martes, 8 de septiembre de 2009

Una nueva compra refuerza la alianza de Lula y Sarkozy

Brasil negocia la fabricación de cazas franceses para poder venderlos en América latina
Después de haber suscripto un multimillonario acuerdo militar con Francia estimado en más de US$ 12.000 millones, Brasil está dispuesto a comprar 36 aviones de combate Rafale, según anunciaron ayer ambos gobiernos en un comunicado conjunto divulgado tras la reunión que mantuvieron en Brasilia los mandatarios Luiz Inacio Lula da Silva y Nicolas Sarkozy.
Según el comunicado, la negociación con Francia se inició gracias a la transferencia de tecnología que ofreció la empresa francesa Dassault, una posibilidad que, según Brasilia, no proponían las otras dos empresas que compiten por el contrato de la fuerza aérea brasileña: la compañía sueca Saab, con el avión Gripen, y la estadounidense Boeing, con el F-18 Super Hornet. "La oferta que Francia nos hizo nos satisface por la transferencia de tecnología y la libertad de participación de mercados [...] Hay una decisión de negociar la compra de los Rafales, que no será una mera compra, porque habrá fabricación de Brasil, y habrá posibilidad de vender esos aviones en América latina", reveló el canciller brasileño, Celso Amorim.

Aunque no se divulgó el monto que supondrá la operación de compra de los 36 cazas franceses, Brasil tendría que desembolsar entre US$ 2500 millones y US$ 4000 millones, según diversas fuentes. El anuncio de los millonarios acuerdos militares entre Brasil y Francia coincidió con la visita de Sarkozy a Brasilia para participar en la celebración del 7 de septiembre, Día de la Independencia de Brasil.

Previamente al anuncio de la apertura de negociaciones por los aviones de combate, el gobierno de Lula había cerrado con Francia la compra de cinco submarinos Scorpène, uno de ellos de propulsión nuclear; medio centenar de helicópteros de transporte militar EC-725, y la construcción de un astillero y una base naval en Río de Janeiro. Al mismo tiempo, Francia se comprometió a adquirir a Brasil una decena de aeronaves de transporte militar KC-390, un proyecto que será desarrollado por la empresa brasileña Embraer.
"La asociación que estamos haciendo no es simplemente comercial; nosotros queremos crear, construir y vender mucho juntos", dijo Lula en una conferencia de prensa conjunta con Sarkozy.
El presidente francés, por su parte, calificó a Brasil como un "socio obligatorio" y subrayó que ambos países "pueden construir una gran industria aeronáutica comprometida con la seguridad mundial".

Para el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), el acuerdo militar suscripto entre Brasil y Francia reducirá la influencia de Estados Unidos en la región. "Este acuerdo con Francia y el nuevo marco regulatorio del petróleo [que concede más peso al Estado] refuerzan la soberanía nacional y aumentan la autonomía brasileña en términos militares", dijo Valter Pomar, secretario de Relaciones Internacionales del PT.

Pero no todo fueron elogios al histórico pacto militar. Varios legisladores brasileños criticaron ayer el costo que tendrá para el país la compra del material bélico francés, el mayor acuerdo militar de Brasil en las últimas décadas. "Parece que con estas compras injustificadas, a precio más caro que el del mercado, Brasil está pagando a Francia su respaldo para un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y otro en el G-8 ampliado", denunció el diputado Raúl Delgado, del Partido Socialista Brasileño. El senador Alvaro Dias, de la misma formación política, lamentó que el gobierno de Lula esté gastando dinero en armamento en vez de utilizar los recursos del Estado en otros sectores, como el de la educación.

Fuentes Agencias AP, AFP, DPA y ANSA - Diario La Nación

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