sábado, 20 de diciembre de 2008

Excelente idea: Tratamiento eficiente del estiercol en un criadero de cerdos

Por Héctor A. Huergo.
El Biogas, además de evitar la polución, generan electricidad, agua caliente y desactivan la soja que consumen.
¡Sí, esto está pasando en la Argentina! A apenas 50 kilómetros de Buenos Aires, en Marcos Paz, un criadero de cerdos resolvió el grave problema de la bosta produciendo biogás. Tres enormes globos de polivinilo despiertan la curiosidad de todo el mundo. Ahora no hay más olores, los vecinos y los trabajadores de la granja están más contentos, y recupera nutrientes (fósforo, potasio, etc.) para devolverlos al campo. Pero lo más interesante es que ahora prácticamente se autoabastece de energía.

Hugo García es el responsable del criadero de Cabañas Argentinas del Sol. Desde que se instaló, hace 10 años, no dejó de crecer. Ahora cuenta con 1.200 madres, tras la reciente decisión de expandirlo un 30%. Es un planteo de ciclo completo, sacando capones de 100 kilos. La población instantánea permanente es de unas 10.000 cabezas. ¡Todas bosteando!"Me volvía loco el manejo del estiércol", exclama Hugo, un ex vendedor de alimentos balanceados que conoce el negocio del cerdo desde hace 30 años. "En localidades como Marcos Paz, y más estando tan cerca de la ciudad, la única manera de seguir adelante era encontrarle una salida".

Empezó a experimentar solo, metiendo bosta en un recipiente y cerrando al vacío. Comprobó que se producía gas. "Lo metí en un globo, y andaba con el globo por todos lados. En la cabaña pensaban que me había vuelto loco. De noche me metía en Internet y buscaba por todos lados, y ahí encontré que en Brasil se había avanzado mucho. Entonces me fui para allá y encontré la solución que buscaba".

García tomó contacto con la gente de Sansuy, una textil instalada en el centro del estado de San Pablo. Se especializan en telas de polivinilo, y desarrollaron un material adaptado a los líquidos y gases orgánicos. Proveen a cientos de criaderos de cerdos y ofrecen sistemas para engorde intensivo de novillos y tambos.

Hace dos años instaló los dos primeros digestores, de 250 metros cúbicos. "Aprendí a manejar el sistema, pero no sabía qué hacer con el biogás. Simplemente lo prendía fuego porque se acumulaba a toda velocidad. Me di cuenta que el sistema funcionaba, y entonces encaré la cosa a fondo".

¿Qué hizo?
Trajo un biodigestor grande, de 1.750 metros cúbicos. Y armó una red de gas que ahora le permite abastecer una planta de desactivación de soja, calefaccionar los galpones y generar electricidad a través de un motor F100 convertido a gas. Antes, la planta de soja desactivada se abastecía con gas de tubo. "No la recargo más, ahorramos 10.000 pesos por mes", asegura.

La planta (provista por Monti, de Inriville) consta de dos hornos rotativos, que giran sobre un par de mecheros que exhiben generosas llamas azules. Desactivan 20.000 kilos por día, que es la cantidad que consumen en la cabaña."Antes empleábamos harina de soja, que comprábamos. El problema era que venía despareja. No podíamos hacer análisis partida por partida, así que nos dábamos cuenta que era mala cuando los animales no adelantaban.

En cambio, con la soja sabemos que la calidad es uniforme, porque toda tiene el mismo contenido de aceite, la misma composición de aminoácidos, y no viene ni con afrechillo ni nada. Es soja." La desactivación de la soja es un proceso térmico que procura la eliminación del "factor anti tripsina", un componente de la proteína de soja que afecta su digestibilidad, en especial en monogástricos. La soja tratada entra en un 17 a 20% de la ración. El resto es maíz y un poco de harina de carne, más el núcleo que él mismo elabora echando mano a su experiencia en el negocio de balanceados. El empleo de soja entera desactivada no le baja el rendimiento ni afecta la calidad de los cerdos. "Siempre estamos entre los primeros en el frigorífico Pompeya, que faena 8.000 cerdos por día", asegura.

El segundo gran uso del biogás es el sistema de calefacción. Colocó un par de calefones, en serie, donde calienta el agua que luego circula por las pistas de engorde por un sistema de losa radiante. "La diseñamos y construimos nosotros mismos -dice orgulloso- y nos funciona perfecto". Las tuberías están tendidas a lo largo de los galpones, en el exterior, y recubiertas con material aislante así el agua no pierde temperatura.

El tercer destino del biogás es el que está implementando ahora: un motor V8, de los que abundan y casi sin uso, acciona un generador de 50 KVA. Lo armó un taller de la misma Marcos Paz. "La idea es hacerlo trabajar de noche, cuando la electricidad es mucho más cara", dice Hugo. La necesitan para las mantas térmicas de las parideras, que son eléctricas. García y sus muchachos se dan maña para todo.

