viernes, 9 de octubre de 2009

Argentina, lejos de sus vecinos en la carrera armamentista

Por Jorgelina do Rosario
Al margen del incremento de gastos en armamentos de América latina, el país invierte menos del 1% de su PBI en defensa. Qué sucede en el resto de la región y por qué se habla de una posible escalada militar continental.
La turística ciudad de Bariloche no sólo fue recientemente sede de la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). El rearme en América latina, representado por la creciente compra de armamentos y negociaciones en los últimos 10 años, instaló un concepto que ocupa -y preocupa- tanto a líderes regionales como internacionales: la posibilidad de una carrera armamentista. Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Venezuela son los principales países que lideran esta escalada. Y en este contexto, ¿qué está haciendo la Argentina en términos de defensa?

Un estudio realizado por el Banco Mundial indica que la Argentina se ubica en el puesto 26 de 131 naciones que menos gastan en equipamiento militar. “El país continúa siendo una de las naciones con menos inversión en gasto militar y no ha realizado compras importantes de armas desde los "90”, sostiene Carina Solmirano, investigadora especializada en América latina para el Programa de Gasto Militar del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri). Con un vasto territorio, la Argentina se presenta como uno de los países más indefensos de la región ante potenciales ataques vecinos o extranjeros.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por su sigla en inglés) el gasto militar en América latina y el Caribe se incrementó un 91% entre 2003 y 2008. Para Sipri, en 2008 este gasto se ubicó en u$s 38.600 millones, mientras que en 2007 fue de u$s 36.600 millones y el año anterior, u$s 33.600 millones. Este ascenso escalonado separa a la Argentina del resto de los países de la región. El balance militar del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría indica que la Argentina dedicó el año pasado sólo un 0,87% de su PBI al presupuesto de Defensa, cifra que muestra una disminución respecto de 2007 (0,92%). Junto a Surinam, la Argentina posee uno de los porcentajes más bajos de la región.

Contrariamente, el total regional dedicado a Defensa entre 2007 y 2008 creció del 1,67% al 1,77% del producto bruto interno de América del Sur. El control del espacio aéreo es otra de las cuestiones militares en las que el país más austral del mundo se encuentra rezagado. "Mientras que Chile tiene la totalidad de su territorio cubierto por radares y Brasil un 80%, la Argentina con suerte alcanza el 10%", sostiene Alejandro Corbacho, director del Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UCEMA. Y agrega: "Este año la Argentina no compró nada. La dimensión de defensa nacional ha desaparecido".
Desde principios de la década del 90, la Argentina comenzó a sufrir una fuerte desinversión en defensa. Por este motivo, Fabián Calle, investigador Senior del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), describe al país como un "caso anómalo", pues se encuentra por debajo de la media mundial de gastos en defensa, que ronda el 2,5% del PBI global. "Durante la época del proceso, el gasto en defensa se ubicó en un 6% del PBI, con picos en la guerra por las Malvinas. Con (Raúl) Alfonsín desciende a tres puntos y en la presidencia menemista se derrumba a un punto", especifica Calle. Para la consultora de Rosendo Fraga, "el presupuesto militar estimativo fue de u$s 2.830 millones" en la Argentina de 2008. Con dicha suma, a las Fuerzas Armadas se les dificulta renovar sus equipamientos militares. “Desde los "90 hasta hoy, el 85% del presupuesto en defensa se gasta en sueldos", dispara el investigador del CARI. La compra de aviones A4 es la última tecnología más importante que adquirió el país en 1994.
El estado de debilidad militar en el que se encuentra la Argentina resulta "preocupante" para los especialistas consultados por El Cronista Weekend. Las islas Malvinas, la disputa de los hielos continentales con Chile -sector donde aún no hay un trazado definitivo-, el control del espacio marítimo, el territorio argentino en la Antártida y el interés que puede surgir desde el exterior por los recursos naturales son las potenciales amenazas para las que serían necesarias las Fuerzas Armadas. Pero según Jorge Battaglino, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), el país "no debe comprar (armas) porque se sienta amenazado, sino para no caer en un estado de debilidad militar". "No existen partidos políticos a los que les interese la defensa. No paga electoralmente", evalúa el analista.

Asimismo, el desarrollo histórico de la Argentina incide en el status político de las Fuerzas Armadas. "El tema de defensa tiene un contenido político muy importante, porque está relacionado con el proceso. El caso interesante es que tanto la izquierda como la derecha argentinas piensan que es un tema del que no hay que ocuparse. Además, en la población hay una percepción general de que no hay amenazas", explica el politólogo de la UCEMA. Y agrega: "En caso de ataque externo, la expectativa es que nos defiendan Brasil o Chile, porque en términos propios estamos perdiendo capacidades".

¿Carrera armamentista en la región?
En un continente donde las últimas estimaciones de la CEPAL indican que en 2007 la incidencia de la pobreza alcanzaba a un 34,1% de la población de la región (lo que equivale a 148 millones de personas pobres), los críticos del incremento en el gasto militar cuestionan que esos recursos económicos no se destinen a promover el desarrollo. Sin embargo, la compra de aviones, helicópteros, tanques de combate, sistemas antimisiles y rifles no se detiene. Con un gasto militar cercano a los u$s 40.000 millones en 2008, algunos países latinoamericanos son protagonistas de un nuevo panorama militar en la región. "Si bien hubo un incremento sustancial en la compra de armamentos en los últimos años, lo cual puede considerarse una escalada, por ahora no se observa la existencia de una carrera armamentista", asegura la investigadora del Sipri. La base teórica del concepto de carrera armamentista es el equilibrio. En este sentido, el incremento militar de un país está positivamente asociado al crecimiento militar de su rival. "Cuando un estado compra 100 tanques, el otro compra una suma similar", ejemplifica Battaglino.

