miércoles, 23 de julio de 2008

¿Ante una "crisis de los bombarderos"?

Se especula con que Rusia quiere instalar una base en Cuba para los bombarderos supersónicos TU-160. Un alto general estadounidense dijo este martes ante el Congreso que, si son ciertos los rumores de que Rusia planea estacionar bombarderos de largo alcance en Cuba, estaría cruzando una "línea roja".

Los comentarios llegan luego de que el diario ruso Izvestia publicara que Moscú está considerando esta posibilidad como respuesta a la construcción por parte de Estados Unidos de un nuevo sistema de defensa con misiles en Europa. "Si lo hicieran, deberíamos ponernos firmes e indicar que es algo que cruza el límite, cruza una línea roja para Estados Unidos", dijo el general Norton Schwartz, ante una audiencia del Senado para confirmarlo como jefe de la Fuerza Aérea.
Izvestia citó anónimamente a un alto funcionario de la Fuerza Aérea rusa diciendo que su país está analizando enviar los bombarderos a Cuba de manera regular como represalia a los planes estadounidenses de instalar un escudo misilístico en Polonia y República Checa.
Se trata, supuestamente, de los bombarderos supersónicos TU-160.

Un portavoz de la Casa Blanca declinó comentar sobre el informe del diario porque no ha habido "una respuesta oficial del gobierno ruso", según la agencia de noticias AFP. Medvedev advirtió que el proyecto antimisiles de EE.UU. obliga a Rusia a considerar medidas de represalia.
El corresponsal de la BBC en La Habana, Michael Voss, dice que "las especulaciones de que Rusia esté considerando crear una base o en reabastecer de combustible a sus bombarderos de largo alcance en la isla caribeña es una sorpresa que no parece ser bienvenida por las autoridades en La Habana".

Voss agrega que los cubanos señalaron raudamente que el Ministerio de Defensa en Moscú ha negado los alegatos del Izvestia. De acuerdo al vicecanciller Dagoberto Rodríguez, Cuba no es enemiga del pueblo de Estados Unidos y preferiría normalizar las relaciones en lo económico y en lo militar.

En 1962, Estados Unidos descubrió que el ex mandatario cubano Fidel Castro había permitido a la entonces Unión Soviética colocar secretamente una base de misiles nucleares en Cuba.
Ese hecho disparó una crisis que dejó a las dos superpotencias mundiales al borde de una guerra nuclear. El gobierno de George W. Bush insiste en que el sistema de defensa antimisiles no es una amenaza para Rusia.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo recientemente que su país busca "una cooperación estratégica con los rusos". "Queremos trabajar con ellos a fin de prevenir el envío de misiles por parte de naciones como Irán para amenazar a nuestros amigos y aliados".
Sin embargo, el presidente ruso, Dmitry Medvedev, advirtió que el proyecto empeora la seguridad regional y obliga a Rusia a considerar medidas de represalia.
Fuente: BBC Mundo
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