabulación para las vacas lecheras que producen más y más campo y ejercicio para las vacas de carne, para reducir la cantidad de grasa y mejorar la calidad del producto.

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