Ahora están terminando un galpón nuevo, que se destinará a las abuelas ya que quieren producirse sus propias madres. Construyeron hasta las cabreadas para los galpones. Tienen una mesa de trabajo con un dispositivo de armado y soldadura. También se fabrican las parideras y los comederos de acero inoxidable. En este nuevo galpón, todo está pensado para el manejo eficiente de la bosta. "Es más fácil empezar de cero que ir arreglando lo que ya está hecho", razona.

La cuestión es recoger la bosta sin complicaciones. La mejor alternativa es el piso ranurado, que permite que el estiércol y la orina se cuelen a la fosa de material. Por pendiente, esta fosa drena en un canal colector, que es una zanja revestida en geomembrana, del mismo material del biodigestor. Esas zanjas llevan las heces hasta el biodigestor. Una pequeña pileta colectora es la antesala del ingreso de la bosta a la pileta. Se la alimenta diariamente, y un sistema de agitación hidráulico remueve los sedimentos para incrementar la eficiencia de la producción de biogás. Toda la materia orgánica desaparece, convertida en metano y dióxido de carbono.

El líquido remanente drena hacia una pileta abierta, que es una fosa recubierta por geomembrana. Es una excelente fuente de nutrientes, en especial fósforo. Tanto que para regar con este líquido, primero hay que diluirlo. Así las cosas. Hace mucho que se viene hablando de biodigestores. Pero había que verlo, funcionando en condiciones locales. Ahora lo vimos. Funciona.

Agregado:
Los biodigestores de Cabañas Argentinas del Sol están bien inflados. El último se llenó hace tres meses. Los dos primeros ya tienen dos años de funcionamiento. Un criadero de ciclo completo produce unos 20 kilos de excremento por madre y por día. En el caso de Cabañas calcularon que tienen que echar a los biodigestores 25.000 kilos diarios.

El biodigestor grande consta de una pileta de mampostería de 1.700 metros cúbicos capacidad de agua. Su costo es de 40.000 dólares. Lo primero que se hace es llenarlo de heces, y cuando alcanza el nivel se coloca la cobertura de tela engomada, con un dispositivo que garantiza el sellado absoluto.

La fermentación se produce en ausencia de oxígeno. A los pocos días comienza a inflarse espontáneamente con el gas producido, compuesto por una mezcla de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). Este biodigestor produce 500 metros cúbicos de gas. Esos 500 metros cúbicos equivalen a 250 del común. Pero entra en combustión sin problema alguno, tanto en los quemadores de la desactivadora como en el generador.
Hugo García es un entusiasta imparable. Gerenció el desarrollo del criadero desde su origen, cuando era una quinta de fin de semana en la que se criaban algunos lechones. Ahora es uno de los más importantes del país.Ya se corrió la voz de sus biodigestores y hay un desfile de interesados en el sistema. Recibe a todos, los atiende como puede y sorprende por su apertura: no sabe esconder algún secreto. Y los visitantes se van sorprendidos no solo por el biogás, sino por la información que pone sobre la mesa. Por ejemplo, las chapas con que hizo el techo del último galpón. Son de un material reciclado de envases de tetrabrik. "Cuestan la tercera parte que las de galvanizado y duran más, porque no se oxidan". Y asegura que se ahorra el tratamiento de aislamiento con poliuretano, ya que es un material muy aislante. "No chorrea agua en invierno, algo que es fundamental para que los lechones no se mojen".Pero el biodigestor lo tiene especialmente ocupado.

Los brasileños de Sansuy -los dueños son japoneses- lo han nombrado representante. García está creando una empresa a tal efecto. Los de Sansuy hacen los cálculos, en función del tipo y dimensiones de cada explotación, y cotizan los elementos. No se trata solo de las coberturas y las geomembranas para canales y piletones, sino el sistema de cañerías para la agitación hidráulica y el transporte del biogás.
Fuente: Diario Clarín Rural

Comentarios: Felicitaciones a Hugo Garcia...hechos no palabras. Para imitar

1 comentario:

  1. Diante do cenário das grandes transformações que marcaram a década de 60, foi fundada a Sansuy, em 1966, por imigrantes japoneses dedicados a agricultura.
    Desde o início de sua trajetória, a Sansuy, uma empresa 100% brasileira, é movida pela determinação de criar soluções. O primeiro passo foi o desenvolvimento das mangueiras de alta pressão para a pulverização agrícola.
    Ao longo do tempo, com o aumento dos seus investimentos em tecnologia e estrutura, passou a atender vários setores da indústria. Assim, independente dos desafios impostos pelo mercado, seguiu em frente.

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