viernes, 6 de junio de 2008

El Tigre y el Dragón (India y China)

Hace pocos años, a los indios les apasionaba comparar sus logros económicos con los de sus vecinos chinos. ¿Quién de los dos se convertiría en la próxima superpotencia mundial? Después de un tiempo, cuando China empezó a tomar la delantera pero ambos colosos seguían creciendo casi a la par, la cuestión pasó a ser: ¿cuánto tiempo necesitará la India para alcanzar a China?


Hace quince días, la portada de una revista india analizaba en un reportaje especial la 'carrera' entre estos dos gigantes y emitía su propio veredicto: "China le lleva quince años de ventaja a la India". Números cantan: la India tiene 1.100 millones de habitantes y un Producto Interior Bruto de 1,1 billones de dólares; los chinos son 1.300 millones y su PIB es de 3,25 billones.

Hay quien dice que no existe, que no puede existir una carrera entre dos países que aparte de su desmesurada población poco tienen mucho en común. Pero ambos parecen llamados a participar en la construcción del mundo que viene, aunque sólo sea porque un tercio de la población mundial vive en China o la India, y esta proporción sigue creciendo.

Veamos qué tiene a su favor cada uno.














El primer ministro indio, Manmohan Singh, y el presidente chino, Wen Jiabao. (Foto: Gobierno Indio)

China tiene diez veces más autopistas que la India. Su porcentaje de carreteras asfaltadas es mayor incluso que el de Japón. Una cifra que demuestra la enorme inversión en infraestructuras que el Imperio del Centro está llevando a cabo. Al otro lado de los Himalayas hace falta tener un buen todo terreno y mucha paciencia para moverse. Además, en China la energía es un cuarenta por ciento más barata.

Todos los inversores coinciden: la gran ventaja de hacer negocios en la India es que aquí se habla inglés. Eso hace que dé menos miedo adentrarse en un mercado que se percibe como más cercano que el chino y cuya cultura despierta una 'curiosa curiosidad'. Como no siempre hace falta un intérprete, la empresa puede mandar a la India a un aguerrido comercial a tantear el terreno en vez de montar una expedición o alquilar una oficina en Shangai. Incluso un pequeño empresario con ambiciones puede intentar dar el salto asiático por sí mismo.

La India produce muchos y muy buenos ingenieros informáticos. Lo malo es que gran parte de ellos deciden irse a trabajar fuera del país. En cambio, China 'exporta' millones de trabajadores poco cualificados que montan su pequeño negocio en las grandes ciudades europeas: restaurantes, colmados, textiles… Se diría que mientras un país exporta lo mejor que tiene, el otro manda al extranjero a ciudadanos que enviarán mucho dinero a casa y así producirán más beneficios que si se hubiesen quedado.

El sistema judicial indio y el que este país sea una democracia (con fallos, como todas) le proporciona una buena imagen ante los inversores que a veces es clave frente a otros mercados. ¿Dónde pondría usted sus ahorros, en el Banesto de Mario Conde o en el Santander de Botín?

La India es más bien una civilización que un país. Su heterogeneidad es tal que si la economía es una de las extrañas formas que a veces toma la política (o viceversa), para hacer negocios aquí habría que aprender a aplicar distintas economías (o políticas). Si yo quisiera montar una empresa informática dentro de suelo indio tal vez fabricaría los microchips en Bengala (estado comunista), ensamblaría los equipos en el nacionalista y conservador Gujarat y ofrecería mi servicio al consumidor con teleoperadores de las afueras de Delhi (gobierno progresista). Debería lidiar con leyes distintas y a veces contradictorias y sin duda debería llevarme lo mejor posible con cada uno de esos gobiernos.

China –con la excepción de Hong Kong- tiene una sola cara para el inversor: el gobierno está fuertemente centralizado y si quiero fabricar cremalleras sé que la ciudad de Quiaotou está especializada en ese producto. Allí encontraré a las fábricas de cremalleras más baratas del mundo y sus ingenieros sólo necesitan un dibujo del modelo, el presupuesto y la cantidad a producir para estar fabricando en una semana la cremallera de mis sueños. Para sujetadores de señora, iría a Jinhua; de Wenzhou sale el 70% de los mecheros de todo el mundo; en un polígono del aeropuerto de esa ciudad hay decenas de fábricas de pomos de puerta que ofrecen infinidad de modelos diferentes (giratorios, con cerradura, verticales, de porcelana…)

Aparte de los señalados, hay muchos factores que pueden jugar a favor o en contra de cada país en el futuro, y sólo el tiempo revelará la importancia de cada uno. Pero lejos quedan las buenas intenciones del 'Hindi Chini Bhai Bhai' ('los indios y los chinos son hermanos') que Nehru anunció en 1962. Pocos meses después China invadió el nordeste indio.


Fuente: por M. A. GAYO MACÍAS - El Mundo (España)
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