Chile, Ecuador, Colombia y Venezuela fueron los países que más incrementaron sus gastos de defensa en el período 2004-2008. Por su parte, Brasil aumentó mayormente sus gastos entre 2007 y 2008, ubicándose como el 12° país en el mundo con mayor gasto militar. Para Solmirano, "el aumento del gasto militar en los últimos 10 años ha sido favorecido por el crecimiento en el precio de algunas materias primas, como el cobre, el petróleo y la soja". De esta forma, los países iniciaron la modernización de sus sistemas de defensa, que datan de hace 20 ó 30 años.

Sin embargo, el crecimiento económico y la renovación del equipo militar no se presentan como los únicos motivos de estas adquisiciones. Cada nación, con un interés propio y definido, invierte en defensa por motivos disímiles. Sumado a una fuerte desinversión en los últimos 20 años, Brasil comenzó a gastar cada vez más en defensa para reforzar su prestigio de potencia mundial. Este año, firmó un acuerdo con Francia por u$s 12.000 millones en armamentos, y también planea adquirir 36 aviones de combate Rafale. "Brasil le compra a Francia porque quiere una mayor autonomía tecnológica, y Estados Unidos no está dispuesto a transferirla", explica el profesor de la UTDT. Además, el proyecto "Amazonia Protegida" incluye la renovación de su material por u$s 10.000 millones. "Tiene un presupuesto en blanco de u$s 15.000 millones, pero las últimas compras que hizo Brasil fueron a través de créditos internacionales y colocaciones de deuda", diferencia el investigador del CARI.

Impulsado por un crecimiento económico del precio del barril del petróleo y ante la hostilidad de los Estados Unidos, las compras venezolanas de armas a Rusia alcanzaron los u$s 5000 millones en los últimos cinco años. "Venezuela tiene serios problemas económicos internos, y aumenta la conflictividad con Estados Unidos para reforzar su situación interna", opina Corbacho. Las bases militares estadounidenses en Colombia es uno de los temas centrales de la defensa latinoamericana. Tanto Brasil como Venezuela las ven como una amenaza potencial a la seguridad con una clara intención geopolítica por parte de los Estados Unidos. Es así como a través del "Plan Colombia", el país latinoamericano adquiere su equipamiento militar de los Estados Unidos y refuerza su vínculo político y económico con la potencia del norte.

Chile y Perú se miran entre sí. La disputa limítrofe sobre el Océano Pacífico hizo que ambos países incrementaran sus presupuestos destinados a la adquisición de armamentos. En 2005, Perú decidió desconocer el acuerdo de marcación marítima que mantenían dichos países desde 1954. Y aunque este último logró estabilización política en los últimos años, la nación no aspira aún a alcanzar los niveles de Chile, que en 2008 destinó 3,73% de su PBI a defensa. Para Calle, "el boom del precio del cobre le dio a Chile más de u$s 1000 millones para comprar armamentos nuevos".

Aunque todavía se descarta la presencia de una carrera armamentista en América latina, la creciente preocupación por el aumento en compras de armamento está posicionada en la agenda de los mandatarios regionales e internacionales. Con la polémica ya instalada, los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de Unasur quieren superar la controversia y procuran que los países trasparenten sus inversiones militares. Aún no alcanzaron un acuerdo explícito. Con excepción de la Argentina, las naciones latinoamericanas siguen gastando. Y se siguen armando.

El gasto militar global en 2008 está estimado en u$s 1464 mil millones, lo que representa un incremento del 4% con respecto a 2007, y de un 45% desde 1999. Un 2,5% del PBI mundial es lo que se destina en gastos de defensa en el mundo. Según datos del Instituto Internacional para la Paz (Sipri), los Estados Unidos dominan la región americana en términos de gastos militares, producción y trasferencia de armas: en 2008 llegó a los u$s 549 mil millones. En el globo, el mayor exportador de armas desde 1989 continúa siendo los Estados Unidos. En el período 2004-2008 concentró el 31% del mercado.
Argelia se presenta como el país africano que más dinero dedica a defensa: u$s 5,2 mil millones, número que se explica por un fuerte crecimiento económico del país en los últimos años.

4 comentarios:

  1. no se q estamos esperando para invertir en armamento. me parese q estan esperando q no invadan los ingleses y los yankes. no puedo crer q seamos tan incapases de defender nuestro territorio y riquezas naturales, q no tododos los paises tienen.

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  2. Rubens Souza09 octubre, 2009

    Não há corrida armamentista na AL, o que esta havendo é a consciencia de que os gastos de defesa são tão importantes para uma nação como Educação, Saúde, Segurança etc..
    Em vez de ficar justificando sua inepcia em termos de defesa acusando os paises vizinhos que pobreza, a Argentina deveria seguir o exemplo dos visinhos.
    Para mim esta muito bem assim, é muito bom ver a Argentina com as portas sem tranca. kkk

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  3. Saludos.

    Vale la pena considerar la famosa cita de Flavio Vegecio: si vis pacem parabellum, si quieres la paz, prepara la guerra.

    Ramón Góngora.

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  4. nem todos los brasileños piensam como Rubens Souza. Su comentario es de una infantilidad total. Pero en Brasil no hay carrera armamentista. Apenas 36 cazas para substituir los antiquados F-5 és case nada... Necessitamos de mutho más para el tamanho de Brasil.

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